Tras salir del Café Nostalgia, Jordan se subió al coche de Pablo aparcado al borde de la carretera. Justo después de entrar, preguntó: —No te has dado un golpe muy fuerte, ¿verdad?
—No, el guardaespaldas es poderoso y capaz. Si no hubiera traído a mis luchadores aquí hoy, me temo que no habría sido capaz de someterlos en poco tiempo.
—¿Oh? —Jordan no esperaba que el guardaespaldas de la bella mujer fuera tan impresionante. Hoy en día, todos los hombres ricos salen con guardaespaldas, pero la fuerza de éstos varía.
Los subalternos de élite como Pablo fueron comprados con dinero.
Pablo preguntó: —Sr. Jordan, ¿se ha enamorado de la mujer de este café?
Jordan sacudió la cabeza: —Sólo tengo curiosidad, y la estaba poniendo a prueba. Sigo teniendo la sensación de que no es tan inocente como parece...