Las Doce Estrellas Caídas
Nuestra historia remonta a épocas antiguas, cuando los dioses no eran mitos ni literatura, sino entidades reales que guerreaban por poder y supremacía. Entre ellos, los más temidos y reverenciados fueron Atenea y Hades, quienes libraron una guerra que se extendió por décadas, marcada por ideales opuestos: la defensa de la humanidad y los oscuros designios del inframundo.
Junto a Atenea lucharon los Doce Lumenarcas, guerreros de un cosmos ardiente, nacidos del deseo de libertad y justicia. Su devoción a sus dioses y a la humanidad fue tan profunda que lograron lo impensable: herir a Hades por primera vez, demostrándole de qué es capaz un humano cuando lucha por lo que ama.
De estas guerras quedan solo ecos. Todos los registros han desaparecido, y la humanidad ya no recuerda. Hoy, los dioses son cuentos, y los Lumenarcas, simples leyendas.
Pero algunos aún susurran profecías olvidadas:
"Cuando la Tierra esté en peligro...
y la oscuridad se extienda sobre los cielos,
los Doce Lumenarcas despertarán.
Sus manos desgarrarán el cielo,
sus pasos harán temblar la tierra,
y sus puños... destruirán estrellas."
Conocidos como los Guerreros de la Esperanza, estos seres no son santos ni elegidos: son fuerza pura, voluntad viva.
En el siglo XXII, en un mundo que ya no cree en mitos ni milagros, la leyenda aún arde en los corazones de quienes desean volver a sentir el fuego que una vez iluminó la Tierra.