Cuenta Regresiva para la Muerte del Esposo
En el tercer año de matrimonio, de repente perdoné a mi esposo que tenía el hábito de engañarme.
Renuncié a mi trabajo y me transformé en una ama de casa, sirviendo incansablemente a él y a su amante.
El acuerdo de divorcio que logré conseguir con gran dificultad, lo rompí en pedazos frente a él.
Todos pensaban que estaba loca, pero no sabían que mi esposo había sido diagnosticado con una enfermedad terminal, con a lo sumo dos meses de vida.
Una vez que muera, podré heredar sus miles de millones y viajar por el mundo en un yate de lujo con un amante joven.
Con solo tres días restantes, ya pagué el depósito del yate, pero luego encontré una página adicional detrás del diagnóstico.
Mirando las palabras en ella, me sentí mareada.
¡Resulta que la persona con la enfermedad terminal no era él, era yo!