La Bruja y Sus Cuatro Peligrosos Alfas
El pasillo estaba oscuro. Selene se movía rápido, descalza contra la fría piedra, su corazón retumbando en su pecho. No sabía cómo se habían acercado tanto, cómo él lo había hecho.
Pero en el momento en que dobló la esquina, él estaba allí, y la empujó contra la pared.
Su jadeo fue silenciado por una mano áspera que le tapó la boca. La otra mano se apoyó junto a su cabeza mientras su cuerpo la enjaulaba por completo. El calor emanaba de él como un horno. Su aroma llegó a su nariz, vagamente familiar. Como cedro quemado, acero frío y tormenta.
Se inclinó, su voz un susurro desgarrado junto a su oreja.
"Eres Selene... mi Selene."
Su sangre se heló. Su corazón se rebeló contra su pecho, intentando escapar.
"No lo soy", siseó entre dientes apretados. "Estás equivocado."
Sus dedos trazaron la curva de su mandíbula como si estuviera tratando de memorizarla. "Eres tú. Reconocería tu alma incluso si el mundo la arrancara de tus huesos."
"Estás loco", escupió.
Pero él de repente inclinó su boca para besarla con fuerza, para confirmar que realmente era ella.
***
Selene era la hija del cruel Alfa que gobernaba Moonveil a través del miedo. Años atrás, había exterminado a una manada entera solo para ascender al poder. Pero cometió un error... dejó atrás a cuatro niños huérfanos.
Esos niños regresaron como Alfas. Son más fuertes, más fríos y buscan venganza.
Se llevaron todo... su tierra, su título y finalmente... su vida. Selene solo tenía diecisiete años en ese momento. No tenía idea de lo que su padre había hecho. Pero eso no importaba. Para ellos, era culpable por su sangre.
No la mataron. No. Hicieron algo peor.
La marcaron como esclava.
En su mundo, incluso los omegas tenían derechos. Las esclavas no tenían ninguno. Se convirtió en nada más que propiedad.
Pero Selene todavía tenía esperanza. En su decimoctavo cumpleaños, como todo hombre lobo, esperaba que su lobo despertara. Se suponía que sería el comienzo de su nueva vida.
En cambio, se convirtió en una pesadilla.
Su lobo nunca llegó. Su cuerpo permaneció frío y silencioso. Y entonces... apareció el vínculo. Estaba emparejada con los cuatro.
Los mismos Alfas que la odiaban.
Los que la poseían.
Pero la verdad es que Selene nunca fue un lobo para empezar.
Mientras su cuerpo se marchita bajo el peso del vínculo, surge una verdad más oscura. No es solo una esclava... es la última bruja viviente, nacida del mismo linaje que los hombres lobo han perseguido durante generaciones.
Ahora, sus enemigos llevan la marca de sus compañeros...
Y la bruja que creyeron haber roto podría ser quien los queme a todos.