El Corazón Que Robó Dos Veces
Era de conocimiento común que Lucas Ryan se había casado conmigo únicamente por resentimiento, incapaz de estar con la mujer que realmente adoraba.
Durante nuestros cinco años de unión, él interpretó el papel del esposo ideal en público—un célebre especialista del corazón admirado por muchos. Sin embargo, dentro de los confines de nuestro hogar, era distante y frío, frecuentemente solicitando el divorcio.
Entonces Evelyn Snow, su primer amor, regresó al país debido a problemas de salud. Lucas se dedicó a su cuidado, raramente alejándose de su lado. Incluso me advirtió repetidamente: "La condición cardíaca de Eve es frágil. Si te atreves a aparecer y causarle estrés, nuestro matrimonio terminará para siempre".
Por fin, durante su centésima súplica por el divorcio, cedí.
Lo que Lucas desconocía, sin embargo, era que ya estaba esperando un hijo suyo.
En camino al juzgado para completar los trámites del divorcio, sufrí un accidente vehicular. Mi vida y la de mi bebé nonato se extinguieron en un instante.
Lucas no recibió los papeles del divorcio ese día, pero sí recibió la noticia de que Evelyn había encontrado un donante de corazón ideal.
Eufórico, se apresuró a regresar al centro médico y realizó la operación él mismo, extrayendo el corazón de mi cuerpo sin vida e implantándolo en el de ella.
No fue hasta después que recordó nuestro divorcio—pero para entonces, mi teléfono nunca volvería a sonar.