—Esto... ¿cómo diablos hiciste esto?
La boca de Trueno estaba boquiabierta de asombro.
Las paredes tenían docenas de agujeros. En cada agujero estaba en un pedazo de piedra y emitía una luz blanca pura. Además, incluso en el borde del techo había un círculo de esta increíble Piedra de Luz. Podían ver todos los detalles de la sala bajo esta luz suave.
Era la primera vez que Cenizas había visto al explorador hacer tal expresión. Ella no pudo evitar sentirse complacida.
—¿No lo sabías? —dijo—cuando una bruja fuerza el poder en la Piedra Mágica, puede estimular la habilidad extra.
—¿Son mágicas estas piedras? —preguntó Trueno, mientras que recogió con cuidado un pedazo de piedra resplandeciente.
Sosteniéndolo en sus manos, incluso sin los agujeros, su luz no disminuyó en lo más mínimo.