Qi Lei hizo una pausa y sus ojos oscuros se estremecieron un poco, pero no tenía miedo en absoluto.
Parecía ser alguien que no echaría de menos nada de su vida. La vida y la muerte ya no le importaban. A veces, pensaba en ir con la marea y simplemente morir para poder olvidarse de muchas cosas. La liberación era un lujo para él, por lo que no le tenía miedo a nada en absoluto.
"¿No crees que lo haré?" Qi Feng preguntó con voz profunda cuando vio la expresión tranquila de Qi Lei.
La curva de la boca de Qi Lei desapareció un poco y respondió con calma: "Si dijera que no te creo, ¿cambiarías de opinión?"
"No, no cambio de opinión fácilmente", Qi Feng le respondió simplemente.