Luego del desayuno, Shen Yi empezó a trabajar de nuevo en el estudio, mientras que el hermano se acomodaba y llevaba las valijas a una de las habitaciones para invitados. Aunque Shen Yi no necesitaba trabajar todos los días, todavía había asuntos a los que debía prestarle atención. Lu Xinyi entendía el predicamento de él, pero había establecido normas para su horario de trabajo.
Desde que habían vuelto del viaje de negocios—luna de miel, los dos estuvieron de acuerdo en que él trabajaría de nueve a cinco de lunes de viernes, lo cual era el horario de trabajo normal de él. Luego, todos los sábados, de nueve hasta el mediodía y debía tener las tardes libres y el domingo sería su día libre. Las únicas excepciones que ella aceptó que él tuviera, eran las reuniones de emergencia y las conferencia a las que debía ir.