—¿Por qué estás aquí? —le preguntó Shen Yi con desprecio. Había estado pensando por qué razón el hermano menor decidió ir a su casa sin previo aviso. El humor de él se volvió amargo, mientras que veía al hermano chupándose de los dedos las migajas de los relámpagos de chocolate ¡Qué gran manera de irritarlo!
—La abuela va a volver pronto —dijo Shen Xue despreocupadamente. La sonrisa en el rostro de él se esfumó, mientras que observaba al hermano. Los dos sabían que podía significar eso.
—¿Y estas aquí por qué…?
—Es tu culpa que hayas ofendido a la familia Xia al haber ignorado a la joven señorita, ¿por qué yo debería sufrir las consecuencias de eso? —preguntó Shen Xue cruzando los brazos e inclinándose sobre la mesada. El olor a la abrasadora carne de Lu Xinyi en la mesada le provocó todos los sentidos, lo que causó que se le hiciera agua la boca.