Llegué a la casa rápidamente y busque por todos lados alguna computadora o un portátil. Encontré una y me fijé si había alguna conexión a internet. No había señal, ni siquiera había un wifi para conectarse.
Llamé al móvil de Hércules y me daba el contestador automático. Me estaba tensando y volviéndome loca.
Esperé a Hércules en la puerta.
Cuando él apenas salió del auto, corrí hacia a él.
-- Recordé algo-- y un sudor frío recorría por la espina dorsal.
-- Qué recordaste?-- pregunta y vió que estaba bastante alterada.
-- Creo que quede embarazada-- y me quedé en blanco.
Hércules no dijo nada y vió cómo empezaba a derrumbarme más. Empecé a llorar desconsolada y él se le rompió el corazón.
Estaba atada y amordazada, me habían vendado los ojos. Golpeaban sin cesar mi vientre y yo lloraba, forjeceaba tratando de proteger a mi hijo y el de mi esposo.
-- No lograrás salvar a tu pequeño-- y escuché la risa de Ivanhoe al pronunciar aquellas palabras.
Sentí cómo hubo líneas delgadas de sangre recorriendo por mis piernas. Un dolor descomunal recorrió mi cuerpo y algo parecido a mi alma fue expulsada de mi interior.
-- No!-- grité con todas mis fuerzas al despertarme de la pesadilla.
Hércules entró a la habitación luego de haberme dado un calmante y me haya depositado en la cama.
Vió que lloraba y forjeceaba con lo que estaba sintiendo. Tenía la más alta expresión de dolor y de angustia.
Me abrazó y llore mucho, hasta que ya no me entraba aire a los pulmones, la nariz se me había vuelto roja tomate y los ojos se volvieron rojos e hinchados.
-- Fue él-- y la voz me salió ronca cuando logré poner algo de coherencia en los sonidos que había producido.
-- Quién?, y qué hizo?-- pregunta con algo de temor de ver cómo volvía a hundirme en la desesperación.
-- Ivanhoe-- repuse--. Él fue quien me torturó y mató a mi hijo y el de mi esposo-- y lo miré a los ojos--. Traté de protegerlo y no lo logré-- me rompí.