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Chapter 2: Capítulo 2. Cuándo la Luna se alza.

S: Etsei.

Aún después de todo el alboroto en la arena y regresar a mi cuarto siento que algo anda mal, además, Agy no ha llegado, sabrá quién a dónde se fue, y sólo estoy con esa chica Mirenal.

Y sigo sintiéndome inútil por lo que pasó, no pude lograr nada con ese maldito muñeco.

Me paralicé enfrente de todos ellos, y no logré mi cometido Ahora sólo parezco una debilucha. Almenos no cómo esa chica del final. ¿Cómo se llamaba? ¿Berca?¿Enry?Be-beeee cómo sea, ella sí que quedó en ridículo, hasta siento pena por ella.

Creo que debo aprender una que otra cosa de esa Mirenal. Se vió tan bien en cómo acabó con lo suyo en segundos. Si quiero llegar a algo rápido es viendo que tanto puedo llegar a hacer.

—Oye, Mirenal. Quisiera hablar contigo.

—¿Sobre qué?¿Lo de la arena?—Haciéndose la inocente.

No sabía que decir, me atrapó con el tema que iba a sacar.

—Bueno Si, pero es que pues me encantó eso.— con el miedo de que me dijera lamebotas le dije.

—Eso, ¿Qué?

—Me refiero a la rapidez con la que terminaste tu prueba. Fue simplemente fascinante que hayas acabado tan rápido.

—De verdad no es nada, enserio ¿Qué es lo que quieres saber?

   ¡Aaaaahh! Ya no tengo salida. Ayuda. ¿Ahora que le digo?

—Digo yo, emm

¡Maldición! Otra vez.

—Es broma, ya sé qué quieres saber. Pero debo saber algo.

Era obvio que quería algo a cambio.

—Bueno, ¿Tu amiga tardará mucho en venir?—Dijo Mirenal.

—¿Por que lo necesitas saber?

—Bueno, pues a mí, en lo personal me encantó su desempeño allá afuera.

Creo saber a dónde va esto.

—Bueno, eso espero, pronto dará el toque de queda de la academia, que nos dijeron que se daría tan rápido cómo estuviera la Luna asomándose, espero que vuelva pronto. O si no, la traerán a la fuerza.

—Entonces, ¿Me dirás?, Del cómo lograste eso allá abajo.—Esperaba con ansias que me dijera todo.

—Claro. Sólo fui yo.—Afirmó de la forma más simple que uno se puede imaginar.

No sé si fue por esperar de más, pero me siento decepcionada de su respuesta. Esperaba algo más grande y mejor que simplemente eso.

Mejor no respondí, supongo que no iba a obtener nada de ella.

—No es buena idea querer robar el principio de alguien—Me advirtió, aunque ella había volteado a ver a otro lado. Y vaya, sabía mi intención.

—Pero…—soltó una pequeña risita, ¿Se está burlando de mí?, Pero continuó—Sé que podemos ser amigas cuando consigas un principio por tu cuenta. Así ambas tendríamos uno.

¿¡Qué mier...!?¿¡Ya tiene uno!?Entonces… supongo que tenía en claro lo que iba a hacer cuando entrara en esa arena.

Ambas quedamos en silencio, sólo alistándonos para dormir. Aunque yo ya me había metido en las sábanas térmicas de las camas de la academia, Mirenal seguía esperando sentada a Agy.

Por mi parte debo reflexionar con la almohada todo lo que he visto hoy.

S: Agy.

Sólo pude pensar una cosa después de que nos liberaran de esa sesión de prueba. Buscar a esa chica que se fue en lágrimas. Pero sería un problema encontrarla sin siquiera saber su nombre. Claro que, si tenía algo en claro era el entrenador sabía su nombre, sólo debía saber su habitación. Así que corrí directamente a la recepción, para preguntar, dónde nos dieron llave.

Casi 3 pisos de la torre de la academia corriendo hacia abajo, pero al llegar pregunté:

—Discuple…— Del agotamiento casi me desmayo. Ni siquiera pude completar mi frase.

—¿Qué ocurre mi niña?—preguntó con amabilidad la mujer de la recepción, y agregó:—¿Qué necesitas?—esbozó una sonrisa después de preguntar.

—Quería… saber…—no podía decir cualquier cosa por quedarme sin aliento.

—Querida, toma tu tiempo, respira y cuéntamelo cuando estés tranquila.

No puedo creer lo increíblemente amable que es esta mujer.

Después de tomar el aliento otra vez, pude pedirle lo que quería.

—¿No sabe en qué habitación está el entrenador de la arena principal?— lo dije de manera algo apresurada por el toque de queda que nos explicaron.

—Están en los pisos superiores al 7mo, pero ningún estudiante puede tener acceso al ellos, por ende, son privados y restringidos.— me explicó, siempre guardando la calma.

—Mier…—me susurré para mí misma, pero volví hacia ella y mejor pregunté sobre aquella niña. —¿O no sabe de la chica que salió llorando en las pruebas?

—No estuve en las pruebas, no sé quién pudo haber sido.

—¿No pasó nadie por aquí durante las pruebas, ya que por acá se van a las habitaciones?— me sentí como sí la interrogara.

—Ah, claro, la pequeña Berry.

—¿Sabe el número de su habitación?

—Claro, pero, prométeme que no le harás daño, ví que ella era frágil emocionalmente cuándo llegó—me dijo pasando de su tono amable a un tono serio.

—Lo prometo— me inspeccionó con sus ojos cuando lo dije.

—Puedes pasar, 3-211— volvió a su tono amable.

—Gracias por tanto.

Quise salir corriendo al tercer piso, pero antes de salir disparada la mujer de la recepción me dijo:

—Hay un elevador ahí, querida

Ambas reímos, y me subí a el elevador. Pero antes de que subiera, le grité desde el elevador a aquella mujer.

—¡Oiga! ¿Cuál es su nombre?

—Me llamo Jesstei.

Jesstei, no olvidaré ese nombre.

Moví mi mano en señal de despedida, mientras subía.

[…]

En el tercer piso empecé a buscar la habitación 211. Cuándo llegué, ví cómo era, abandonado en un rincón al final del pasillo. No puedo creer que ella duerma ahí, almenos ha de tener a sus compañeros. Aún así, me acerqué a la puerta a tocar para comprobar sí ella me respondería.

S: Berry.

Oigo que tocan la puerta. No quiero… por favor ya no más. ¡Lárguense! Ya fue suficiente.

Oigo una voz, ya la oí ahí afuera… Tampoco suena alguno de los que se rieron… ¿Quién podría ser?

No quiero abrir, ¿Me atacará? ¿A qué viene?

No lo sabré hasta que vaya a abrir.

Fui a revisar a la puerta quién era, no era alguien que conociera.

Tenía la suerte de que la puerta estaba polarizada, por lo que veía a esa chica. Se veía tan linda, pero no estaba segura.

Se veía agitada, de verdad no iba a abrir, hasta que oí que dijo:

—¡Berry!

No entendía, ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Se habrá acordado de cómo me llamo cuando me llamaron a la arena? O más importante, ¿Cómo sabía cuál era mi habitación?

Pero, no quería estar con nadie, de verdad… No desde hoy.

—Vete—Lo dije con la voz rota.

—Quiero hablar contigo—pegó su frente a la puerta y continuó:— por favor, déjame entrar, en serio no quiero dañarte.—Intentó explicarme para que abriera.

Enserio estaba insegura de abrir.

Estoy decidida, voy a abrir, aunque no esté arreglada. Decidí abrir el candado para dejarla pasar.

Y en ese momento que abrí, se lanzó hacia mí para abrazarme.

En ese momento… No pude contener mis lágrimas, alguien a quién no le importaba quién o qué era, sólo me abrazó.

Me hizo sentir en casa.

—Fue tan hermoso lo que hiciste allá, incluso aunque te apuñaló lo perdonaste. No lo sé… caíste y huiste. Pero fuiste tú, en ese lugar, frente a todos. Te admiro, Berry

Empezó a brotarme una lágrima de los ojos.

Ambas estuvimos en silencio. Cuándo ella se decidió a preguntar.

—¿Dónde están tus compañeras de cuarto?

—…

—Ya veo… no lo sé, ¿Quisieras dormir con mis compañeras?

Sólo tuve la fuerza para asentir con mi cabeza.

Extendió su brazo hacia mi. Lo tomé.

Me llevó corriendo junto a ella a su habitación. No estaba tan lejos, era el mismo piso de todas formas.

Tocó el candado para abrirlo, pero frente ví que ya la esperaban sus otras dos compañeras.

S: El cuarteto.

Se podía percibir un ambiente extraño.

Tanto Berry cómo Etsei estaban desconcertadas de esta irrupción en el ambiente.

—Agy, ¿Quién es ella?— dijo Etsei señalando a Berry— espera... ya la recuerdo, es la que- — es interrumpida por Agy, que le tapa la boca.

—No hables de ello— le susurró a Etsei.

—Oye, te estuve esperando Agy.—Desde atrás intentó remarcar Mirenal.

—¿Estás son tus amigas?— le preguntó a Agy.

—¡Calma!— Agy ya algo mareada por la situación— Sólo uno por uno. Continuó—Etsei, ella es Berry, quería que se quedara con nosotras esta noche.

—Pero, ¿Por qué?— preguntando con un tono de desagrado.

—Mira, a ella la dejaron sola en un cuarto al final del pasillo. Quería acompañarla aunque sea por una noche.

Berry no pudo evitar sonrojarse por lo que Agy estaba diciendo.

—Entonces… es compasión— se dijo Etsei a si misma— aunque… ¿entiendes que está mal dejarla aquí?

—Claro, pero no quisiera que pasara sola su noche llorando abandonada.—volteó Agy a ver a Berry.

—Gracias…—Dijo Berry bajando la mirada.

—Bueno, por lo demás ya estamos, pero, ¿En dónde dormirá ella?— le contestó Mirenal.

—No lo había pensado antes, supongo que puedes dormir conmigo— dijo Agy esbozando una sonrisa.

Mirenal sólo se volteo enfadada.

—Bueno, pues ya a dormir— replicó en el momento Mirenal.

[…]

Ya estaban durmiendo Etsei y Mirenal. Pero Berry aún seguía despierta, al igual que Agy. Pero Berry lo nota y empieza a susurrarle para no despertar a las otras dos:

—¿Qué ocurre Berry? ¿Qué es lo que no te deja dormir?— le susurró Agy preocupada.

—E-estoy pensando. Nadie había sido tan bueno conmigo. Nunca. Y tú viniste— lo dijo sin voltear.

—Te veías sufriendo, no podía dejarte así, además de hacer algo por lo que mereces respeto. Eres una gran persona, no entiendo porqué te querrían hacer daño.

—Siempre ha sido así. Me han dicho que mis lazos de sangre están malditos. No sé a qué se referirán.

—Sé que llevamos poco tiempo de conocernos, pero, con o sin maldición te quiero Berry.

Berry volteó a verla. Estaba a punto de llorar. Agy la abrazó. Berry rompió en llanto, en voz baja, no quería despertar a las demás.

—Intentaré cuidarte desde ahora, ¿De acuerdo?—se lo dijo mientras le acariciaba su cabeza y la abrazaba.

Berry no pudo hacer nada más que verla a los ojos y sonreírle. Agy soltó una risita. Acto seguido Agy besó la frente de Berry.

—Duerme Berry, mereces descansar— no paraba de abrazarla.

—Te lo agradezco tanto, Agy— después de decirlo le besó una mejilla a Agy.

Berry se durmió al poco tiempo, en el pecho de Agy, que le sirvió de arrumaco. Antes de dormir, Agy le susurra al oído:

—Hasta mañana, mi nueva amiga. Has llegado tan lejos a pesar de estar sola. Hasta mañana.

Abrazó a Berry para dormirse también. Agy tuvo un pequeño destello en la mejilla que había besado Berry. Se apagó y se desprendieron pequeñas partículas de nebulosa.

Ese destello sólo pudo significar algo, Agy obtuvo un principio: proteger a Berry.


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