Chapter 72: Capítulo 72: Maureen Leclerk (parte 2)
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¡SPOILER ALERT!
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Reino Flor de Durazno
En una mansión en el centro de la capital
Un patio elegante y lujoso decorado con una fina fuente saludaba la vista. El agua caía por la boca de la fuente creando un sonido relajante.
Largas pestañas blancas se agitaban como mariposas revoloteando en el aire, su cabello color blanco seda se agitó con la suave brisa, su piel tan blanca como la nieve y tan suave como la seda brillo de manera encantadora bajo la luz del día. Tenía alrededor de 22 años, su cuerpo era seductor y su cara parecía haber sido tallada por los mismos angeles, llevaba sobre ella un aire noble y amable, más sus profundos ojos negros como la tinta ocultaban una extrema indiferencia. Era como un hada celestial que no ponía el mundo terrenal en sus ojos. Una suave sonrisa se dibujó en sus finos y encantadores labios, llevaba un humor excelente y la felicidad en sus ojos era evidente.
- Hermanita - Xoel Hauking, un hombre alto y apuesto de ojos oscuros y cabello castaño se acercó sonriéndole tiernamente a la mujer sentada al borde de la fuente.
- Hermano Mayor - Lukene se levantó y se acercó cálidamente a Xoel - Has vuelto, creí que llegarías un día antes de mi boda.
- Me desocupe antes, ¿cómo podría no estar en el gran día de mi querida hermanita? - Xoel palmeó cariñosamente el hombro de su hermana. No eran hermanos de sangre, pero habían pasado momentos de vida y muerte juntos por lo que su relación era muy estrecha.
- Hermano mayor, ¿vino Naomi contigo?
- No seas tonta, Naomi llegará dos días antes del día, aún está resolviendo sus asuntos en Crystal Lake - Xoel pellizco la nariz de su hermana burlonamente.
- ¿Cuando te casas con Naomi Campbell? Cuando te encontré ya trabajabas para la familia Campbell...
- Tu papel como dama de compañía se sobrepasó de la raya, Nyx Ryan. Nunca me imaginé que esa indiferente dama de buen carácter detrás de Lady Naomi Campbell fuera realmente mi propia hermana, de haberlo sabido no habría permitido que entraras en esa mansión. Humph Una señorita de una de las familias más importantes en el Reino Flor de Durazno convertida ferozmente en una dama de compañía de una señorita de una familia de comerciantes...
- Será una buena historia para contar - un hombre elegante e indiferente, alto y de cabello castaño, extremadamente guapo con un par de ojos verde que irradiaban total indiferencia se acercó desde otra dirección. Abrazo la curvilínea cintura de Lukene y se inclinó para depositar en sus labios un casto beso.
- Cuñado, tu ansiedad me preocupa y tranquiliza - Xoel sonrió suavemente.
- ¿Qué tranquiliza y preocupa? - Lukene hizo un puchero mientras su rostro enrojecía.
Martin solo miró a la hermosa mujer en sus brazos con amor evidente en sus ojos.
- Creo que aquí sobró. Iré a hacerle compañía a la abuela, es claro que entre toda la familia ella es la que está más emocionada por esto. Me retiro - Xoel soltó una suave carcajada con su voz ronca, como la brisa de mar. Con un gesto elegante se dio la vuelta y se fue.
Lukene fijo sus oscuras pupilas en el apuesto rostro de Martín Reeve, su mirada llena de tiernos sentimientos. Con su mano recorriendo cada porción de su rostro que causaría la caída de un país.
- He soñado tanto con este momento... no me parece real... - Lukene susurró con un rostro radiante de alegría.
- Mi amor, es real. Nos casaremos en ocho días... - Martín abrazo con fuerza la cintura de Lukene.
- Es que... no puedo creer que... que nuestro hijo ya está en camino - Lukene ancló sus delicadas manos a los fuertes hombros de Martín, su rostro se llenó de una indescriptible emoción.
- Te quiero - Martín acarició con amor el abdomen todavía plano de su amada mujer y se inclinó para besar apasionadamente sus labios.
Se abrazaron el uno al otro con cariño.
- ¿Segura que ella te encontrará? - apoyando su mentón en la cabeza de su futura esposa, Martín preguntó seriamente.
- Esa mujer es calculadora y muy inteligente. Dudo que ese hombre la suelte si llega a encontrarla, después de todo juraron casarse cuando ella aún era la Señora del Imperio Luna Roja. Si ella no quiere morir, nunca morirá. El hechizo fue perfeccionado seguramente, creo que ella renació en alguna parte cercana al Bosque del Otoño Eterno y si es ella misma ya habrá planeado una manera de poner a esa escoria en su lugar - un rayo de luz helada cruzó las oscuras pupilas de Lukene.
- Eran muy unidas ¿eh?
- Somos como hermanas, crecimos juntas. Ella sin duda me buscará para reprochar que no la haya invitado directamente - Lukene lanzó una sonrisa llena de melancolía y esperanza.
Si, ella era una de las mejores amigas de Alexandra Snowy. Por un descuido termino reencarnando en una niña hija de una campesina en el Reino Flor de Durazno, su padre biológico la vendió al estableciendo de esclavos, su madre biológica murió por inte tat conservarla. Por un golpe de suerte terminó en brazos de Halana Hauking quien, junto con su esposo Horacio Kingston, la crió como a su propia hija, su hermano Xoel Hauking había desaparecido con cuatro años de edad. Ella y su hermano se reencontraron años después, cuando por un tráfico accidente ella terminó convirtiéndose en dama de compañía de la hija de un comerciante, olvidando por algunos meses su verdadera identidad. Cuando recuperó sus recuerdos, también recuperó la memoria de su vida anterior y el control absoluto de sus poderes. Ella fue Maureen Leclerk y ahora era Lukene Hauking. Ella estaba inmensamente agradecida por su nueva vida, porque conoció a un hombre al que ama con todas sus fuerzas. Ella iba a casarse, y en su vientre ya estaba el fruto de su amor, su hijo. Aún así le gustaría volver a ver a su mejor amiga, su hermana jurada, Alexandra Snowy.
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