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Chapter 212: Una semana.

Un grupo mercenario de tres personas dirigidas por un Rango A se ocultaron por los callejones de la Ciudad Constanza.

"¿Está bien que hagamos esto?" Preguntó uno de los miembros de Rango B.

El jefe le dio una mirada y reveló una sonrisa altivaba mientras señalaba la ciudad.

Precisamente señalando la calle vacía, los autos abandonados y las tiendas cerradas y abandonadas.

"Todo está vacío, es nuestra oportunidad." Dijo el jefe sin controlar la sonrisa

Mirando la calle principal que antes hubiera estado abarrotada de autos y gente, hoy estaba completamente silenciosa.

Los autos estaban repartidos por la calle en un desorden demasiado chocante para una gran ciudad y los edificios se encontraban en silencio sin nadie a la vista.

"Pero… Solo ha pasado una semana, si nos atrapan tendremos problemas." Agregó el miembro asustadizo, muy preocupado.

Una semana.

Ese fue el tiempo que pasó desde que el alto goblin salió del Portal Abismal con la cabeza del líder de la expedición rumana que se había adentrado días antes.

En ese tiempo las fuerzas aliadas cubrieron la retirada de los ciudadanos y gracias a ellos fue posible que muchos ciudadanos huyeran.

A pesar de que el centro de la ciudad y sus alrededores estaba ocupado por esas criaturas, los combates eran frecuentes en ambos lados.

Goblins… Criaturas conocidas por ser salvajes y peligrosas.

Aquellos que eran jóvenes lo conocerían de los videojuegos o historias y si eran viejos o jugadores, entonces los recordarían o lo habrían visto personalmente en Terra nova.

Eran 'monstruos' que los novatos debían asesinar para subir de nivel, pero a una gran escala podían convertirse en aterradoras existencias.

La rápida reproducción de la raza destacaba, y por sobre todo la capacidad para la reproducción con cualquier raza era algo 'mágico'.

Era común pensar que cuando una mujer era atrapada por esas criaturas… No tendría un buen final y podía convertirse en un 'objeto' para la reproducción de la especie.

Por tal razón fue que la primera acción que tomaron los líderes de la fuerza aliada fue enviar a los ciudadanos lo más lejos posible mientras ellos cubrían la retirada.

Sin embargo, esa cualidad única era para este pequeño grupo una bendición.

"Hay muchas de esas criaturas verdes, los más pequeños son Rango C. Salvajes y poco inteligentes, si atrapamos una de esas criaturas viva, podemos venderla a investigadores." Murmuró el jefe y lamiéndose los labios, agregó. "Los medianos son igual de inteligente que un humano. Si atrapamos a uno de ellos podremos venderlo por varios millones."

El miembro asustadizo tragó al escuchar 'millones' y el jefe continuó.

"Solo imagínate. Son una raza mágica. Una nueva raza mágica que aparece en la tierra. Los Archimagos les encantaría investigarlos… No, los mismos científicos le gustaría abrirlos cuidadosamente y analizar cada parte de ellos." Anunció el jefe y dando una sonrisa, agregó. "Investigar como su ADN es compatible con el nuestro... Investigar su rápida reproducción y rápido nacimiento. O simplemente la razón por la cual sus hijos siempre nacen de su raza."

El jefe no era muy conocedor, solo estaba tomando todas las dudas que se preguntaban en los programas de investigación.

Sin embargo, no mentía.

Cada una de esas dudas era un asunto cuestionable que los investigadores más brillantes deseaban analizar con lentitud.

Si bien todavía no se habían reportado casos de nacimientos ni de reproducción de esas criaturas, estas características fueron tomadas de la idea que tenían de Terra nova.

Quizás al igual que los humanos de Terra nova y los terrícolas habría diferencia, pero en términos generales ambos eran iguales.

Y los investigadores o Archimagos les encantaría verificar esa diferencia detalladamente, aunque tuvieran que pagar por tener un espécimen de investigación.

Después de todo, esa raza era 'invasores' y en términos legales eran considerados como monstruos.

"Que se jodan las fuerzas aliadas… No pueden quedarse ellos con todo." Declaró el otro miembro con ojos lleno de avaricia.

A pesar de que las autoridades sellaron la zona principal y lo declararon prohibido para los individuos comunes, ellos seguían adentro en sus campamentos.

¿Ganaban algo al luchar contra criaturas?

Esa pregunta no importaba, cuando ellos podían ganar dinero al capturarlas.

El miembro asustadizo obtuvo coraje y asintió con ligera emoción.

Con el jefe a la cabeza, ambos avanzaron por la vereda mientras miraban atentamente a cada lado.

Estaban en los alrededores del área de control de los goblins y el grupo pudo notar que las tiendas se encontraban llenas, dejando en evidencia lo rápido que sus dueños tuvieron que irse.

Viajando rápidamente, escondiéndose entre los autos abandonados o los edificios, el grupo escuchó ruido que venía de un supermercado.

Desenfundando sus armas se acercaron mientras que también llevaban armas aturdidoras.

Desde una varita con un hechizo de sueño, hasta una pistola eléctrica de alto voltaje capaz de incapacitar objetivos débiles e indefensos.

Entrando por la ventana rota tratando de hacer menos ruido posible, el trío notó a un grupo de tres pequeños goblins abriendo y comiendo todo lo que se encontraban.

Las espadas cortas estaban tiradas en el suelo mientras la atención de esas criaturas se centraba en la comida.

Rompiendo las bolsas y masticando todo tipo de aperitivos con salvajismo y hambre.

El jefe le hizo una señal a su equipo señalando a la tercera criatura y cuando sus compañeros asintieron, cargó hacia adelante con su espada en la mano.

"UGhh…"

Clavando su espada en el pecho del goblin, la criatura únicamente pudo soltar un gemido de dolor por última vez cuando fue atravesado.

"¡GRAA!"

Los compañeros de esa criatura gruñeron, pero antes de que pudiera tomar sus armas, uno fue atravesado en el cuello por otra espada, mientras que el otro fue electrocutado por la pistola paralizante.

El jefe reaccionó de inmediato y le dio una patada en la cabeza aturdiendo a esa pequeña criatura.

Entonces, cuando la energía eléctrica se detuvo, utilizó la varita de sueño para lograr que se durmiera profundamente.

"…" Mirando las criaturas caídas, el jefe no pudo evitar reírse y sin controlar su sonrisa, anunció. "¡Este fue nuestro día de suerte!"

Sin tener que adentrarse donde estaban las criaturas más fuertes, en un supermercado cercano se encontraron con estas criaturas de repente.

"¡Déjame demonio!"

"¡Señora, no soy un demonio! ¡Soy un humano de tierras del fuego! ¡Un humano con cuernos!"

"Dejen de gritar, los diablillos nos están persiguiendo…"

*BOOM*

Antes de que pudieran reaccionar a esas voces, una explosión sonó cuando un goblin del mismo tamaño que un humano promedio, chocó contra la pared del supermercado y aterrizo a al lado del grupo.

Cuando la criatura se levantó, se limpió la sangre de su boca y se tocó su magullado rostro y miró a los tres mercenarios que tenían a uno de sus razas en el suelo.

"Gugurua…"

Con sonidos guturales e incomprensibles, la criatura se levantó y tomando su espada cargó hacia ellos.

"¡Corran!" Gritó el líder saliendo del supermercado.

La criatura que lo perseguía no era un goblin normal, era aún más problemático.

Los goblins más altos que se encontraban entre su raza, conocidos como 'hobgoblin' esa criatura media igual que un humano y por lo general eran Rango A.

Hábiles y capaces con sus armas eran como cualquier humano en destreza… No, tenían una mayor experiencia que un Rango A promedio, quizás por el entorno en el que vivieron.

"¡GRAA!"

Escuchando el rugido a su espalda, el trío salió al supermercado y sus ojos se abrieron al ver la batalla que sucedía en la calle principal.

Una joven que usaba brazos negros que salían por de su espalda estaba llevando a cinco personas que estaban enrolladas por algunos de esos brazos.

Otros brazos negros estaban protegiendo a las personas que llevaba de una ronda de flechas.

Debajo de ella estaba un humano… No, lo que se podía describir como un demonio.

Piel rojiza con pequeños cuernos en su cabeza, todos lo que lo miraban lo describirían como un demonio y ese individuo llevaba a una anciana como alguien que cargaba una bolsa de papas a su hombro.

Esa anciana estaba golpeando la espalda del demonio en pánico.

"¡Grraa!"

El rugido resonó a la espalda del grupo y el jefe mercenario desenfundó su espada para chocar con la espada del goblin.

"Ugh…" La fuerza del hobgoblin era superior a la del jefe, lo que hizo que soltara un gemido y se retirara.

Con un solo choque de espada, el jefe se dio cuenta de la diferencia de fuerza y como si la criatura quisiera mostrar que la experiencia también era diferente, el hobgoblin atacó de inmediato.

Solo con dos intercambios de espada, la fuerza y la diferencia de ferocidad fue revelada, logrando que el jefe mercenario se volviera pálido.

Antes de que pudiera reaccionar, el goblin se alejó hacia atrás.

*BOOM*

El jefe notó como el puñetazo de una joven creaba un pequeño cráter y sin perder el tiempo, ella cargó al hobgoblin iniciando una batalla peligrosa.

"¡Ustedes, salgan de mi camino!" Ordenó el 'demonio' mientras las llamas empezaban a levantarse a su alrededor.

El grupo de mercenarios corrió hacia los lados tratando de esquivar y ese individuo que llevaba la señora, agitó su única mano disponible.

Una gran llamarada se extendió hacia adelante, tragando a los pequeños goblins que estaban corriendo a donde estaban ellos.

Algunos pudieron esconderse y otros fueron quemados vivos.

*BOOM*

Desde el interior del supermercado, el hobgoblins salió disparado y fue enterrado en otro edificio.

"Vámonos ahora, ¡creo que ha llamado refuerzos!" Avisó la luchadora mientras aparecía al frente de los mercenarios.

Antes de que los mercenarios pudieran escapar, la mirada de la joven, que no superaba su veintena, se dirigió a ellos y ordenó. "Ustedes también vendrán por nosotros."

El tono no permitía negativa.

******

En un campamento de las fuerzas aliadas, una anciana se inclinaba ante hombre de piel rojiza y pequeños cuernos.

"Lo siento, No debí llamarte demonio, estaba muy asustada." Murmuró una anciana bajando la cabeza con pena, dándole una mirada a Siba.

La expresión de Aurora tembló al ver la reacción de ese humano de las tierras del fuego.

Su piel rojiza era demasiado evidente y sus pequeños cuernos sobresalían a pesar de su tamaño.

"No se preocupe, señora, todos nos asustamos cuando vemos alguien aterrador." Respondió Siba con una expresión extraña.

Era como si entendiera, pero a la vez le molestara y no pudiera hacer nada para evitarlo.

Lo peor, era que Meden y Alros, quienes se podían considerar los colegas de Siba, estaban de cerca mirando la escena riéndose en secreto.

Aurora trató controlar su expresión todo lo que pudo.

A pesar de que ambos tenían el estatus de 'capitán' y técnicamente eran 'colegas' en igualdad de posición, no era como si quisiera reírse de alguien que había visto una vez antes y solo conocido mayormente durante esta semana.

La señora solo dio una sonrisa avergonzada sin saber que decir ante esas palabras y con los demás individuos rescatados se subió el camión militar.

Aurora observó a los mercenarios que también se lo llevaban arrestados.

En área alrededor del centro del portal abismal y prácticamente gran parte de la Ciudad Constanza era considerada un área prohibida por el gobierno de Rumania.

El delito de adentrarse a esta área era varios años de cárceles y más debido a la situación peligrosa de los portales abismales.

"¡Tienes un gran encanto, Siba!" Bromeó Meden cuando el camión se alejó del campamento principal.

"Podría ser su abuelo." Respondió Siba mirando a la enana Meden de manera feroz.

Aurora le echó otro vistazo a ese humano de las tierras del fuego y se dio cuenta de que su apariencia la había engañado.

En realidad, Siba lucia como un hombre de mediana edad en la mejor etapa de su vida llena de vigor, pero ella no imaginó que su edad podía superar a una anciana cuya apariencia parecía en su setenta y tantos.

No era como si hubiera interactuado con muchos elfos u otras razas, Cithrel y Urfin eran sus conocidos más notables que no eran humanos.

La verdad era que la edad la desconcertaba un poco… Era difícil pensar que sus nuevos colegas habían vivido más de cien años.

"Dejen de hacernos quedar mal, nuestras nuevas compañeras pensarán mal de nosotros." Intervino Alros con un tono serio, mirando a ella y a Alice.

"Bah, ya nos debió haber conocido." Respondió Meden con una risa entretenida y dando una mirada a Alice mientras le pasaba algunos aperitivos, preguntó. "¿No es cierto?"

"Claro." Respondió Alice mientras asentía como si fueran viejas amigas mientras aceptaba lo que le ofrecían.

Unos pequeños sándwiches y una bebida caliente como si fuera un ligero desayuno.

Aurora no pudo evitar reírse.

En tan solo una semana, Meden descubrió los intereses de Alice y debido a que en cierta forma ambas compartían el afán por la comida, congeniaron bien.

Antes de que Aurora diera un comentario, su reloj holográfico vibró con el aviso de Urfin.

"Urfin me están llamando, luego almorzamos." Dijo Aurora soltando un ligero suspiro agotado.

Los demás dieron sonrisas y ella saludando a sus compañeros se dirigió a un edificio.

Ahora mismo estaban en la zona sur de la ciudad Constanza, en el área de influencia del Imperio Falion, básicamente Grecia.

Tomaron el control de una pequeña zona residencial de departamentos cerrado y este lugar fue ideal para convertirlo en un campamento principal.

Aunque los llamaban las 'fuerzas aliadas' en realidad, había tres influencias en la ciudad Constanza… Cuatro si se consideraban a los goblins.

En el norte, cubriendo toda esa zona, se encontraba la Iglesia del Orden, con su fuerza principal los 'Ejecutores del Orden' que estaban presentes.

Dirigidos por el Cardenal Auguste, eran una fuerza a tener en cuenta.

En el oeste se encontraba las autoridades rumanas, la sede central del ejército y especialmente los gremios rumanos, junto a aquellos más allegados a ellos.

Al final, al sur se encontraba el área de influencia del Imperio Falion, quien dirigía a los equipos que vinieron de Grecia.

También se encontraban individuos pertenecientes a la Iglesia del Tiempo y el Espacio y algunos equipos de apoyo pertenecientes a la Empresa Cosmos.

Si bien el ejército se encontraba sirviendo como apoyo a las principales fuerzas, el alto número era la única ventaja que tenían, ya que la fuerza de los miembros era baja en términos generales.

Los soldados mayormente usaban armas de guerra y en muy pocos casos tenían un equipo actualizado.

En el centro rodeado por todas partes y con el mar negro al este, se encontraba el portal abismal y los goblins cuyos números a los ojos de Aurora parecían aumentar cada día.

Entrando a un edificio, Aurora se dirigió al centro de mando en donde se encontraban decenas de computadoras y artefactos mágicos.

Pantallas conectadas a satélites, cámaras o drones vigilaban toda la zona prohibida, mientras que otras pantallas se mantenían a tanto de las diferentes comunicaciones de los equipos que patrullaban la zona.

Urfin estaba en el centro de todo eso mirando con atención.

"Escuché que se encontraron con un hobgoblin y varias patrullas de esos diablitos. Me alegro de que todo saliera bien." Dijo Urfin dando una sonrisa de saludo.

"Fue inesperado, pero no demasiado problemático. Aunque si fue un oponente duro." Respondió Aurora con calma.

Se había topado con esos hobgoblins y se había dado cuenta de que eran oponentes problemáticos.

En algunos casos más difíciles que algunos milicianos de Rango A.

La hizo preguntarse en qué clase de ambientes vivían para desarrollar esa experiencia y capacidad tan abrumadora para luchar.

Urfin le dio una señal para que lo siguiera y ambos empezaron a caminar.

"También escuché que atrapaste a unos mercenarios." Dijo Urfin y suspirando, comentó. "Los problemas lentamente están surgiendo. Estoy seguro de que, si esto no se acaba ahora, otros problemas aparecerán."

Este era el primer grupo de mercenarios que ella se encontraba… Individuos que cegados por el dinero se adentraron a la zona prohibida tratando de ganar algo de dinero.

Aurora no era demasiado conocedora en temas mágicos o de investigación, pero sabía que muchas personas estaban interesadas en los goblins.

Eso no solo se extendía con respecto a la investigación, sino que a nivel mundial.

Los profesionales de las diferentes ramas no eran los únicos preocupados por los goblins, sino que también las personas comunes estaban preocupadas.

¿Esto era una invasión? ¿Una guerra dimensional como se escuchaba en la historia antigua de Terra nova?

"Es difícil saciar el interés de todos." Murmuró Urfin sin poder resistirse y cuando llegaron a su oficina, cerró la puerta y explicó. "La Empresa Cosmos ha obtenido cadáveres de goblins para investigar mejor."

La expresión de ese hombre no cambió a pesar de lo que acababa de decir y dio una media sonrisa.

"También nosotros hemos dado material a los Archimagos para la investigación, después de todos somos un imperio mágico. El conocimiento y la investigación es uno de nuestros pilares." Anunció Urfin sin ocultar nada.

Era de lo más común… Aurora pudo entenderlo.

Para criaturas que no tenían estatus legal y eran tratados como enemigos ante los ojos de todos, era común que se los investigara como si fueran animales o bestias mágicas.

"Si me cuentas eso para no me sorprenda cuando lo descubra… No necesitas hacerlo." Comentó Aurora y dando un suspiro, reveló. "No sé cómo los veo, pero lo que sí sé, es que no quiero dejar que inocentes mueran por ellos."

¿Eran monstruos? ¿Una raza como los elfos o enanos? ¿Eran criaturas demoniacas como los mismos demonios?

Monstruo, humano, elfo o demonio… Mientras dañara a inocentes para Aurora, todos ellos podían convertirse en sus enemigos y no habría diferencia.

Era por eso que durante toda esta semana se estuvo moviendo por la ciudad Constanza, participando en misiones de rescate o apoyo a los militares con su retirada de la ciudad.

"Tal vez en el futuro cuestiones todo…" Murmuró Urfin y sin explicar, declaró. "De todas formas, con este último grupo que han rescatado se puede decir que la zona de influencia de los goblins fue completamente evacuada."

Aurora suspiró al ver las proyecciones que Urfin le revelaba.

En el norte los ejecutores del orden rescataron a quienes se encontraron y los llevaron a fuera, en el oeste en la zona de influencia rumana los gremios también se movieron.

A su lado, ella había dirigido a un equipo con Siba y Alice a rescatar el pequeño grupo que estaba muy dentro de la influencia de los goblins.

"Ahora que lo más problemático ha sido removido, los altos mandos desean moverse. Tú lo has visto. Mercenarios se infiltran tratando de capturar goblins. Estos son los primeros, pero es muy posible que demonios estén mirando escondidos en pueblos o ciudades cercanas y ni hablar de las malditas sectas." Dijo Urfin y con una mirada seria, comentó. "En muchos reinos e imperio los goblins salvajes son considerados monstruos… La razón es simple, se reproducen como conejos, usando a individuos femeninos como incubadoras."

Aurora se quedó en silencio.

Había visto la crueldad de humanos, demonios e incluso de bestias mágicas.

A los Smilodon Fatalis le gustaba comer carne humana, a los Quebrantahuesos le gustaba elevar humanos y tirarlo desde lo alto del cielo mirándolos caer al suelo.

Solo en la misión 'Asalto' vio como el General Kavuri se transformaba en un monstruo, mientras que en los almacenes inocentes estaban colgados como ganado para que se desangraran.

La crueldad estaba en todas partes… Incluso en ella misma.

Por tal razón fue que permaneció en silencio.

"No sé si estos goblins son iguales. Prácticamente, no sabemos nada sobre ellos, pero nadie quiere esperar para aprender su modo de vida." Dijo Urfin con un tono serio y mirando a Aurora, comentó. "Te digo esto porque te conozco… Desde este momento se empezará verdaderamente con el enfrentamiento y no sé qué pueda suceder."

¿Quieres quedarte o te retirarás?

Esa era la pregunta que estaba haciendo Urfin y Aurora se quedó en silencio.

Urfin no lo hizo de mala manera, sino que tenía sentido.

Había tantas preguntas y a la vez tan pocas respuestas, pero algo estaba claro… Las cosas podrían cambiar de inmediato.

"Piénsalo con calma. Tienes hasta mañana que se comenzaran a mover." Dijo Urfin dándole una media sonrisa.

Aurora abandonó la oficina en silencio.


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