Chapter 338: Acercarse al final.
Cécile leyó unas notas en un libro.
Se trataba de notas sobre uno de los hechizos personales del 'Enemigo de la Humanidad'.
Era un hechizo que conectaba diferentes planos y que le permitía invocar todo tipo de criaturas, bestias y seres de diferentes razas de fuerzas variadas.
El problema era que, si bien el concepto general estaba presente, las notas solo tocaron el tema de invocación masiva y no estaba el hechizo completo.
"Tch…" Cécile chasqueó la lengua frustrada.
Los invocadores tenían diferentes estilos, algunas veces haciendo contratos, otra vez invocando por círculos mágicos, pero él usaba un estilo único.
Su hechizo literalmente raptaba a personas y criaturas de diferentes planos.
El conocimiento para desarrollar ese hechizo era inimaginable.
Cada plano tenía su barrera dimensional que impedía que el 'Caos' se adentrara, pero también impidió que otras existencias pudieran adentrarse, que los dioses no pudieran usar su poder entre los humanos y que aquellos mundos invasores, no lograran llegar.
Al mismo tiempo que protegía para que la magia de otros planos no lo afectara, pero ese hechizo atravesaba la barrera dimensional y raptaba a las personas, sin importar su fuerza o cuanto se resistía.
"¿El precio habrá valido la pena?" Dudó en voz baja.
Era conocido que ese hombre hizo un trato con la Emperatriz del Infierno por su conocimiento y que desapareciera, daba la posibilidad de que esa Diosa Primordial hubiera tomado su alma.
¿El precio valió la pena?
Cécile pensaba que lo había valido.
Conocimiento dado por una Diosa Primordial… Ese conocimiento le permitió crear un hechizo que podía invocar calamidades.
Y ahora ella utilizó las migajas que le dejaron para crear su propio hechizo.
No ese hechizo que usaba para invocar criaturas de rango A, sino que un hechizo mejorado que tenía todo su entendimiento sobre la invocación.
Los combinó con las últimas notas que le dio Víctor y alcanzó un punto aterrador.
Tenía sus problemas y su peligro realizar ese hechizo, pero la fuerza que podría demostrar sin duda sería impactante.
Y lo más importante… Realizar ese hechizo podría llevar a que saltara esa línea que la estaba limitando tanto y que estaba a un paso de cruzar.
"¿Cécile?"
Una voz vino desde afuera y Cécile dio la orden para que su felino guardián lo dejara pasar.
Quien entro fue el Archimago de magia de agua que fue a ayudarla y su expresión era solemne.
"El estado de los rescatados se ha estabilizado, pero no sabemos lo que ocurrirá. No sabemos si es un veneno, una maldición o ambos. Lo que estamos seguro es que parece complicado." Informó el Archimago.
La preocupación era visible en su tono y su expresión, revelando que la situación no era buena.
Cada uno de ellos tenía cierto conocimiento básico sobre magia de curación y primeros auxilios, pero cuando se refería a un veneno de ese tipo, todo se complicaba.
Era hasta el punto de que ellos no sabían que era lo que le sucedía.
"Hemos usado algunos pergaminos de curación, intoxicación y purificación de magia de luz, pero los cambios son mínimos." Agregó el Archimago agitando su cabeza con cierta preocupación y dando un suspiro, añadió. "Tratamos de que algunos de los dos sacerdotes se recuperen, pero incluso si lo hacen y llegan a rezar a sus dioses por salvación, será difícil decir si obtienen la respuesta que deseamos."
Tenían una gran cantidad de pergaminos de todo tipo y clase, pero que no funcionara dejaba en claro que la situación era desconocida.
Lo ideal sería que uno de los sacerdotes despertara y pudiera rezar a su dios, pero si llegaba a ese punto era difícil saber si sus dioses respondían como ellos deseaban.
Tanto el espadachín como ese Archimago habían rezado a los Dioses Primordiales para ver si curaba a sus sacerdotes y el problema era que no hubo respuesta.
No cualquiera podía rezar a un dios… No, sería mejor decir que los dioses no le respondían a cualquiera.
La 'devoción' y la 'fe' era importante y a veces fundamental, pero de otra manera también era posible que le respondiera si esa existencia estaba interesada por la persona que rezaba o si en la situación había alguien o algo que le interesara.
Cécile solo asintió.
No era devota y estaba segura de que, si esos Dioses Primordiales la estaban mirando en este punto, ellos la ignorarían.
Ante sus ojos, esas entidades eran niños que miraban desde arriba jugando con los humanos como si fueran juguetes y el problema era que ellos eran de los peores niños, aquellos que no cuidaban sus propios juguetes.
Contar con ellos era inútil, en este punto solo podía contar consigo mismo y sus invocaciones.
Dando una mirada al Archimago que se notaba preocupado por su situación, Cécile estuvo por ordenarles sobre el tratamiento, cuando se concentró.
Había invocado cientos de pájaros y pequeños animales para poblar el área y explorar.
Debido a que no había límites para criaturas sin fuerza fue bastante fácil y ahora pudo sentir que uno de esos exploradores identificado a unos enemigos.
Conectando su mente a un felino de seis patas por medio de la técnica de domadores, pudo ver lo que ellos veían.
El felino de seis patas era sigiloso y se camuflaba perfectamente en el bosque, lo que le permitió observar a sus objetivos.
Era una patrulla de Tartak que parecía estar buscándolos y estaba dirigido por Norak.
Un rango S, cinco rangos A.
Su equipo era una armadura de metal que enfatizaba su protección a sus piernas, cuello, torso y cabeza.
Norak era quien llevaba una gran alabarda mientras caminaba con frialdad, liderando al grupo.
Cécile dio una sonrisa y ordenó que sus invocaciones se reunieran.
"He encontrado un grupo de patrulla." Reveló Cécile al Archimago y observándolo con seriedad, ordenó. "Es mejor que ustedes protejan el campamento, por si hay más enemigos."
El espadachín estaba cuidado a los heridos y necesitaban no solo un cuidador, sino que también alguien que mantuviera la guardia.
Los Tartak usaban una técnica secreta para atacar y era posible que tuvieran medios para ocultarse… Cécile no se arriesgaría demasiado.
"Entiendo." Respondió el Archimago con una voz solemne.
Ella se preparó por completo.
Usando su túnica de batalla, sacó una varita y un bastón de mago, entonces utilizó los hechizos de protección.
Cuando salió de su carpa pudo ver a varias criaturas mágicas esperándola.
Algunas eran de rango A que protegían el área como el ave de pico de acero y también se encontraban felinos de seis patas.
Las serpientes se volvieron pequeñas otra vez y se deslizaron hacia ella subiendo por su ropa y ocultándose en su manga.
Todo este tiempo no se había quedado esperando a que la otra parte se moviera y no se quedó creando su hechizo, sino que estaba preparando su ejército.
Tenía un límite de control para las invocaciones, pero las notas le permitieron invocar sin utilizar círculos mágicos, lo que le facilito una invocación masiva.
El número de bestias de todo tipo fueron aumentando y los rangos B, eran los que había en mayor cantidad.
Ella empezó a moverse y por el camino, más criaturas se unieron hasta que superaron los setenta bestias mágicas.
El número máximo de criaturas que podía invocar y controlar eran de diez al rango A y cien al rango B, pero solo utilizó setenta dejando a las otras en áreas diferentes que siguieran explorando.
Volando a gran velocidad hizo que las aves se elevaran al cielo y que las criaturas se dividieran en pequeños grupos.
La patrulla no estaba tan lejos y eso significaba que habían seguido sus rastros con bastante precisión, pero ese resultado fue agradable.
Ella había dejado esas pistas y ahora mirando ese pequeño ejército de decenas de criaturas mágicas sonrió.
También estuvo invocando criaturas de rango C, pero debido al gasto en alimento, las utilizó para que recolectaran y cazaran comida… E incluso las utilizo como fuente de alimento para otras bestias poderosas.
Su estilo había pasado de gastar una gran cantidad de dinero invocando criaturas mágicas a poder invocar miles de criaturas de forma ilimitada.
Todo por unas notas.
Respirando hondo tratando de calmar sus pensamientos, avanzó con mayor velocidad.
Cuando estuvo por acercarse no utilizó una táctica de sigilo, sino que ordenó que las criaturas envolvieran a sus enemigos para que no huyeran.
Si volaban las aves lo atacarían, si corrían serian derribados por esos depredadores y si trataban de escapar usando magia espacial, ella lo detendría con un hechizo de interrupción en su bastón.
Tenía la fuerza de números y lo usaría.
Sin embargo, tampoco ordenó que atacaran de inmediato, sino que solo lo rodearan.
Había dejado pistas para que la persiguieran debido a que quería que la siguieran y de esa forma derribarlos y capturarlos, consiguiendo la información que necesitaba.
A la vez que deseaba saber algo más…
Notando que estaban rodeados de forma rápida los Tartak entraron en posición de batalla y Norak mantuvo su mirada en alto, dirigiéndola a ella.
Cécile se acercó descendiendo y siendo rodeado por esos felinos de seis patas que parecían guardias.
"¡Debemos retirarnos capitán!" Pidió un Tartak utilizando un gran mazo.
Cada uno de ellos estaba muy bien equipado e iba a ser difícil para sus bestias atacarlos, pero con su número podría derribarlos si le daban tiempo.
Incluso el rango S, podía ser derribado por sus criaturas mágicas apoyadas por ella.
Sin embargo, a pesar de que estaban rodeados Norak la observó directamente.
"¿Has hablado con los dioses de la luna?" Preguntó Norak de repente.
Su expresión era solemne y seria, pero a la vez esperanzadora.
Muy diferente a cuando Svenak escuchó sobre esas entidades.
Los que estaban en la luna eran dioses y la expedición los llamo 'guardianes' debido a que eran dioses nativos de este mundo.
Sin embargo, en la terminología no se había confundido… Ahora Cécile se dio cuenta de ese hecho.
"¿Esos son sus verdaderos guardianes?" Preguntó Cécile con seriedad.
La expresión de los rangos A se distorsionó al escuchar esas palabras que seguramente ante sus oídos sonaban como herejía.
Norak la observó sin responder por un momento y Cécile sonrió.
"Si, ellos trataron de comunicarse e incluso lo he visto. Conformando la luna, diferentes entidades pegándose entre sí, como si se fusionaran en algo mayor o retuvieran algo. Decenas de ojos que observan mientras algunos ojos son forzados a cerrarse… Para no esparcir la corrupción." Describió Cécile y observando que la expresión de Norak se volvía seria, declaró. "Ellos están siendo corrompidos lentamente y a pesar de que resisten, al final caerán."
Se había puesto a pensar cuál era la sensación que había sentido en su estancia en el castillo de los Tartak y había llegado a la respuesta que eran esas entidades en la luna.
Estaban debilitadas hasta el punto de que no pudieron forzar una conexión mental con ella y solo pudieron dejar una pequeña 'sensación de rechazo' como advertencia.
Y siguiendo su análisis, esos ojos cerrados eran parte de ellos, solo que era la parte corrompida, que los demás estaban suprimiendo con todas sus fuerzas.
Sin embargo, caerían al final.
Al escuchar sus palabras Norak, dio un largo suspiró por un momento y cerró sus ojos, apretando el agarre de su alabarda.
Cécile lo observó atentamente.
Cuando trató de escapar durante esa desafortunada fiesta, él no la ayudó directamente y solo dejo ver algunas señales de dirección.
Pero si se miraba de otra forma, tampoco se interpuso en su camino.
Se veía fuerte y ahora lo demostró.
"Ughh…"
Agitando su alabarda, con la parte puntiaguda atravesó el cuello de uno de los Tartak y cuando la sangre salió a borbotones, la balanceó de vuelta.
"¿Qué?" Un grito vino de un sorprendido Tartak al ver que otro era decapitado.
Sin embargo, Norak no se detuvo, golpeando el suelo para cargar, su alabarda se encendió fuego y con un solo balanceó el fuego engulló a cada uno de sus compañeros.
El calor era desbordante hasta el punto de que Cécile tuvo que retroceder y era tan impresionante que derretía la armadura metálica.
Norak no dejo que sufrieran y los acabó a gran velocidad.
"…"
Entonces todo quedo en silencio cuando él observó los cadáveres de sus antiguos compañeros.
Cécile estaba un poco sorprendida por su fuerza, pero al final sonrió.
Los Tartak eran devotos, pero si Svenak adoraba una entidad que no era aquellos en la luna, estaba claro que habría otra parte que adorara a esas entidades de la luna.
Y ahora lo encontró y al mismo tiempo encontró la perfecta fuente de información.
"Ven." Pidió Cécile sin temor y observándolo con una sonrisa, preguntó. "¿Qué tan cerca está tu raza de la extinción?"
Su pregunta hizo que Norak temblara sin poder negarlo.
******
El capitán de la expedición rusa observó a su equipo preparándose con miradas serias.
Tenían puestos su mejor equipamiento y todos los artefactos que podían llevar para protegerse, pero la solemnidad de su rostro todavía no podía mermar o ser borrada.
"¿Están listos?" Preguntó una voz y cuando observaron, todos pudieron ver al Anciano Vladislav Vasíliev.
Su expresión también era seria, pero ahora todos podían ver cierto agotamiento en sus ojos y cuerpo a pesar de que él trataba de ocultarlo.
La espalda encorvada dejaba ver que este mundo lo estaba afectando y corroyendo por dentro.
"Sí, estamos listo." Respondió el Capitán con un tono solemne.
Vladislav asintió y le hizo una señal para que avanzaran.
Las dos torres, una más grande que la otra podían ser vistas desde lejos y en medio de ese mundo blanco y negro, se podía sentir las decenas de miles de almas que revoloteaban presionando con fuerza.
Estaban por acercarse al final… Para completar su misión.
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