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Chapter 493: Historia Paralela Nuevo Comienzo Capítulo 83: Tirano.

Dando un bostezo aburrido, Víctor redirigió su mirada a Alfredo Rivas que lo estaba observando.

"¿Qué te parece el título de 'General del Mar'?" Preguntó con cierta curiosidad.

Rivas tenía varios títulos, algunos de ellos que lo definían como 'guardián' o 'protector', pero todos estaba relacionados con Chile.

Ahora que Chile era parte de su imperio, necesitaba un nuevo título que demostrara que era parte de su imperio.

"Su Majestad… Víctor la situación está creciendo demasiado allá fuera." Dijo Rivas y con un tono serio, cuestionó. "¿Vas a dejar que la situación siga escalando?"

Mirada y tono serio que llevaba cierta molestia por su pregunta tan casual.

"¿De esa forma deberías cuestionar a tu 'emperador'?" Preguntó Víctor y al ver que el anciano daba una expresión fría, se acercó a la ventana y comentó. "Están animados."

Estaban en una sala en la 'casa rosada' en Argentina y al frente estaba la 'plaza de mayo', en la cual estaba llena de argentinos enfurecidos.

La razón era simple…

"La muerte de un buen político puede ser dolorosa." Murmuró Víctor y con una sonrisa, añadió. "El dolor se intensifica más cuando fue uno de los más agradables durante el último tiempo."

Hace una semana un político argentino y chileno que fueron enviados como diplomáticos para mejorar las relaciones con Brasil, fueron atacados.

El político argentino terminó muriendo mientras que el político chileno logró huir, conmocionado por el ataque.

El Imperio de Sudamérica pidió que sus autoridades pudieran entrar a Brasil para investigar este atroz crimen, pero le fue negada la entrada.

Se exigió diplomáticamente respuesta, pero las autoridades de Brasil negaron toda relación con ellos y solo dieron excusas o acusaciones vacías.

Para el pueblo argentino que se había apoyado en este buen político fue un duro golpe que estaba causando que las personas vinieran de todas partes a la ciudad.

Estaban protestando al gobierno para que hiciera algo… Estaban protestando para que él hiciera algo.

"Su muerte no fue casualidad y lo sabes." Dijo Rivas con un tono serio y tratando de calmar su respiración, declaró. "La gente en chile también está enojada."

Esos políticos no eran ídolos para el pueblo, pero fueron personas que se movieron para traer un cambio.

La luz en la oscuridad… Y eran una molestia política para las reformas imperiales que deseaba aplicar.

"Es una pena que el chileno no hubiera muerto. Si dos políticos fueran asesinados tan abiertamente, el furor sería más grande." Dijo Víctor y al ver que Rivas se enojaba, dio una mirada a la gente y señaló. "Pero están unidos… Míralos. Más unido de lo que podrían estar años antes."

Ahí afuera no estaban solo ciudadanos de la ciudad o del 'interior', sino que estaban políticos de diferentes ideologías que ahora estaban cooperando y protestando con el mismo fervor.

Ya sea que utilizaran este asesinato para su favor o no, ellos estaban uniendo a la gente sin que lo supiera con un mismo objetivo… Pedirle al Emperador que hiciera algo.

"Te lo dije Rivas. Conquistaré estas tierras y lo iba a ser con o sin tu ayuda." Reveló Víctor y mirando a ese anciano, anunció. "Haré que en unos años esas personas se llamen a sí mismo sudamericanos."

En vez de que cada uno se llamara como su antigua nacionalidad, los uniría en una nueva identidad que los englobaría a todos.

Bajo un imperio que les brindara la seguridad que buscaban y que durante tantos años añoraron, facilitándoles una buena vida.

"Cumpliré mi palabra, aunque tenga que eliminar buenas personas para lograr mi objetivo." Dijo Víctor con seriedad.

Esos dos políticos eran buenos, no eran corruptos y tenían carisma y eran capaces de mover a las masas.

Pero eran un problema para algunas reformas imperiales y de cierta forma se oponían a la nueva forma de gobierno imperial.

Ya sea que desearan un gobierno soberano para su gente o una república pura, luchaban por sus ideales y… Uno de ellos murió por eso.

No obstante, Víctor no los asesinaría por ser disidentes, sino que los utilizó para dar un paso a su siguiente objetivo.

Está bien que el político chileno no muriera, podría utilizarlo de vuelta para mejorar su imagen, cuando terminara su objetivo.

"¿Quieres llamarlo sacrificio y sentirte mejor con ello? Hazlo. El Imperio no necesita un gobernante benevolente, necesita un tirano… Uno que unifique todas estas tierras." Dijo Víctor con un tono simple.

No se veía a él mismo como salvador, todo esto era parte de un objetivo más grande y aunque tuviera que actuar o parecer un salvador, lo cumpliría.

Aun así, sus palabras eran sinceras.

El Imperio era una forma de gobierno extraña en donde las antiguas naciones que lo conformaban, sus provincias y estados tenían elecciones para que el pueblo eligiera a sus futuros dirigentes.

No obstante, esos presidentes respondían al 'Emperador' y debían obedecerlo, cumpliendo con sus exigencias en un gobierno tiránico.

En este momento, no necesitaba disidentes molestos, necesitaba una forma de unificar toda Sudamérica en un corto periodo de tiempo y necesitaba hacerlo de tal manera, que la gente lo apoyara.

Dando la impresión de que su causa era 'justa' y si era necesario usar a otros para que le dieran la excusa que necesitaba, entonces iba a hacerlo.

"Por supuesto, si quieres ayudar a evitar este problema puedes intentar convencer a esos dos gobiernos que se interponen en mi camino al norte." Añadió Víctor sin cambios de expresión.

No le importaba si Rivas estaba enojado o no, aunque él quisiera negarlo, entendía que había algunas cosas que se necesitaba alcanzar con algunos sacrificios.

Su objetivo era conquistar, pero no mentía sobre que trataría de mejorar la vida de la gente y el siguiente objetivo era Brasil.

Una tierra controlada por mafiosos, pandilleros y criminales que ocupaban toda el área y que prácticamente estaban presente en diferentes partes del gobierno.

Decir que el actual presidente era un títere de las organizaciones criminales de Brasil bastaba para mostrar el estado del país y lo profundo que estaba conectado los criminales.

Agregando a todo eso, estaba la Amazonia habitado por criaturas, bestias y monstruos que de vez en cuando salían a las afueras cuando cazadores imprudentes molestaban demasiado.

Llevaban destrucción a los pueblos e incluso llegaban a grandes ciudades… La gente estaba sufriendo una situación peor que en cualquier otro país.

"No obstante, el destino de Brasil ya está grabado en piedra." Aseguró Víctor con seriedad.

Brasil caería de una u otra forma y conformaría parte de sus tierras… Era inevitable.

Estuvo planeando demasiado tiempo para actuar y ahora era el momento para que todo estallara.

Uniría a las personas que ahora estaban a fuera exigiendo que el imperio actuara y les brindaría un líder al cual creer a la vez que le daría al pueblo brasileño lo necesario para cambiar su destino

O para decirlo de otra manera, él se volvería el pilar para derrocar al gobierno actual.

Eso significaba que, si las cosas iban bien, la atención se dirigiría a Perú y Bolivia que estaban interponiendo en su camino al norte.

"Trataré de ver si es posible convencerlo… Es preferible que todo termine de forma pacífica." Dijo Rivas y dando una mirada, pidió. "Solo… No causes tantas muertes. La gente común no tiene nada que ver con los criminales que gobiernan."

Estaba hablando sobre lo que sucedería en Brasil y Víctor asintió a su pedido.

A los únicos que debía golpear duramente era a los criminales, los gobernantes y aquellos que se oponían a su objetivo.

Al ver que Rivas se retiraba, Víctor simplemente se mantuvo en silencio.

Ese hombre había venido preocupado debido a que lo que sucedería con Brasil y a causa de que la situación estaba escalando demasiado rápido.

La tensión era palpable en el ambiente, pero para Víctor era beneficioso esa tensión.

Tras ver que Rivas se movía usando un artefacto espacial, él se dirigió a otra sala privada y tras caminar por los pasillos de este emblemático lugar, llegó a su destino.

Mirando desde la entrada, pudo ver que en medio de la sala estaban charlando dos elfas con diferentes apariencias, pero una misma similitud.

Una de ellas tenía cabello y ojos de un color rojo intenso mientras que la otra tenía un cabello blanco y ojos del mismo color.

La similitud venía de que ambas tenían orejas largas y eran bellezas elficas.

"¿Necesitan algo? Ya he terminado mi asunto." Dijo Víctor y cuando recibió la mirada de ambas, precisó. "Puedo traerle más aperitivos."

La expresión de Ersin tembló de forma sutil ante su forma tan evidente con la cual quería quedar bien.

¿Si una amiga de su amada venía a visitarla no era necesario tratar de dar una buena imagen?

"No es necesario. Estoy por retirarme." Respondió Melorrill con una sonrisa y dando una mirada, añadió. "Además, sé que ustedes estarán muy ocupados hoy."

Víctor no negó esas palabras y simplemente sonrió con calma al acercarse y abrazar a su amada, que, en vez de actuar como secretaria, dio una sonrisa al verlo pegajoso.

No le importaba que Melorrill lo estuviera viendo, es más Víctor disfrutaba ver ese toque de vergüenza de su amada, que ocultaba bastante bien.

Era posible que a esa mujer no le importara la opinión de otras personas, pero era diferente para alguien que consideraba su igual… Y Melorrill era esa persona.

"Oh, cierto no solo vine para visitar a Ersin. También me envió la Iglesia, específicamente la Luz de Plata." Reveló Melorrill y con una sonrisa, precisó. "Dijo que deberías acabar rápido con todo esto."

Dejando esas palabras, esa mujer desapareció al usar magia espacial y Víctor dio una mirada seria.

Que la Luz de Plata le diera esa recomendación dejaba ver que las personas ya estaban viendo al continente americano como un lugar demasiado agitado.

Gran parte de Europa estaba ocupada en la paz contra los demonios, pero una vez que las potencias terminaran sus asuntos, era posible que miraran hacia este lugar.

Si todo no estaba arreglado hasta ese momento, podrían empezar las molestias.

Al final Víctor, simplemente asintió… En realidad, no pensaba retrasar todo y solo había estado esperando su momento.

Ahora era ese momento.

*****

El 'Palacio de la Alvorada' reconocido por ser la residencia del Presidente de Brasil, en la capital Brasilia, en este momento estaba en caos.

En una de esas salas el escándalo era mayor y las personas gritaban de un lado a otro mientras corrían para entablar conversaciones con otras personas.

Algunos estaban tratando de buscar a las personas que llevaron a cabo el ataque y otros trataban de borrar toda la información que tenían sobre esos individuos.

El objetivo era desconectarlos de 'Brasil', para de esa forma, ellos pudieran evitar el problema y decir que alguien los estaba acusando.

"¡Señor Presidente también hay movimientos masivos en Río de Janeiro!" Dijo un secretario y con un tono serio, anunció. "Esta es la sexta ciudad en donde hemos escuchado lo mismo."

El Presidente de Brasil que escuchó esas palabras dio una expresión fría.

La agitación y el descontento siempre fue alto en Brasil y no era como si movimientos en masas no hubieran ocurrido antes.

No obstante, el momento era inoportuno y la situación traía un ambiente más oscuro a todo el evento internacional.

"¿Saben la razón?" Preguntó el Presidente.

Todo movimiento tenía una razón de ser.

¿Estaban protestando por los tratos sucios bajo la mesa? ¿La mala seguridad? ¿La educación? ¿O el sistema médico? ¿Protestas de trabajadores? ¿Políticas sociales?

Los tratos sucios con los mafiosos eran básicos y por esa razón ahora era presidente, en cuanto a la mala seguridad, educación o al ruin sistema médico, solo era consecuencias de fugar dinero a su cuenta personal.

Aunque en ese sentido no era el único, ya que, para mantener un sistema de corrupción, era necesario atar a más personas y cualquier político que alcanzara una posición alta, tenía las manos sucias.

"No lo sabemos…" Respondió el secretario y con un tono serio, añadió. "Preguntaré al jefe de seguridad."

La expresión del Presidente tembló ante esa respuesta.

Desde esta mañana estaba sintiendo una sensación ominosa y los problemas estaban surgiendo en gran cantidad, demasiado pronto y rápido.

"¿Quiénes son los dirigentes? Tal vez podemos negociar. Necesitamos acabar este problema y centrarnos en el imperio." Dijo el Presidente con un tono serio.

Lo básico para controlar el ganado era encargarse del pastor que lo guiaba… El ganado aquí representaba al populacho que tontamente trataba de quejarse sin ganar nada.

"Le traeremos la información lo más antes posible." Respondió otro secretario antes de retirarse.

El Presidente solo chasqueó su lengua ante la ineficacia de la gente que puso a su lado.

No necesitaba buenos trabajadores, sino que personas que pudieran ser fácilmente compradas o corrompidas para de esa forma, hacerse rico.

Ahora esta clase de idiotas no solo eran incapaces de averiguar quien dirigía un movimiento masivo de personas en múltiples ciudades, sino que también fueron la causa del problema con el imperio.

¿Quién fue el idiota que le paso el documento para aprobar la misión al ataque de los diplomáticos imperiales?

¡Deberían haber sabido que él no leía los documentos y solo los firma!

"¿Hemos capturado a los soldados que participaron?" Preguntó el Presidente tratando de calmarse.

Su mirada estaba en la única persona que no estaba en su gobierno, pero a la vez era su principal ayuda.

Era conocido como 'Greco', miembro de un cartel venezolano que representaba una de las mayores organizaciones criminales de la región.

Ese hombre que parecía estar lleno de vida y energía, le dio una sonrisa.

"Hemos capturado a los principales soldados que participaron en la misión. Luego de la interrogación descubriremos en donde ha ido el Sargento del escuadrón." Respondió Greco con un tono confiado.

Tales palabras lograron traer algo de calma en este desastre.

Si ellos eliminaban a los principales causantes, era imposible que pudieran relacionar este ataque con algo que había aprobado él.

Todavía necesitaba encontrar al idiota que llevo ese plan para que lo firmara, pero como le dejaban demasiados documentos era difícil saber quién había sido.

Como si fuera poco, el Comandante de las Fuerzas Armadas también lo firmo y la razón de ese hombre fue aún más simple… Firmaba todo lo que le dejaban para retirarse temprano de su trabajo.

Si no fuera porque él prácticamente hizo algo parecido, ahora mismo estaría golpeando a ese idiota.

Nadie del gabinete de gobierno era confiable.

"¿Qué todavía no consiguen el nombre?" Preguntó el Presidente al ver que sus trabajadores se seguían moviendo, pero nadie le traía información y con un tono serio, declaró. "Ordenen que el Comandante de las fuerzas armadas venga. ¡Ahora!"

Su grito agitó aún más a sus secretarios y el mismo secretario que le había dicho que buscaría el nombre se acercó.

"Señor Presidente… El Comandante no responde." Informó el secretario.

¿Salió temprano del trabajo? Ese idiota era esa clase de persona y la única razón por la cual obtuvo el puesto era que resultaba muy bueno para encargarse de las muchedumbres.

Ahora lo necesitaba para hacer lo mismo… Antes de que el estallido social comenzara, necesitaba mover al ejército para que controlara todo.

"Estoy rodeado de inútiles…" Murmuró el Presidente con un suspiro.

Entonces vio de reojo como un secretario se ponía pálido al mirar su reloj holográfico y luego otro reloj sonó y la palidez empezó a extenderse.

Hasta que Greco reviso su reloj holográfico y su expresión se volvió seria, pero a diferencia de esos idiotas secretarios, ese hombre lo utilizo para proyectar una conferencia.

La conferencia era realizada en Argentina, pero no en la sala de su casa de gobierno, sino que literalmente desde el balcón que daba a toda la multitud que estaba al frente.

Su imagen fue proyectada en el aire y cuando fue visible las personas que estaban cerca, la expresión del Presidente de Brasil cambió.

Presente en el medio estaba el Emperador Víctor y a su lado había dos personas que reconoció.

El Sargento que dirigió la misión estaba a un lado pálido y del otro lado estaba el Comandante de las Fuerzas Armadas de Brasil… Ese idiota no había salido temprano del trabajo, había ido a otro país.

"Hemos confirmado que el asalto a nuestros prestigiosos diplomáticos fue causado por Brasil." Anunció Víctor.

La sala en la que estaba el Presidente de Brasil, quedo en silencio y los secretarios se volvieron pálidos.

"La veracidad de esta confirmación viene del Comandante de las fuerzas brasileñas. El Presidente de Brasil buscaba crear una treta para que los ciudadanos de esta nación, de este imperio, odiaran a la gente de Brasil y viceversa."

Esa revelación causó que todos quedaran en silencio y si el público estaba conmocionado, el Presidente de Brasil estaba totalmente atónito.

¿Cuándo estaba planeando eso?

Tal vez firmó ese plan puesto en unos documentos que no había leído y ahora algo de eso se estaba llevando a cabo… Esa posibilidad vino a la mente y el hombre que llevaba el título de presidente, se volvió pálido.

"Sin embargo, no dejaremos que esto suceda. No permitiremos que nos dividan por rencores sin sentido." Dijo Víctor y con una expresión fría, anunció. "Sudamérica ha estado bajo el yugo de corruptos, dictadores y mafiosos, que nos dividen y nos hacen enfrentarnos entre nosotros… Nación contra nación, compatriota contra compatriota, hermano en contra hermano."

Dividir a la gente de una nación era la forma más básica de gobernar si se lograba cooperar con la oposición.

Dejar solo dos posibles elecciones de gobernantes y dejar que los ciudadanos se odiaran los unos a los otros, diciendo cuál de esos dos gobiernos era o fue mejor.

Mientras que los políticos culpaban al otro de sus errores y sus malas decisiones o se excusaban con que no tuvieron tiempo para arreglar las consecuencias del gobierno anterior.

"Este asesinato me ha mostrado que aquellos que están en el poder harán todo para mantenerlo de esa forma, incluso si tienen que usar a su gente." Dijo Víctor y con un tono serio, añadió. "Nuestros diplomáticos fueron a mejorar la relación con el pueblo de Brasil… No buscaré venganza, porque sería una mancha en estos días de duelo, pero si haré la guerra."

Lentamente la expresión de todos cambiaba y cuando salió la palabra final, el Presidente de Brasil se puso pálido como si su sangre se drenara.

Guerra… Guerra… Guerra…

No importa cuán grande fuera el ejército, ese hombre que estaba hablando de guerra era una calamidad, un rango SSS cuya fuerza estaba en el epítome de la humanidad.

"No una guerra en contra del pueblo de Brasil, sino que, en contra de sus gobernantes corruptos, sus instituciones ineficientes y aquellos que lo apoyan para crear tanto daño." Anunció Víctor y mirando a las cámaras, añadió. "Una guerra para liberar al pueblo brasileño de sus corruptos gobernantes."

El público estaba emocionado, pero ese hombre empezó a flotar y en vez de estar en el balcón, bajo entre la multitud, que lo escuchaba atrapado por sus palabras.

Por la fuerza que brindaba y la confianza que representaba.

"Ellos se olvidan lo que nosotros. ¡Somos sudamericanos! ¡Y ahora más que nunca debemos estar unidos!" Anunció Víctor y con una mirada feroz, declaró. "¡Debemos apoyar a nuestros hermanos de Brasil! Debemos liberarnos del yugo en el que se encuentran y si para apoyarlos debo convertirme en un tirano. ¡Lo haré!"

Los gritos empezaron a venir del pueblo que lo rodeaba y en tan unos solos segundos, el fervor empezó a escalar entre el público.

Iba a ser un tirano, pero el significado al que se refería, no se trataba del gobernante corrupto y cruel que abusaba de su poder político.

Se estaba refiriendo al 'tirano' que abusaba de su superioridad y su fuerza para imponer sus valores… Y al ver que ese hombre se elevaba en el cielo, antes de volar rápidamente, todos se dieron cuenta a donde se dirigía.

El Emperador Víctor iba a venir a Brasil para demostrar su tiranía y a quienes apuntaban, no era al ejército, era a los gobernantes.

"¡Señor Presidente los estallidos han comenzado!" Gritó un secretario y rápidamente mostró Río de Janeiro en donde se encontraba una multitud, mirando la proyección del discurso de Víctor.

Ese discurso se estaba repitiendo en sus cabezas y la gente que lo escuchaba se estaba llenando de fervor.

Cansados de un gobierno corrupto que prácticamente no le interesaba la gente, ellos ahora que tenían un 'pilar' en cuál afirmarse, dejaron sus miedos y marcharon.

No había destrucción demostrando que las personas que organizaron todo estaban controlando bien la situación, pero la forma que la gente se unía, le dio un escalofrío al Presidente de Brasil.

Y en este momento, al ver a sus secretarios, pudo sentir miradas de temor y lástima, queriendo alejarse lo más rápido de él.

Una guerra personal fue anunciada y él era el objetivo.


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