—¡Once! —gritaba Mike mientras golpeaba la puerta de la habitación de la mencionada—. ¡Abre la maldita puerta!
Will tomó la mano de Mike y lo tranquilizó.
Luego de unos segundos, la puerta se abrió, dejando ver a Once con una pijama corta.
—¿Mike…? —Once vio las manos de Will y él—. ¿Qué haces tomando su mano?
—¿Por qué le dijiste a Will que no quería hablar con él, y a mí que él no quería hablar conmigo? —preguntó Mike enojado—. ¿Por qué nos mentiste?
Once se quedó callada.
—¡Contesta! —gritó enojado.
Will lo tomó del brazo, nunca había visto a Mike así de enojado.
—Porque te amo, Mike. Y desde que me dijiste que te gustaba Will, yo… sentí que te estaba perdiendo. Y la única forma de tenerte cerca, era fingir ser tu novia, al menos todos creerían que aún me amabas. Y creí que si ya no tenías contacto con Will, tú… tú volverías a enamorarte de mí, y que te tendría otra vez.
—Te equivocaste —dijo Mike más tranquilo—. No me ibas a tener otra vez, porque nunca me tuviste realmente.
Mike se fue de ahí, dejando solos a Will y Once.
—¡Mike, por favor, regresa! —gritó Once con la voz entrecortada. Al darse cuenta de que Mike no iba a regresar, se giró hacia Will—. Debes de estar feliz. Al fin tienes a Mike, eso es lo que querías, ¿No?
Once cerró su puerta en la cara de Will, fue hacia su cama y se echó a llorar, esa tarde, no había perdido solo a un novio, había perdido a su mejor amigo.
Will caminó hacia la sala, ahí encontró a Mike, sentado en el soga, con la cara tapada por sus manos.
El castaño se acercó lentamente y tomó las manos del azabache y las retiró de su rostro, Mike lo vio a los ojos y Will le sonrió.
—Hace 5 años hice algo de lo que me arrepiento mucho, y me gustaría arreglar mi error, ¿Te gustaría ayudarme? —preguntó Will.
Mike asintió.
Ambos salieron de la casa del castaño, y subieron en sus bicicletas, pedalearon hacia lo profundo del bosque.
—Debe estar por aquí —se decía así mismo Will—. Recuerdo que… ¡Ahí está!
Will se bajó de su bicicleta y fue a admirar el desastre que había ahí.
—El fuerte Byers —dijo Will—. Sigue aquí después de tanto tiempo. Claro, destruido, pero sigue aquí.
Ambos comenzaron a limpiar el lugar, mientras re-construían el fuerte.
—¿Y por qué lo hiciste, Will? —preguntó Mike.
Will comenzó a recordar aquella pelea que ocasionó que él destruyera el fuerte.
—No es mi culpa que no te gusten las chicas —dijo el azabache enojado, pero después de unos segundos, se notó que se arrepentía de haberlo dicho.
"Sí, sí es tu maldita culpa que no sea así" pensó Will.
—¿Sabes? Lo siento —dijo Mike después de oír a Will decirle el motivo—. Fui un idiota en ese momento, estaba molesto por Once y Max, y no debí haber dicho eso.
—Ya no importa, Mike, ya pasó —dijo Will mientras le sonreía y se acercaba—. Ahora estamos bien.
Ambos se acercaban cada vez más.
—Sí, estamos bien —dijo rompiendo la poca distancia que los separaba a ambos.
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—Espero que les guste ✨
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