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Chapter 2: Capítulo 2 El opal misterioso

Los primeros rayos de la madrugada caen en ondas de luz sobre la tierra Sienna abre los ojos y mira confundida a su alrededor, un peso aprieta su pecho, respira hondo y mira a su derecha en su visión entro una cara hermosa, tan perfecta que parecía ser esculpida en jade blanco. Su pulso se aceleró y sentía los latidos de su corazón rezumbando en sus oídos sus pupilas oscuras se dilataron. La mano del hombre la envolvía como si fuera un amante amoroso tomando en sus brazos a su amada.

"- ¿Que ...cómo? La incredulidad retumbaba en su mente como tambores. Apenas llevo un día en este mundo y ya estoy en la cama de un hombre, su mirada cayó sobre su pecho desnudo bajando hacia sus hermosos pectorales. Menudos pectorales que tiene el tipo, casi se le salen los ojos. Cálmate, cálmate con las mejillas sonrojadas levantó la mirada encontrando un par de hermosos ojos mirándola, sintió como el calor se subió en todo su cuerpo sonrojando su cuello hasta las orejas."

- Tu..., con la boca torcida se quedó en blanco sin saber que decir.

"- ¿Dónde está ese tío frio y distante que conoció anoche, como si fuera un rey sobre las masas mundanas?

El la miro lánguidamente sin decir una palabra y sin levantarse, como si estando en su cama fuera lo más normal del mundo.

- ¿Eso, porque estas en mi cama? Dijo al final con una voz pequeña.

- Quieres decir por qué estás en mi cama, con su mano acaricio suavemente su piel haciendo que el calor se expande por su cuerpo. No lo recuerdas, su tono era juguetón y un brillo peculiar brillo en sus ojos.

Se quedo petrificada mirando el tipo que tocaba su piel mientras su mano subía y bajaba sobre su costado. Sienna respiro hondo intentando recordar los eventos de anoche.

"- El, la estaba interrogando y ella se quedó como hipnotizada por el luego se levantaron y...y que paso luego un signo de interrogación apareció en su mente. ¿Hipnosis o control mental? ¿Este tipo se está burlando de mí!" Sus hermosas cejas se fruncieron, luego se estiraron una sonrisa dulce apareció en sus labios. Su mano toco la suya con suavidad y sus dedos se deslizaron sobre su piel provocándole cosquillas Sienna lo miro a los ojos la sorpresa se leyó en toda su cara y su cuerpo reacciono al instante, sus pupilas se dilataron y sus músculos se contrajeron hasta su respiración se volvió pesada y antes de darse cuenta voló de la cama con una patada. Ella se deslizo de las sabanas aun sonriendo dulcemente, pero sus ojos se estrecharon y un brillo peligroso se veía en ellos sin importarle que su túnica estaba desatada mostrando parte de su piel y ropa interior. Ella se movió lentamente hacia el hombre y puso un pie sobre su pecho, se ve hermosa como una reina expandiendo un aire dominante y peligroso.

- ¿Crees que soy estúpida o acaso eso te parece divertido de burlarte de una niña? Qué pena que el segundo príncipe del clan más grande del continente es capaz solo de eso hipnotizar a una niña..., con una mirada llena de desprecio se alejó de él, su túnica volaba en el aire mientras se dirigía hacia la salida se arregló la ropa y ato el cordón con fuerza. Mientras andaba se ató el pelo en una cola alta sencilla al salir de la carpa los rayos del sol molestaron sus ojos por un minuto. En el campamento todo el mundo trabajaba haciendo algo. Se acerco hacia la carpa de la cocina necesitaba desesperadamente un café, aunque aquí no había tal cosa. Al entrar en la carpa los dos hombres que estaban cocinando se pararon e inclinaron ligeramente ante ella.

- ¿Mi señora podemos ayudarla en algo? Dijo el hombre más mayor de ellos que vestía una túnica azul claro.

Sienna no pudo no mirar atrás esperando ver una mujer mayor, pero allí no había nadie. Mientras los hombres la miraron fijamente esperando sus órdenes.

- Nada, seguir con lo vuestro...solo quiero prepararme un té verde. Dijo en un final.

El otro hombre rápidamente se adelantó y dijo comuna voz servicial tomando una postura humilde.

- Señora él te ya está listo por favor siéntase, dijo señalando una mesa. Ahora le traigo el desayuno. O desea esperar a nuestro señor.

Sienna se quedó atónita delante de él.

"- Espera, que les pasa...por que debería esperar a este tipo."

- Ya puedes poner la mesa, una vos conocida sonó detrás de ella haciéndola estremecer, por alguna razón desconocida su corazón se aceleró.

Sin mirar atrás se acercó a una mesa, queriendo sentarse con el rabillo del ojo vio su figura aparece sosteniendo su silla. Se sentó ignorándolo.

En un instante la mesa se llenó de platillos exquisitamente elaborados que te hacen caer hasta la baba con solo verlos, los ricos olores despertaron su instinto más primitivo del hambre. Inicialmente no quería comer con él, pero al ver los platos pensó para sí misma que lo ignorara. Como si eso sería posible ignorar un hombre como él. Una taza de té verde se colocó delante de ella.

- Señora aquí esta su te, desea otra cosa. Pregunto le hombre de túnica azul

- Eso ...solo llámame por mi nombre por favor. Me llamo Sienna no tiene que ser tan cortes, se sentía muy incómoda con la forma en que lo tratan le regalo al hombre una sonrisa amigable.

Una mirada helada cayó sobre el hombre haciéndolo retroceder unos pasos se inclinó con miedo y dijo.

- Como podría ser tan irrespectuoso, se retiró rápidamente.

Sienna la miro consternada.

"- ¿Acaso doy tanto miedo?"

El hombre delante de ella tomo la taza de te con elegancia y tomo un sorbo de ella, el tenedor en su mano se movía como si tocaría una pieza en algún instrumento. La elegancia con cual se movía y masticaba se veía elegante y sexi, como si ese hombre fuera de otro mundo. Ni los modelos de la televisión que publicitaban comida podían comer con tanta elegancia y refinamiento.

"- No en vano es un príncipe. Bajo la mirada, concentrándose en su plato intentando comer lo más elegantemente posible, no quería que pensaran que es una mala educada sin etiqueta."

Empezó a comer sin mirarlo, deseando acabar cuanto antes e irse, comió unos bocados de arroz con pescado, y pan tostado con mantequilla y miel mientras tomaba su te. Había diversos bocadillos coloridos con legumbres y pasteles de té, fruta fresca cortada en hermosas formas como si fuera una escultura. Se comió mas unas piezas de uvas rojas de la dimensión de una nuez.

Después de un corto tiempo se levantó.

- Gracias por la comida, murmuro y se retiró.

Entre sus cosas busco ropa limpia y los coloco todo en el mismo lugar, luego se dirigió hacia los baños termales, por lo menos aun estaban de pie y en buen estado. Disfruto de un buen baño al aire libre luego se cambio a un vestido color crema con estampados de flores pequeños violetas. El pelo se lo recogió en una cola de caballo, realmente le encantaba tener un pelo tan largo y lo ato con una cinta de color morado.

Bajo las extrañas miradas llenas de veneración de los guardias y soldados empezó a sentirse incomoda. Suspiro y se retiró en el bosque que estaba en la otra punta de la matriz que es una cúpula de energía, teniendo el brazalete podía salir y entrar cuando quería.

El canto del cigarro atrajo su atención en la rama de un árbol, era la primera vez que veía uno solo lo escucho por YouTabi y vio algunas imágenes de él. Le pareció un insecto extraño así que lo miro de cerca.

- Tal vez se parece a una mosca, se le escapo una risita al ver como se movió su parte trasera y sacaba esos sonidos. Una mosca motorizada...les recordaba mucho a las motocicletas tal vez. Un sonido como de máquina. Su mirada se entristeció mientras se daba cuenta de que no podrá volver a su tierra. Nunca más podrá ver motos, autos o su piso que acaba de pagarlo al banco.

Se levanto y se adentró en el bosque, las hojas verdes brillantes cada vez eran más densas y hermosas. Respiro hondo el aire limpio que sus pulmones nunca conocieron, ya que vivía en un mundo en deriva, el aire estaba tan contaminado que salían afuera solo con máscaras, los parques estaban bajo cúpulas en las ciudades y en los pocos campos que quedaban se convirtieron en lugares turísticos bajo enormes cúpulas como las que construyeron en marte. Ella nunca ha ido a marte trabajaba para una compañía de vuelo internacional como azafata de tierra y cuando podía se iba al campo ya que sus padres era amigo con el alcalde de uno de los últimos pueblos de la tierra. Mirando el sol brillante y hermoso a través de las hojas, un sol que nunca vio antes en su vida se sentía más viva que nunca. En la tierra las personas vivían una vida corta de hasta 40 si tenías suerte, como esclavos del trabajo, implantados con chips y monitorizados las 24 horas al día como si fueran ganados. Sin libertad de expresión si alguien hacia algo que ellos no les gustaba o iban contra la leí podían matarte solo presionando un teclado, o e liberar cargas eléctricas por todo tu cuerpo. Ella conocía esa carga eléctrica cuando empezó a trabajar ha cometido varios errores no había semana en cual no sufriera una o dos cargas de castigo entonces. Todo el mundo trabajaba no había paros ni bajas médicas ni jubilados y cada vez menos niños nacían. Cuando el nuevo orden mundial tomo postura todo se vino abajo para la historia de la humanidad, los ricos se volvieron más ricos y los pobres se convirtieron en sus esclavos siendo abusados. Ese gran cambio surgió después que liberaron un virus para matar a los mayores y enfermos de la población. Aun que todos sabían la verdad nadie pudo hacer nada ya que mataban discriminadamente hasta en los hospitales. Tal vez esa fu el punto más oscuro de la historia de la humanidad.

Los hospitales y la medicina dejaron de existir ya que todo lo hacia las nanomáquinas, lo que tenían todo el mundo en su cuerpo y con solo tecleando en sus computadores mataban o curaban a alguien. Tal vez como era algo revolucionario nadie vio lo peligroso que eran y los que lo vieran y intentaban decir algo simplemente desaparecían en algún accidente inesperado. Las personas cuando aceptaron las vacunas no sabían que con ellas se condenan para siempre.

Cuando murió estaba de vacaciones, aunque no reales siendo un traslado a la compañía de Paris y habría tenido los primeros tres días libres en sus 25 años.

Mirando la belleza hermosa delante de ella de la naturaleza y sintiendo el viento como acariciaba su piel un sentimiento agradable nunca antes sentido inundaba su ser. Sienna se sentía feliz de estar aquí, de tener una nueva oportunidad en la vida. En su corazón a decidido vivir de la mejor manera posible con libertad. Toco la hoja verde de un árbol que a su tacto todas las hojas de la rama se cerraron. Le pareció fascinante, se movió sin rumbo mirando aquí y allá cada flor cada árbol murmurando para sí misma "- Nada mal... que curioso... Hmmm."

Así paso unas dos horas, hasta llegar a un rio profundo de unos diez metros de ancho con aguas cristalinas, se acercó a la orilla se quitó las zapatillas y hundió sus pies en el agua. El calor del agua se sentía refrescante y agradable, los corrientes de agua parecían que acarician su piel. Levanto la falda y se hundió más hasta la pantorrilla en una mano sujetaba la falda y sus zapatillas. Una sonrisa floreció en su cara como si fuera una niña que por primera vez en su vida juega en un charco de agua. No muy lejos la mirada del hombre cayó sobre ella sin poder evitar sonreír. Sin poder evitar preguntarse cómo puede ser alguien tan puro, aunque el recuerdo como lo pateo hace unas horas atrás todavía seguía vívidamente en su mente. Pero esa mirada y risa tampoco le disgustaba, por alguna razón quería saber más sobre ella. Con habilidad salto a un árbol alto y se escondió entre sus hojas mirando como jugaba en el agua. Sus ojos se estrecharon y un brillo fascinante apareció en sus hermosos ojos como si quisiera memorizarla en su retina.

Sienna mientras andaba por la orilla del rio piso algo que se clavó en su piel provocando un dolor punzante, ella se agacho e inspecciono el lugar, una pequeña piedra roja con bordes en zigzag atrajo su atención, con su mano libre lo desenterró y la saco. La piedra tiene la dimensión de una palma de mano de un hombre adulto de dos pulgadas de grosor. En ella puede ver escrituras extrañas como si estarían imprimidas por una máquina. El color es de un rojo vino y hermoso con una mescla de rojo claro y pequeños hilos dorados.

- ¿Sera una reliquia? Hasta se emocionó se acercó a la orilla y salió del agua tiro sus zapatillas al suelo, con ambos manos limpio la tablilla de la tierra restante. Inspecciona con interés la piedra que más bien parece una placa mientras buscaba en su memoria alguna información sobre la placa, pero no encontró nada.

- ¿Qué es lo que encontraste? El hombre se acercó a ella, pero antes de mirar la tablilla miro su pierna. ¿Te cortaste?

- No, no es nada. Lo miro desconcertada. ¿Porque estás aquí?

- Te seguí, dijo con sinceridad. Levanto su pie y la inspecciono. Este bosque es muy grande ese rio separa las fronteras ...al otro lado son las tierras malditas...La jungla Babei Si por casualidad te adentras en ella no podrás regresar. Son paramos peligrosos con bestias demoniacas y criaturas desconocidas. Es la jungla más peligrosa de todo el continente. Soltó su pierna y la miro. No deambules sin rumbo.

- No lo sabía, losiento te hice preocupar. Por desgracia el propietario de este cuerpo no sabía muchas cosas ya que vivía prácticamente como un prisionero encerrada por su propria familia. No se le permitió ir a la escuela aprender leer y escribir solo trabajaba desde pequeña. Sus otras hermanas viven como reinas y ella como esclava.

"- Si no tienes poder mágico eres inútil por que debería alimentarte...si quieres comer trabaja, eso paso cuando tenía . El recuerdo de su madre adoptiva vino a su mente"

Feanor levanto la placa bien elaborada en su mano y frunció el ceño sorprendido.

- Esto es un opal...y uno muy pero muy bueno. La miro y volvió a colocar el artículo en su mano. Guárdalo bien y no se lo enseñes a nadie.

- ¿Que es un

- Es un mineraloide del grupo IX...pero no por eso es tan valioso si no porque esta echo por los antiguos. Antes que nuestros clanes llegarían a este mundo de las estrellas aquí vivían otros seres llamados la incognita (del latín desconocido) ...es decir los desconocidos. Ellos usaron los opales para dejar mensajes y contar su historia. Muchos de esos opales se perdieron o se destruyeron aun que en el museo aún se encontrar algunas tablillas, su precio es muy grande y muchos lo codician. Aunque hasta el día de hoy nadie logro descifrar su lenguaje o mensaje...es una pieza muy valiosa que refleja la historia de este planeta y para recordarnos que antes que nosotros otros estuvieron aquí también.

Sienna inspecciono la tablilla con interés la escritura realmente era ilegible. Tomo un pañuelo y con cuidado lo envolvió y guardo en su bolsillo.

- Volvamos. Dijo mirando el cielo. Las otras razas están a punto de llegar. Mañana por la mañana podrás tomar el camino de regreso a casa.

- Regresar, hmm. Sienna miro el suelo con una mirada triste.

Sienna estaba hundida en sus pensamientos, ella sabía que bien no será recibido en su casa ya que ella puso su nombre sin permiso en el sorteo y gano. El camino de regreso no duro más que 15 minutos a paso ligero.

Al regresar al campamento ella entro en la carpa de la enfermería, la mayoría de los jóvenes ya despertaron incluso algunos ya estaban de pie comiendo o hablando.

Pronto se agruparon alrededor de ella agradeciéndole por los primeros auxilios dados, Anastasia se acercó a ella también una elfa de ojos azules puros con cabello dorado largo hasta la cintura. La, tomo de las manos y con voz temblorosa dijo.

- Gracias...En la noche del ataque me arrastraste casi logramos salir de la barrera cuando algo exploto...si no yo también podría haber sido llevada por ellos como prisionero.

Sienna la miro y vagamente la recordaba, ellas dos se encontraron delante de su carpa por instinto la tomo de la mano y salió corriendo hacia el bosque.

- Bueno..., no ha sido nada.

Se quedaron hablando un poco sobre lo ocurrido luego se retiró dejándolos descansar, el tiempo paso volando y los representantes de los demás seres llegaron, una investigación se inició y se interrogo los participantes, para el día siguiente se propuso llevar a casa a los sobrevivientes.

Era su última noche aquí, estaba sentada sobre una cama en su carpa que ha sido levantada a medio día, la maleta estaba hecha al pie de la cama. En su mano estaba el opal, lo miraba con interés dándole vueltas en su mano. Afuera se escuchó un ruido que la asusto sin darse cuenta logro cortase el dedo y una gota de sangre cayó sobre la placa mientras lo metía debajo de su almohada no vio como la placa absorbió su sangre cambiando a un color vino más oscuro.

- ¿Puedo entrar? Se escucho la voz de Feanor.

- Si, dijo levantándose.

Feanor entro, llevaba vestido una camisa blanca de seda y unos pantalones negros con raya dorada a un lado con botas negras de piel, estaba un poco despeinado por el viento dándole un aspecto salvaje y desenfrenado. La espalda colgando de su cintura de una manera casual.

Ese hombre es capaz de robarle los ojos sin poder desprender su mirada de él, sin comprender como puede existir alguien tan hermoso. Ese príncipe le entra por los ojos bajando a su corazón, era un sentimiento muy extraño el sonido de su corazón pita en sus oídos.

- Hemos montado las piedras de transmisión y hemos hablado con los diferentes razas y los reyes. Dieron permiso para comunicarse con vuestras familias.

- Gracias, pero no hay nadie con quien deba hablar.

- Aj, Feanor la miro sorprendido. Bueno entonces. Una cosa mas el viaje de regreso se pospone para pasado mañana.

- Esta bien.

- Señor el Capitán Andrés desea verlo, se escucho una vos de hombre desde afuera.

- Ahora voy, paso su mano por su pelo y volvió a mirar hacia ella. Estamos en plena investigación...me retiro por ahora, nos vemos mañana por la mañana en el desayuno. Dijo mientras se dio la vuelta y salió.

Sienna se volvió hacia su cama y saco el opal de bajo de la almohada, esa piedra le parecía muy fascinante la gota de sangre se deslizo sobre su dedo volviendo a caer sobre la tablilla, levanto el dedo y lo metió en la boca chupándolo, bajo la mirada deseando limpiar la gota de sangre de la tablilla, pero ya no se veía. Levanto la tablilla mas cerca de sus ojos y la estudió con atención. Estaba segura que la sangre cayó sobre él, tomo un pequeño cuchillo de frutas de la mesa y pincho su dedo y dejo gotas de sangre que cayera sobre la tablilla.

Cada gota desaparecía al instante al caer y afectando el color de la tablilla las letras empezaron a ponerse doradas como si estarían bañadas en luz.

- Eso es muy poco dijo, mientras miraba la mano.

De alguna manera no quería cortarse en otro lugar así que volvió a hundir el cuchillo en su dedo y hiso la cortadura mas grande.

La sangre corre sobre su dedo goteando sobre la tablilla y poco a poco toda la tablilla se ilumina. Una resonancia extraña la aturdió y la hizo caer al suelo inconsciente, la tierra parece haberse abierto y la trago sin dejar rastro de ella o alguna grieta donde cayo.

En la capital

- Escuchaste ..., dijo la sirvienta de una de las casas nobles.

- Escuche que se llevaron prisioneros a muchos, dijo un transeúnte uniéndose a la conversación.

- ¿Que dices? Eso da mucho miedo cada vez son mas agresivos..., dijo la vendedora saliendo de su puesto.

- Yo escuche que hay algunos que escaparon..., Dijo otra sirvienta de la casa de té.

- Seguro el rey informara a las familias. Dijo la sirvienta de las unas de las casas nobles.

La noticia cayo explosivamente sobre la capital, todo el mundo en todos los lados hablaba de ello.

Mientras tanto nadie se dio cuenta que una figura estaba parada en medio de ellos escuchando sin decir nada.

Luego se dio la vuelta y corrió hacia la residencia de los Laukkanen, apenas entro por el patio ya estaba gritando.

- Señora...señora, grandes noticias.

La mujer de mediana edad sentada en un sillón en el jardín perezosamente, volvió la mirada hacia ella con indiferencia. Su esposo a su lado tomaba una taza de té.

- Hoy llegare tarde. Dijo el Barón Laukkanen

- Así, dijo con indiferencia su esposa.

- Señora...señor...

La mujer miro hacia la muchacha viendo la canasta vacía en sus manos frunció el ceño con disgusto.

- Te fuiste a hacer la compra y vienes con la canasta vacía...

- Señora todo el mercado habla Alp y Orcos atacaron la competencia en Sinan...se llevaron a muchos prisioneros otros resultaron muertos y un numero pequeño de cada especie se salvó.

Una sonrisa burlona apareció en su rostro mientras jugaba con sus aretes tallados en jade fino.

- Jaja..., tiene lo que se busco esa perra se apuntó sin nuestro permiso. Dijo el hombre

- El karma llega al final, quien le ha dicho que naciera sin magia. Una buena para nada solo gasta el oxígeno valioso de nuestra casa, refunfuño con desprecio.

- Se lo merece que muera sin un cadáver completo, dijo el hombre.

La sirvienta de unos 14 años llamada Maya al lado de ellos bajo la cabeza ya estaba acostumbrada a la maldad de esos dos, pero aun así la señorita Sienna trabaja más que ellas sin un salario ni una comida decente.

- Jaja, se rio y se levantó de repente con ojos brillantes llenos de codicia.

El hombre miro hacia ella frunciendo la ceja.

- Nuestra preciosa hija murió trágicamente en una competencia organizada por el palacio real...después de haberla educado y crecido con nuestro sangre y sudor..., dijo mientras se limpiaba una lágrima imaginaria en el rabillo del ojo...y una sonrisa esplendida se alargó en sus labios carmesí.

El hombre se levanto atrapando la idea de su esposa.

- Jaja...tienes razón. Nuestra pequeña fu intimidad y murió trágicamente violada por un orco y sin un cadáver completo habrá que darnos una compensación numeraria.

Los dos se reían con maldad parecían dos víboras malévolas frotando las palmas de sus manos.

- Señor, otra sirvienta se apuró. El emisario de su majestad está aquí.

No muy lejos un hombre vestido con la ropa azul del palacio entro, en la mano tenia un rollo de papel.

La Señora Laukkanen empezó a llorar escondiendo su rosto en un pañuelo blanco, sacando unos sonidos de sollozo como si fuera un cerdo en el matadero. Mientras su esposo la sujetaba de los hombros con una cara triste llena de dolor, parecía como si estaría estreñido Intentando a la fuerza retener su risa que tenía atorada en su garganta.

El emisario casi tropezó al escucharla sollozar, se acerco con una sonrisa profesional.

- Un saludo Barón Laukkanen Baronesa. Su majestad me encomendó a venir a informarles que la competencia de este año fue interrumpida por un ataque inesperado de los Orcos y Alp muchos de nuestros jóvenes fueron tomados prisioneros otros perdieron la vida.

- Mi pobre bebe... Los chillos de la mujer se hicieron más grandes gritando.

- Señora tranquilícese La señorita Laukkanen no le paso nada en unos días regresara a casa.

Los llantos de la mujer pararon de golpe se dio la vuelta y mostro una cara limpia sin lagrima alguna, se quedo congelada mirando el mensajero.

- ¿...Que has dicho? Preguntaron los dos al unisonó sus caras se vaciaron de color.

- Que la señorita Sienna Laukkanen está a salvo regresara en unos días. Su majestad se asegura de la comodidad y los transportes de la señorita.

Entrego el pergamino al Barón con una cara inexpresiva.

- Que tengan un buen día, se inclino con una cara fría y se alejó.

- Como puede ser eso... posible, murmuro el hombre mirando el pergamino en su mano con incredulidad.

Los dos se cayeron en el sofá sin energía alguna.

- Esa perra ni si quiera sabe morir.

Dos hermosas niñas como una flor se acercaron del patio interior hacia ellos.

- Buenos días madre padre, dijeron las dos niñas luego se sentaron a su lado en dos sillones de jardín. La terraza cubierta es espaciosa a su alrededor hay toda clase de hermosas flores y arbustos.

La sirvienta empezó a servir te, mientras la otra sirvienta se retiró discretamente y volvió a salir de la finca con la lista de la compra en su mano.

- ¿Ha pasado algo? Pregunto Ana viendo la expresión de sus padres como si comieran una gran pérdida.

Mientras Damaris empezó a comer un pastel de rosa fragrante.

- Esa perra ni si quiera es capaz en morir...

- Hmm. ¿Hablas de Sienna...? Pregunto Damaris con la boca llena.

Los dos no contestaron solo miraron el techo de la terraza con ojos vacíos.

a su lado empezó a explicarle la situación, las dos niñas al principio se alegraron, pero al escuchar que no le paso nada pusieron una cara tosca.

- Esa muerta de hambre tiene demasiado suerte, una luz malévola apareció en sus ojos, el odio que sentía no podría ocultarlo.


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