Chapter 19: Capítulo 19
Harry estaba pálido, al parecer en Hogwarts ni siquiera se podía ir al baño sin interrupciones. Estaba él tan tranquilo haciendo sus necesidades cuando apareció Myrtle la Llorona, el fantasma que habían conocido en el baño de chicas abandonado. Inconscientemente se giró para taparse y luego se subió los pantalones. Parecía estar bastante enfadado.
-¿No ves que estoy meando? -preguntó en un tono peligroso. No podía gritar debido a que alguien podría oírlo y los estudiantes ya tenían suficientes malas impresiones de él para que encima pensaran que estaba loco.
Myrtle ni siquiera prestó atención a la amenaza subyacente del joven Potter y, en cambio, extendió un libro (NA: sé que no debería ser capaz de tocar el diario, sin embargo en la película se ve que cuando entra a un lavabo salpica agua, así que usaré ese error para mi ventaja jeje).
-Me han pedido que te entregue esto -informó con su característica voz, aunque por una vez no parecía estar a punto de llorar.
Harry la miró confundido, primero a ella y luego al libro que le tendía.
-¿Te han pedido? -cuestionó -. ¿Quién te lo ha pedido?
-Ahora que lo dices, no pregunté su nombre -dijo, de repente un poco cabizbaja -. Solo puedo decirte que era un chico bastante musculoso y tenía el pelo negro, no soy muy buena con las descripciones.
-¿Musculoso y pelo negro? -pensó Harry -. Quizás fue Liam, pero por qué no me lo podría dar él mismo?
Aún un poco confundido, tomó el libro y lo abrió, confundido vio que estaba completamente en blanco.
-Eh? Esto está en blanco -dijo, pero Myrtle ya se había marchado -. ¿Y ahora que hago?
Y Harry se quedó en el baño durante diez minutos completos intentando decidir qué hacer. Finalmente decidió que intentaría descubrir por qué alguien le había dejado un cuaderno en blanco.
Llegó a su habitación y se puso a revisar más a fondo el libro, no quería que se le escapara ningún detalle. Luego de revisar todas las páginas, se dio cuenta de que en la portada estaba escrito "Tom Marvolo Riddle" con letra casi perfecta, supuso que el cuaderno había pertenecido a quien quiera que fuera Tom Riddle.
Decidió probar a escribir algo.
-Mi nombre es Harry Potter.
Para su sorpresa, la tinta pareció desaparecer y fue reemplazada con otras palabras.
-Hola Harry Potter, mi nombre es Tom Riddle.
El chico se quedó diez segundos pasmado, aunque en su cabeza el hecho de que el diario estuviera en blanco cobró repentinamente sentido.
-Buenas noches, Tom Riddle, ¿qué tipo de magia es esta?
-Esto es algo que creé durante mi juventud, puede razonar como si fuera realmente yo.
-¡Asombroso! Esta debe de ser magia muy avanzada. Por cierto, tengo una pregunta, quizás tú podrías respondérmela.
-Adelante, si está dentro de mis capacidades la responderé con gusto.
-Me alegra escuchar eso... Entonces, ¿Sabes algo sobre la Cámara de los Secretos?
Pasaron cinco segundos antes de que apareciera una respuesta.
-Sé bastante sobre eso...
-¿En serio? Por favor, cuéntame lo que sepas.
-La Cámara fue abierta hace cincuenta años. Durante ese tiempo yo estudiaba en Hogwarts y lo viví todo.
-¿La gente también fue petrificada?
-¿Petrificada? No, claro que no, lo que sucedió fue algo mucho peor...
-¿Peor? No me digas que...
-Sí, una estudiante fue encontrada muerta en los baños. Hogwarts estuvo a punto de cerrar, pero los ataques cesaron repentinamente y ya no se supo más.
-¿Una chica asesinada en los lavabos? -pensó Harry, y de repente sus ojos se abrieron de par en par, recordando a cierto fantasma que le entregó el diario -. ¡Tiene que ser ella!
Luego, se apresuró a volver al diario.
-Gracias por contármelo, Tom.
-No hay de qué.
El joven Gryffindor cerró el cuaderno y se lo metió en uno de los bolsillos de su capa. Se puso su Capa de Invisibilidad y se movió hacia la salida, no quería involucrar a Ron y Hermione en esto, estaba en sus manos el demostrar que no era el heredero de Slytherin.
Avanzó con cuidado, pero más deprisa de lo que lo haría normalmente en sus caminatas nocturnas, debido a que la Señora Norris había sido petrificada ya no tenía tanto que temer. Entró al abandonado baño de chicas del primer piso y se quitó la capa.
De repente, apareció delante suya Myrtle.
-Buenas noches, Myrtle, tengo una pregunta para ti.
-Oh, ¡eres tú! -exclamó sorprendida -. Pensaba que no dejaban a los alumnos vagar por el castillo tan tarde por la noche.
-Y no lo hacen, sin embargo creo que he descubierto algo muy importante, algo que podría estar relacionado contigo -comentó con tanta seriedad como era posible.
-Algo relacionado conmigo, eh -suspiró el fantasma -. Adelante, dime qué es lo que quieres.
-¿Me podrías contar cómo moriste? -pidió Harry.
-¡Vaya! -exclamó Myrtle gratamente sorprendida -. Parece que los chicos de hoy en día son mucho más educados que antes. No te preocupes, te lo contaré todo encantada.
Harry soltó una risilla nerviosa por el comentario de la chica. Luego escuchó toda su historia y, finalmente, llegó a la conclusión de que Myrtle era la niña que había sido asesinada hacía cincuenta años.
-¿Dices que viste esos ojos por allí? -cuestionó el joven Potter señalando los grifos, a lo que ella asintió.
Él se acercó a la serie de grifos y empezó a revisarlos cuidadosamente. Luego de un buen rato, por fin encontró un símbolo parecido a una serpiente.
-¡Aquí es! -exclamó mentalmente -. ¡Esta es la entrada a la Cámara de los Secretos! Pero ahora, ¿Cómo debería abrirla?
Después de reflexionar un buen rato, se le ocurrió.
-¡Claro! Si esta Cámara de los Secretos es solo para el heredero de Slytherin, solo él debería poder abrirla... -comentó en voz alta -. Entonces, la forma de abrirla es hablando pársel.
Y Harry pareció entrar en un trance mientras miraba la diminuta serpiente tallada en el grifo, unos susurros aparecieron en el ambiente, casi como si no las pronunciara el propio Harry. Se escuchó un ruido de engranajes y los grifos se separaron, dejando ver un agujero en el suelo.
El joven se sintió un poco inseguro durante un instante, pero inmediatamente después endureció su resolución y se dejó caer. Al parecer estaba construido como si fuera algún tipo de tobogán. Al final llegó a un extraño lugar con un montón de huesos, asqueado empezó a pensar en lo que sería el monstruo, eso fue hasta que se encontró con una muda de piel de serpiente.
El problema no era que fuera de serpiente, sino su tamaño, debía medir entre quince y treinta metros y, fue entonces, que todo encajó.
-Ya lo entiendo, la mirada que mató a Myrtle, es una serpiente y habla pársel, por eso solo yo escuchaba las voces. Está claro que el monstruo es... ¡un basilisco! -dedujo, asustándose aún más de lo que ya estaba.
Sus piernas le decían que debería volver atrás, sin embargo sabía que si no hacía algo entonces podría morir alguien, y sería totalmente culpa suya, no podía permitir eso.
Después de andar durante cinco minutos enteros, llego frente a una compuerta con diseño de varias serpientes, así que volvió a hablar en pársel y se abrió. Delante de Harry ahora había una sala grandísima, con varias figuras de piedra y, al fondo de todo, lo que probablemente era la cabeza de Salathar Slyherin representada en forma de una estatua enorme.
De repente, algo salió volando de la capa del chico. El diario se abrió en el aire repentinamente y se iluminó. La luz fue suficiente como para que Harry tuviera que cerrar momentáneamente los ojos y, cuando los volvió a abrir, una figura estaba parada enfrente suya.
Era un joven apuesto, con el pelo negro y la piel pálida. Tenía una sonrisa desagradable inscrita en su rostro que no le gustó nada a Harry.
-¿Quién eres tú? -preguntó con cautela.
El joven ensanchó su sonrisa y respondió.
-Mi nombre es Tom Riddle -dijo, mientras avanzaba hacia el fondo de la sala.
Harry lo siguió con la varita levantada.
-¿El del diario? ¿Qué haces aquí? -cuestionó, sin bajar la varita.
-¿Que qué hago aquí? -preguntó Riddle con una carcajada -. Hago dos cosas, la primera es encontrarme contigo, Harry Potter, y la segunda es cumplir con mi obligación.
-¿Obligación? -preguntó desconcertado el joven de gafas.
-Mi obligación de liberar al basilisco como el heredero de Slytherin, por supuesto -reveló el mayor de los dos.
Los ojos de Harry se abrieron con incredulidad y el agarre en su varita se hizo más fuerte.
-Así que fuiste tú el que abrió la Cámara de los Secretos hace cincuenta años -dijo -. ¿Por qué harías algo así?
-Por supuesto para exterminar a la suciedad que hay en este castillo, este es un lugar muy importante para mí y no permitiré que esos sangre sucia los manchen -contestó con un tono ligeramente burlón -. Sin embargo, lo que más me interesaba era verte a ti, Harry Potter.
-¿A mí? ¿Por qué querrías verme a mí? -preguntó confundido.
-Quería conocerte para entender cómo un bebé de ni siquiera un año de edad pudo derrotar al más grande mago de todos los tiempos -dijo Tom.
-¿Hablas de Voldemort? Voldemort es muy posterior a ti, no debería importarte -afirmó Harry.
Y Riddle dejó escapar una risilla desagradable.
-Voldemort es mi pasado, presente y futuro -una vez dichas estas palabras, letras aparecieron en el aire, formando las palabras "Tom Marvolo Riddle", que se empezaron a mover y se formaron para decir "Yo soy Lord Voldemort".
Las pupilas de Harry se convirtieron en pequeños puntos cuando su sorpresa casi le hace dejar caer la varita. Luego, Voldemort se giró para mirar directamente a la estatua de Slytherin y empezó a murmurar en pársel.
La boca de la estatua se movió y dejó entrever un túnel por el cual se empezaron a escuchar siseos y sonidos parecidos a un cuerpo mojado que se movía por el suelo. Recordando la habilidad especial de los basiliscos, Harry cerró inmediatamente los ojos, pero se dio rápidamente cuenta de que luchar de tal forma sería imposible, así que echó a correr.
Cuando llegó a la otra punta de la sala, alzó su varita y lanzó una andanada de los pocos hechizos de combate que conocía, no tenía muy claro si habían golpeado, pero a falta de gemidos de dolor supuso que no le habían afectado al basilisco.
Escuchaba los siseos cada vez más cerca, podía sentir que la enorme serpiente estaba ya a rango de comérselo, entonces los siseos se hicieron más violentos y harry sintió que se había lanzado contra él.
Estaba preparado para intentar esquivar cuando se escuchó un hermoso sonido de pájaro y luego los lamentos de la serpiente.
Harry se arriesgó a abrir los ojos y pudo ver que Fawkes, el fénix de Dumbledore, había aparecido y le arrancó los ojos al basilisco, sin embargo recibió seguidamente un coletazo de este y se dispersó en llamas, quedando cenizas de las cuales apareció un pollito.
No se quedó a apreciar la vista de tal criatura e intentó ponerse de pie, pero para su desgracia el basilisco lo escuchó y se lanzó hacia él, tratando de morderlo y fallando solo por una pulgada. Aún así, Harry recibió un golpe y fue mandado a volar, chocando contra una pared.
Harry se agarró las costillas luchando por no desmayarse, no entendía cómo el golpe no lo había matado, extrañamente justo antes de que el golpe aterrizara notó como si toda su magia se dirigiera a su estómago para protegerlo, ¿lo hizo instintivamente? Probablemente, sin embargo solo había servido para convertir el golpe en no letal, ahora no podría luchar ni en broma.
Tosió un poco y notó que había sangre mezclada con la saliva, su visión empezaba a volverse borrosa, pero justo antes de caer inconsciente, sintió una sensación cálida y abrió los ojos muy deprisa. Delante suya estaba su nuevo amigo, Liam, tenía puesta una mano encima de su pecho y una luz amarilla brillaba.
-Lo has hecho bien, ahora quédate despierto y más tarde te explicaré todo -instruyó Liam.
Harry quería hablar, pero sus palabras no salían, su dolor había disminuido y ya no sentía que perdería el conocimiento en cualquier momento, sin embargo si forzaba sus cuerdas vocales sentía un ardor terrible. Vio como Liam se quitaba la capa de Hogwarts y quedaba en unos pantalones blancos que parecían parte de un traje para practicar artes marciales y una camiseta negra ajustada.
El basilisco siseó sonoramente y se lanzó hacia Liam a velocidades sobrehumanas. Por suerte, en el aspecto de velocidad Liam destacaba. Se movió tan rápido que pareció desaparecer del lugar en el que estaba parado y apareció detrás del basilisco, intentó golpearlo pero no esperaba que la cola de la enorme serpiente, que parecía increíblemente pesada, se moviera casi tan rápido como él y, al ser tomado desprevenido, Liam fue golpeado en la cara y voló unos diez metros antes de dar una voltereta y estabilizarse.
Se limpió el rastro de sangre que le había salido de la boca y entrecerró los ojos. De repente, un aura azul casi opaca apareció alrededor de Liam y una presión inmensa descendió sobre la sala. Riddle, que se había quedado atrás durante todo el rato, de repente soltó un grito ahogado.
-¿Quién eres? -preguntó casi gritando -. ¿Hay un nuevo cultivador en Hogwarts? ¡IMPOSIBLE! Y ya estás en la etapa de la Creación del Núcleo? No, espera, ¿Qué es esto? Parece tener un poder similar a alguien de la Creación del Núcleo pero en realidad está en la etapa final de la Recolección de Magia, ¡qué demonios!
-Oh, Tom, es agradable ver que caíste en mi trampa. Mi nombre es Liam Doyle, supongo que te acordarás de mí -comentó.
Los ojos de Riddle se volvieron casi rendijas.
-¡Tú, maldito! -gritó, sin embargo seguidamente se calmó, Liam sabía porque.
Aunque su poder estaba al mismo nivel que alguien en la fase del Núcleo Líquido, que es la mitad del Reino de la Creación del Núcleo, el poder del basilisco, ahora que estaba delante de él, podía entender que alcanzaba la etapa inicial de la Separación del Espíritu.
Aún así, Liam conocía una forma de derrotar al monstruo, aunque sería arriesgado. Dejó de liberar su presión y levantó una mano y concentró una buena cantidad de magia.
-Hado no 88: Hiryu Gekizoku Shinten Raiho -después de exclamar estas palabras, se generó una gran cantidad de energía de color azul relámpago, que seguidamente se disparó hacia el basilisco.
Harry vio este ataque y le costó mantenerse de pie. Sin embargo, el basilisco no parecía querer evadir el ataque, sino que se colocó justo enfrente y abrió la boca. Para desconcierto de Liam, el ataque simplemente fue dirigido a la boca del basilisco y fue tragado sin dejar rastro.
-Entiendo, parece que puede comer magia y por lo que veo con mi Ojo Mágico también lo hace más fuerte, mierda -maldijo internamente Liam.
Esta vez fue el turno de la enorme serpiente, se movió mucho más rápido que antes y apareció delante del joven Ravenclaw, que abrió mucho los ojos y solo llegó a cubrirse por sus reflejos sobrehumanos. Salió volando y chocó contra una pared, levantando una cortina de humo.
Cuando el humo se aclaro, Liam salió de él con rasguños por todo el cuerpo.
-Maldición, eres realmente fuerte, bicho -comentó alegremente -. Tuve suerte de poder cubrirme con magia, si no me hubieras hecho bastante daño.
Una sonrisa salvaje apareció en el rostro de Liam y se lanzó a toda velocidad contra el reptil.
Empezaron a intercambiar golpes, en fuerza estaban casi empatados debido a que ahora Liam usaba magia para reforzar sus ataques, sin embargo en velocidad el basilisco lo superaba. En uno de estos intercambios, el basilisco intentó una mordedura, sin embargo Liam lo esquivó moviéndose hacia un lado y sin perder tiempo lo golpeo.
El basilisco se movió hacia atrás, pero solo tenía algunos rasguños, aún habiendo sido un golpe directo. Liam saltó hacia una de las paredes y con su fuerza y velocidad empezó a saltar de una a otra, acelerando el ritmo cada vez más. Esta era una estrategia que había perfeccionado con su maestro Cornu.
La enorme serpiente intentó golpearlo en uno de estos saltos, pero falló por poco y Liam vio la oportunidad, saltó a casi el triple de velocidad de lo que podría hacer normalmente y se acercó al basilisco por la espalda.
-Ahora -dijo y justo en el último momento intentó agregar magia a su puño.
El golpe lanzó al basilisco bastante más lejos que antes y también tenía un ligero rastro de sangre en el lugar donde lo golpearon, sin embargo Liam miró su puño con frustración.
-Maldición, sigue sin funcionar... -comentó tristemente.
Mientras estaba demasiado ocupado mirando su puño, el basilisco atacó a Liam a velocidades cegadoras, no tuvo tiempo de bloquear y recibió el golpe de llenó, haciendo que tosiera sangre, sin embargo agarró la cola que lo golpeó y dio vueltas sobre sí mismo.
Harry no podía creer que alguien humano fuera capaz de levantar y hacerle dar vueltas a un monstruo de tal tamaño, pero lo estaba viendo justo enfrente de sus ojos.
Con venas resaltando en su cabeza y ojos inyectados en sangre, Liam lanzó al basilisco por los aires, provocando una enorme explosión que hizo temblar todo el lugar, dio gracias a que estaba reforzado con magia y no les iba a caer encima.
-Yo... debo calmarme, respirar -murmuró para sí mismo Liam.
Cerró los ojos y dejo caer sus brazos, casi como si se hubiera rendido. El basilisco saltó hacia él y Harry gritó que se moviera, pero para Liam todo eran sonidos distantes, aunque tenía los ojos cerrados todo se movía a cámara lenta.
-Ah, ya recuerdo -murmuró, con el basilisco cada vez más cerca -. Había olvidado el principio más importante de esta técnica. Lo más importante es...
El basilisco abrió sus fauces, pero Liam se agachó y se colocó justo enfrente del estómago del monstruo a una velocidad muy superior a la anterior.
-¡El principio más importante es la creencia de que la puedes realizar! -exclamó en voz alta -. ¡DESTELLO NEGRO!
El golpe hizo aparecer relámpagos negros y golpeó la tripa del basilisco, que voló en mil pedazos.
-Aún me faltaba ese aspecto -dijo.
Fin del capítulo
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