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Chapter 14: Capítulo 14 "La venganza de los puristas parte 2"

Los gritos de los aldeanos, el miedo, desesperación y tristeza. Despertó a Gregory de su estado semi-inconciencia, la explosión le había dejado más que solo heridas y quemaduras, aviado a volar por los aires y su cabeza choco contra un gran tronco de madera, dejándolo inconsciente de su alrededor.

Al abrir los ojos, noto que su vista era roja, casi como tuviera unas gafas rojas. La sangre que salía de su cabeza se derramo por toda la vista hasta llegas a su mentón y bajo más por el cuello. Afortunadamente solo tenía quemaduras leves y algunos raspones, ninguna torcedura que podría dificultar su movimiento.

Dejando de lado su estado, se fijó como estaba su compañera y la noto que estaba ajena de todo peligro. Parecía enrollarse con fuerza en su cuerpo, asustada.

Levantándose del suelo, tomo su varita que estaba a un lado de los escombros. Y salió ayudar. Noto que había tres magos combatiendo contra varios mortifagos. Se notaba que lo estaban dando todo contra una cantidad abismal de magos. Y viendo el desastre alrededor no eran todos los mortifagos dedujo que el pueblo estaba rodeado de ellos.

Sin esperar más, también empezó a lanzar hechizos contra los mortifagos. Con su gran conocimiento y lista de hechizos, comenzó un bombardeo masivo.

Los tres magos se dieron cuenta del apoyo y voltearon a ver rápidamente los respaldos, solo para decepcionarse al ver a un joven. Aunque notaron que el joven era diestro lanzando y bloqueando hechizos y ahora mismo no se podían quejar, necesitaban toda la ayuda posible si querían que el pueblo prevaleciera.

—¡¿somos todos?! — pregunto Gregory aun en batalla y no perdiendo el ritmo del contra ataque.

—¡desafortunadamente somos todos, no hay más magos en este pueblo! — dijo el mago, respondiendo al joven.

—¡¿alguna idea de cómo salir de esta con todos los habitantes?! — pregunto otra vez Gregory, quería saber a detalle el plan.

—¡estamos improvisando, dando tiempo a que los Muggles se retiren! —grito el segundo mago, quien ya no le importaba usar maldiciones imperdonables contra estos malditos.

Gregory también maldijo hacia sus adentros, sus números eran muy pero muy bajos, dudaba que sobreviran y entonces pensó en un plan, su mente tras los años de entrenamiento se esforzó en desarrollar múltiples planes, aun así, esto parecía imposible de ganar.

Mirando a su alrededor, diseño modelos de planes en segundos su cerebro luchaba contra mortifagos y a la vez diseñaba algún plan.

Su vista se posicionó a dos casas lo suficiente grande para enterrar a los mortifagos.

—¡ya lo tengo, disparen bombardas a los esos dos edificios y lo derrumbaran, dudo que los mate. Pero los detendrá por segundos. ¡Nos dará algo de descanso y buscar algún soporte de apoyo, luego a matar! — grito el plan Gregory a los tres magos, que entendieron inmediato.

Disparando a los lugares acorados, los edificios se cayeron contra los mortifagos, dando le tiempo a los Gregory los tres magos a descansar.

—no tenemos tiempo, busquen algún refugio y ataquemos de sorpresa — comento Gregory a los magos.

—¡que estás hablando mocos, tenemos que irnos. Esto es una muerte segura. ¡Son demasiados no podremos contra todos! — grito el primer mago sus amigos le apoyaron en esa decisión, ellos no eran de combate y el miedo a morir estaba en sus corazones, no dudaron en escapar.

— ¡que mierda les pasa, muchas personas morirán! — en vanamente Gregory les sermoneo, pero solo observo que ellos usaron "apareció" para escapar. Dejándolo solo contra un ejército de mortifagos.

—lo entendemos niño, pero es una misión imposible de realizar, no podemos salvarlo a todos— comento uno antes de aparecer lejos de ahí.

—"mierda" — pensó Gregory, no sabía cómo salir de esta. De cómo podría ganar. Entonces pensó en idea arriesgada, pero era la mejor que tenía.

Subiéndose con saltos al techo de una vivienda mas alta. Gregory miro que el pueblo era atacado por tres direcciones. Pero la mayor parte del mago estaban en su zona, también se fijó que los aldeanos se escondían porque no había lugar para escapar.

Su concentración se acabó cuando escucho que la distracción se había acabado. Suspiro y tomo muchas bocanadas largas de aire, preparando sus piernas para el castigo, puso toda su concentración con su varita, ya era hora de atacar.

—máximo esfuerzo— dijo Gregory, recordando esa frase de amigo Cristian. Entonces salto de azotea por azotea.

—¡malditos, los voy asesinar! — grito un mortifago a al azar al notar que los magos habían huido, pero al final ellos no eran el objetivo.

—¡busquen a la sangre sucia! — grito uno más atrás. Los demás mortifagos fueron avanzando a buscarlos.

Entonces un hechizo rojo golpeo al que había dado la orden, luego varios hechizos de diferentes direcciones comenzaron a dar a varios mortifagos, algunos se cubrieron o evadieron los múltiples hechizos, también iniciaron su contra ataque, pero no sabían de donde venía el atacante. Al ya ser casi a la mitad reducidos, miraron una sombra que saltaba por los techos rápidamente.

—¡en los techos, está arriba! —

Inmediatamente los mortifagos dispararon sus maldiciones hacia esa persona.

Gregory que estaba saltando de techo en techo a gran velocidad, tuvo que esforzarse más, dar lo máximo para esquivar con esfuerzo las muchas maldiciones que venían hacia él, su cuerpo ya estaba empezando a cansarse por lo intenso de su movimiento al igual que su poder mágico reduciéndose por agotarlo en varios hechizos.

Dando una voltereta se deslizo por el techo antes de caer en una ventana, que nuevamente salto para esquivar un para hechizos explosivos, tuvo que volver a esquivar en el aire por dos maldiciones asesinas. Observo que había personas aún abajo y estaban siendo lastimados por los escombros o muertos por maldiciones que iban por todos los lugares.

Algunos hechizos cortantes le habían dado en su intento de esquivarlos, ya que no podía darse el lujo de usar un hechizo de escudo, sufría algunos cortes, a la vista dio que varios Muggles comenzaba alterarse y su pequeño esfuerzo no estaba dando esfuerzo, al ver como varia gente moría.

Maldijo nuevamente por no ser suficiente. Mientras saltaba a otro techo y esquivaba más hechizos, su mente le trajo al momento en que se encontraba en una situación similar, el día donde sus padres murieron. Ese día no se había dado por vencido, pero igualmente sus esfuerzos fueron envano al no salvar a su madre.

Se acordó en ese momento que estaba en el bosque intentando escapar. Los sentimientos de impotencia de aquella noche habían infligido en su alma, corazón y mente, dando el valor y el despertar de su poder mágico.

Una idea loca surgió de su mente, una que podría acabar con su vida, pero a costa de salvar a más. De que aquellos niños no sufrieran como él lo hizo.

Usando aparición llego a un Muggle cualquiera y lo tomo para nuevamente desaparecer y llegar hasta las tumbas de sus padres, lo dejo ahí y arroja a su serpiente lejos. volviendo usar una y otra vez aparición, tomo varios aldeanos y la tele trasporto al mismo lugar donde dejo el primero.

a gente del pueblo vieron que aquel niño que todos apreciaban por ser un buen muchacho, comenzaba a salvarlo de una desgracia se quedaron sorprendidos de como mágicamente traía cada vez más personas, a un ritmo rápido siguió con su espectáculo.

—¡señor Greg! — Sophie no llego a ser escuchada por Gregory quien continuo en ir y venir a través de aparición.

Dentro del cuerpo del Gregory su núcleo mágico estaba alterándose y disminuyéndose a un ritmo alarmante, su espacio mental se desmoronaba. Pero esto no detuvo a Gregory que continuo con su cometido.

Los mortifagos se quedaron sorprendidos a al ver que Gregory usaba muchas veces "Aparición" y alejaba de su vista a los Muggles. Aun así, intentaron atacar, pero sus hechizos eran demasiado lentos para llegar a tiempo para alcanzar la tele trasportación del joven Bird.

Agotado Gregory no conto cuantas personas había salvado o cuantas veces había usado la aparición, su mente estaba cansado, su cuerpo igualmente y ya no tenía mucha magia, por lo que cayó de rodillas al suelo en una calle principal del pueblo. Tomándose tiempo para tomar aire y equilibrar sus emociones, no noto que todos lo mortifagos empezaron a rodearlo.

Los mortifagos sonrieron malvadamente al ver derrumbado al joven, alguno de ellos eran padres de los chicos que habían engañado con esa falsa de la extinción de la sangre o de cualquier blasfemia salida de su boca.

Otros habían sido contratados para hacer un desastre y torturar a este joven que tenían de rodillas delante de ellos. Muchos vinieron a solo a matar y torturar para sus placeres.

—Crucio —

Gregory sintió el poder del hechizo, su piel empezó quemarse sin verse daños físicos, sintió que mucho dolor en su interior como si alguien lo pinchara con codicia en ella, al igual que su cerebro. se mordió la lengua para no gritar, pero el dolor era insoportable y de vez en cuando se le escapaba un grito desgarrador.

—Crucio —

—Crucio — varias maldiciones imperdonables empezaron a impactar al cuerpo de Gregory, quien ya no pudo aguantar más y grito de agonía.

Ahora el dolor era multiplicado por tres, además los pinchazos internos pasaron a ser como si un ácido empezara a quemar sus órganos internos.

Dentro se mente, todos lo que había construido se devoro naba, los castillos se destrozaba y caían al suelo, poco a poco la cordura de Gregory se iba, todo recuerdo que tuvo una vez se rompían como un cristal.

El cuadro enorme que protegía su magia se quebrajo.

Entonces Gregory sintió y observo que los recuerdos de su madre y padre estaban a punto de desaparecer, toda felicidad se escapaba y ya no recordaría nada.

De un momento a otro se encontró sentado en una mesa, su calma no solo paro ahí, sino que también vino con felicidad, al ver a sus padres comiendo a su lado y al parecer estaban riéndose de algo.

—¿pasa algo cariño, te veo cansado? — pregunto Sofía a su hijo.

—para nada madre, me siento muy feliz de verlos de nuevo — comento Gregory a su madre y padre. quienes lo miraron con extrañeza.

—seguro que estas bien hijo — Oscar esta vez estaba confundido.

—como dije padre, me siento muy bien. por cierto, mama, esta sopa te quedo deliciosa — dijo un Feliz Gregory tomando otro bocado.

—gracias hijo. Lo hice especialmente para ti — dijo cariñosamente Sofía, mientras acariciaba el cabello de su hijo, desarreglándolo.

Estaba en calma, pero porque se sentía cada vez más cansado. Como si su cuerpo y mente solo querían quedarse en este lugar por el resto de su vida. Observo a sus padres mirándolo con felicidad en ella, sintió ese calor en corazón que ya había olvidado hace mucho.

Sus lágrimas comenzaron aparecer en sus ojos y caen por sus mejillas.

—¿Por qué lloras, hijo? — Sofía se acercó a su hijo y lo abraso. Oscar también se acero y palmeo la espalda dándole su apoyo.

—los quiero mucho, papá, mama — dijo Gregory mientras regresaba a la realidad. Esto era tan bueno que no debía ser cierto y concluyo que era solo un recuerdo.

Entonces recordó a su nueva familia, Tonks, Cristian, Elena y Megan.

Recordó que, si descansaba sentado, la gente buena del pueblo moriría.

—"¡no!" — grito internamente Gregory, bloqueando el dolor en su mente. No queriendo tener en su conciencia esas muertes.

—"¡si no tengo magia, si no tengo fuerza, si no tengo más ideas!" —

El cuerpo de Gregory se levantaba del suelo, los mortifagos se quedaron petrificados al ver esto. no creyendo lo que sus ojos estaban viendo, incapaces de creer que esto fuera real.

—"¡¡ mi voluntad será suficiente!!" — con la furia en sus ojos, Gregory se levantó y miro feroz a todos los mortifagos con odio. Con el odio más profundo que una persona podría darle a otro ser.

Con toda su voluntad, se movió veloz hacia el primer mortifago que puso conseguir y le propuso una patada al rostro con la suficiente fuerza para destrozarle la cara y romperle el cuello. No acaba ahí continuo con el de alado y con su otro pie hizo lo mismo con otro mortifago cercano.

Y en un rápido movimiento, se adentró al ejercito de mortifagos. Uso tecnicas que había leído que eran mortales, su cuerpo inconscientemente las realizaba y mataba a los mortifagos como si fueran simple papel.

Arrancaba piernas o brazos con facilidad, con técnica saltaba y esquivaba los hechizos dirigidos hacia su persona, sin piedad con sus dedos apretaba sus cuencas con sus ahora destrozados ojos. No paro, no descanso a tomar aire, no pensó en tener misericordia.

Sin razonamiento de su moral de matar, Gregory uso tecnicas prohibidas que el mismo se negó a usarlas. Relajando sus músculos internos, usando el tanto el yin con el yang, doblo sus piernas y golpeo directo a un mortifago en el pecho.

Al principio parecía ser broma, por el golpe tan ligera pero antes que se dieran cuenta. En una honda explosiva el mortifago fue enviado a una increíble velocidad, como bala humana se estrelló contra sus demás compañeros y aun así no freno, llego hasta el final solo para su sangre se salpicase contra una vivienda.

Este poder nuevo para los mortifagos asusto sus corazones, intentando huir Gregory en un estado sin capacidad mental no los dejo y se interpuso en ellos, esta vez uso el yin y el yang en sus dedos y como si fueran armas blancas corto cabezas y miembros de en rápidos movimientos.

Lucho y varios mortifagos caían por sus manos. Continuo hasta no dejar a nadie levantado o con vida. Al final a la media noche, había unas montañas de cuerpos sin vida de mortifagos en los suelos. Y rodeado de estos, estaba Gregory parado mirando a nada en particular.

En una luz naranja, un fénix se apareció junto a un Dumbledore a la entrada del pueblo. El había sido notificado a última hora por su espía Severus Snape sobre el ataque a su alumno. por lo que inmediato ordeno a McGonagall a informar al ministerio sobre el ataque y el desapareció con su fénix.

Mientras se adentraba al pueblo, La ministra Millicent Bagnold aprecio al igualmente a docenas de aurores a su poder.

—aurores dispérsense, busquen a los mortifagos y tiene permiso de ser letales. También apaguen las llamas y que alguien quite es marca del cielo — ordeno la ministra de magia siguiendo a lado de Dumbledore adentrándose al pueblo en llamas.

—Dumbledore, ¿sabes porque fue producido el ataque? — pregunto la ministra al director.

—venganza contra mi pobre estudiante — comento Dumbledore molesto por esto, él ya estaba con su varita de sauco para acabar con esto.

—esto es un desastre — Ministra dijo mirando los cuerpos de Muggles y mucho más de mortifagos.

—sí, nos es de mi agrado ver tanta muerte — con lastima Dumbledore miro alguna pareja tomados de la mano muertos.

—no es el de nadie — dijo con firmeza la ministra, luego miro hacia su delante una pila de mortifagos desmembrados. Lo horrible imagen de ver como sus cuencas estaba destrozadas hizo que la ministra casi vomitara su cena. Internamente se preguntó quién había sido responsable de aquella carnicería.

—¿que eso? — la ministra miro a persona aun en pie, con varita en mano se acercó.

Dumbledore no se molestó en responder a la ministra y a pasos apresurados se acercó a su alumno que había reconocido.

—¿mi niño, como te encuentras? — comento alarmado Albus Dumbledore y aunque la pregunta era boba, ya que él podía ver las quemaduras y cortes profundo en la piel de su alumno. la sangre en sus manos y en su cuerpo demostraba que el había acabado con todo estos mortifagos con sus manos. Cosa que sorprendió al director.

—¿joven Bird? — Dumbledore al tocar el hombro de su alumno este no reaccionó. Lo cual preocupo mucho al director. Que inmediatamente inspecciono con su varita y vista el cuerpo de su alumno. solo para darse con la sorpresa de algo impactante.

—¡ministra, inmediato necesitamos a llevar al joven Gregory a san mungo! — el grito del director alarmo mucho la ministra que era la primera vez que vio en ese estado al gran Albus Dumbledore, pero no contradijo nada, llamo a sus guardias y uno de ellos lo levito e uso aparición para llevarse el cuerpo.

Dumbledore no se lo podía creer, con el hechizo de diagnóstico usado entendió la gravedad del asunto. A la profesora McGonagall no le agradaría la noticia.

—¿Qué le paso al chico Albus? — pregunto la ministra al director, quien se encontraba en sus pensamientos.

—al lamentable, su núcleo mágico está dañado, todos sus músculos de su cuerpo tienen un derrame interno, sus huesos están al borde de romperse, órganos dañados y su mente preocupante, está muy dañado. Dudo mucho que su magia se recupere, tal vez su cuerpo sane, pero el arte de la mente en muy serio y dudo que yo pueda hacer algo — apretando los puños Albus Dumbledore, lamento el triste final de su alumno. aunque su fénix podía curar el cuerpo, no sería lo mismo con la mente y el poder mágico.

La ministra jadeo por el destino tan lúgubre del joven Bird. Y cuando le comento la edad del niño, sintió su instinto maternal sobre ella, como si Gregory fuera su hijo.

—"esta es la caída de una estrella" —

Dumbledore miro el cielo estrellado y con esa horrible marca que aún no era quitada, molesto levanto su varita y sin decir ninguna palabra uso el hechizo para desaparecerla. Estaba molesto consigo mismo por no poder ayudar a otro chico. Primero fue con Harry y ahora era con Gregory.

En este momento Dumbledore ya no se sintió tan poderoso, aun con una de las reliquias de la muerte en su mano, se sentía inservible. Sin mirar a otro lado camino hacia un lugar en particular en busca de lo que las cenizas dejo.


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