Download App

Chapter 17: El rayo que atravesó el cielo

Un remolino me mantenía inundando en caóticos sentimientos lujuriosos. Mi cuerpo ansiaba por pertenecer a alguien. Y probablemente, es porque él dijo que me amaba. Antes sus palabras no hubieran tenido el mismo peso. Ahora yo lo deseo. Deseo a un alpha, como el mundano omega que soy. Cayendo en la oscuridad de aceptarlo ¿Tan mal estaba aquello? ¿Tenían que alejarlo de mí? Ni siquiera me preguntaron cuando caí en celo si yo lo quería o no... ¿Es porque un omega no piensa razonalmente en celo? A pesar de estar guiándome por mis instintos y sentidos, estaba seguro de que solo lo quería a él.

—Bien... Llegamos a una conclusión— Dijo mi tía tirando las carpetas sobre el escritorio. —Tú estás enamorado, Elián— Su respuesta no me ayudaba mucho. —Lo que sucede con tu cuerpo, es que inconscientemente buscas reproducirte con el alpha que has elegido—

—Pero, yo he decidido no tener hijos todavía—

—Es tu omega el que lo está pidiendo. Elián, te aconsejo escuchar mejor a tu cuerpo. Si no eres marcado pronto tu situación podrá empeorar, incluso ser mortal— Contó.

—¿Si no me emparejo moriré?—Me afligió.

—No necesariamente, pero es difícil para un omega resistir cuando ansía tanto a un alpha. Será difícil para ambos, no solo para tí— ¿Kenny también la está pasando mal...? Claro que sí. Cuando vino a visitarme se veía realmente asustado. ¿Por qué mi existencia es una carga para otros? Debí haber huido de la casa cuando tuve la oportunidad, con algo de suerte no me hubieran encontrado. No, Elián, no sirve de nada pensarlo. Tengo que hacer algo para compensar a Kenny, él ha tomado un montón de decisiones por mí.

—De cualquier manera, toma— Me mostró la caja de un supresor inyectable. —Te estoy dando esto en secreto... El presidente quiere que a toda costa te embaraces, pero si te pones esta inyección cada tres meses tus hormonas dejarán de agitarse por un tiempo. Te coloqué una ayer. Ponte la siguiente en la misma fecha—

—En serio, muchas gracias—

—¡No te preocupes, de todos modos, estoy estudiando sobre lo estéril que es una relación entre dos alphas hombres! Hice nuevos descubrimientos gracias a tu hermano, al parecer ya no tendremos que preocuparnos tanto por buscar omegas— ¿Cyer ha sido conejillo de indias? Mi familia es tan aterrorizante.

Volví a mi departamento, Kenny iba a salir corriendo cuando oyó la puerta. —¿A dónde vas...? Tengo algo que discutir contigo— Él dió vueltas en la sala nervioso, tropezó con la mesita. —Tranquilo, no es nada grave— Se ve como un perrito perdido. Me senté y él se acomodó en el otro extremo. —¿Cómo has estado? Toda esta situación debe estar afectandote también—

—No, yo estoy bien— Su cara mentirosa es muy obvia, desde niño que agachaba la mirada así.

—¿Tú crees que me creeré eso?— Interrogué. —Quiero, que me digas lo que realmente deseas. ¿Tú quieres hacerme tu compañero?—

—Yo... No lo sé... Creo que no es necesario si vamos a casarnos y...—

—Pero, eso te haría sentir más seguro. Además, es un vínculo mucho más fuerte que el matrimonio—

—Por eso mismo, quiero ir más lento...—

—Comprendo— Dije. —Entonces una marca de sumisión está bien— Me saqué el collar. —Kenny, yo sé que lo estás pasando mal por mi culpa. Yo no quiero que sufras por mi culpa.—

—¡Estás equivocado!— Saltó de su asiento. Me sujetó el brazo, dejando su calor sobre la zona. —Lo siento...—Retrocedió por su gesto. —Yo quiero ser tu compañero, he querido ser el único para tí desde hace tiempo... Incluso, cuando estábamos lejos pensaba en tí, la mayor parte del tiempo... Pero, yo te hice algo horrible... Te mordí sin tu consentimiento y...— Empezó a derramar lágrimas.

—No es tu culpa, yo después de ese día me arrepentí de haber huido... Así que ya no voy a correr más.— Hablé y el moreno suspiró. —No merece que llores, fue muy estúpido lo que pasó... Lamento haber huido... Lamento no haberme despedido de tí— Acaricié su rostro con melancolía. —Reiniciemos lo que sucedió con un mejor recuerdo— Sonreí y desabroché un poco mi camisa. El olor de mi piel llegó hasta él y bruscamente me jaló hasta morderme. —¡Uhg...!— Una extraña sensación cálida y armoniosa recorrió mi cuerpo. Era como flotar en tibias aguas. A pesar de que no iba a ser una marca permanente esta era suficiente para unirnos.

—Estoy feliz, de que me dieras una segunda oportunidad—

—Creo que todos merecemos un segundo intento. Además, yo cometí muchos más errores.— Juntamos nuestros labios. —Trataré de hacerte feliz, nuestra boda está a la vuelta de la esquina, así que espero ser un buen esposo/esposa.—

Faltaban solo unas semanas para mi matrimonio y ni idea de que le hizo la mamá de Kenny a mi boda. Me obligó a ir de compras con ella.

—¡Esta es la mejor tienda de vestidos de novia!—

—¿¡Vestidos!?— Grité. —¡No voy a ponerme un vestido! ¿Acaso cree qué con mi cuerpo un vestido se vería bien?—

—¿Qué dices? ¡Eres un omega!— Sí, un omega con músculos.

—¿No podemos ver una tienda de trajes masculinos?—

—¡Pero, que aburrido eres, ya veo que eres tal para cual con mi hijo! ¡No puedo llevarme bien con ninguno de los dos!— Ni siquiera intentaba llevarme bien con usted.

—Puede elegir mi velo, a cambio de que pueda ser un traje normal— Ella sonrió.

—¿En serio? ¡Sí, sí!— Nos dirigimos a otra tienda. —¿Piensas tener hijos, Elián?— Preguntó cuando veía las mangas.

—Por el momento no, creo que es mejor esperar un poco más—

—¡Igual es una buena idea no tener, solo traen problemas, sería una carga para tu futuro! Además, van para todos lados diciendo "Mami, mami" y se quejan si los dejas solos— Dejé el traje en su lugar.

—¿No está haciendo la comparación con su propio hijo, verdad?— Hablé con seriedad.

—¿Qué? ¡Claro que no, ahaja...!— Obviamente lo hizo. No entiendo a los padres que le echan la culpa a los hijos. Si un día tengo un hijo, seré atento con él. ¿Oh, acabo de pensarlo? Esparcí una suave esencia. —¿Elián?—

—¿Entonces, que traje le gusta?— Sonreí amablemente.

—¡Ah, sí!— Se exaltó. Dejé que decidiera el diseño. Con esta decisión, la boda ya está completamente planeada.

Nos casariamos en una época fría. Podía sentir el clima. Y en la calle camino a casa mis huesos se congelaban. —Debí traer algo más abrigado— Froté mis brazos. —¡Ya llegue!—

—Bienvenido, hice la cena. ¿Cómo te fue con mamá?—

—Para ser sincero, no me agrada mucho— Él se rió.

—Sí, aveces me pregunto porque mi papá se casó con alguien como ella. Ahora que conocí al papá de Fred, creo que se me ocurre... Mi madre es pariente de ella—

—¿Espera, qué?—

—El apellido de soltera de mi madre es Rous— Solté todas mis compras y mi mente hizo un laxus.

—¿Qué? ¿¡Qué, qué!? ¿Tu segundo apellido era Rous todo este tiempo—- Ahora tiene más sentido que me gustara Fred. —¡Ahaja, el mundo es como un pañuelo!— Reí. —Si es así, ¿Por qué no compartes con los Rous?—

—Mi madre, se escapó a temprana edad de la casa, por lo que no se le considera alguien merecedora del apellido Rous. Así que es como si hubiera desaparecido del registro familiar— Relató.

—Oh, vaya... Que valiente—

—¿Valiente? Se escapó con un tipo— Hizo una mueca de desagrado. —Un tipo 20 años mayor que ella, hasta le pagó la universidad. No suena nada honrada su historia— Le dió escalofríos. —A propósito, ya estoy por terminar mi diplomado—

—¡Qué rápido pasa el tiempo!—

—Sí, se acerca tu cumpleaños—

—Ni lo menciones, o me aparecerán arrugas— Bromeé. —¿Qué día te gradúas?—

—El primero ¿Por qué?—

—Iré a felicitarte, obviamente— Él se sonrojó.

—Gracias— Sonrió tiernamente.

—Es mi deber como futuro eposo/esposa- Simpaticé—

Para el día de su graduación, lo esperé con un ramo de flores, seguro le sorprendería. Los alumnos ya empezaron a salir, algunos me miraron con curiosidad.

—Realmente viniste—

—¡Wha, que lindo!— Dijo un alpha que lo acompañaba. —¿Es tu novio?—

—Es mi prometido—

—¡Qué envidia!— Se quejó.

—¡Felicidades, por tu graduación!— Lo abracé y besé, antes de entregarle las flores.

—G-gracias— Tartamudeó.

—¿Qué piensas hacer ahora? ¿Restablecer los restaurantes de tu familia?— Pregunté.

—Todavía lo estoy pensando... Trataré de no tardarme para no ser una molestia—

—No tengo problema con mantenerte— Dije.

—Por muy tentador que suene, no hice éste curso de gastronomía para no hacer nada—

—En ese caso... ¿Por qué no construimos nuestro propio negocio?— Él se sorprendió. —¿Qué? ¿Es mala idea?—

—¡No, es solo que suena a un sueño compartido!—

—Desde ahora espero ser parte de tus sueños y metas— Metí mi nariz en mi bufanda.

—¡Yo también, lo espero!— Me reí, todavía no se acostumbra a mi presencia.

—Ahaja ¿Qué te gustaría? ¿Un gran restaurante?— Abrí mis brazos. —¿Una cafetería? O tal vez, ¿Una pastelería? Aunque, suena algo pequeño, tal vez prefieras seguir los pasos de tus padres—

—Ya veremos— Sonrió y tímidamente tomó mi mano.

—¡Sí!— Entrelacé mi fría mano con la suya, y la metió a su bolsillo.

Nuestros padres nos invitaron a festejar la graduación de Kenny, así que tuvimos un almuerzo pequeño en la mansión. —¡Felicidades!— Chocamos copas.

—Aún no me convence que un alpha estudie cocina, pero lo harás para ser el jefe de un restaurante ¿No?— Así no metería manos en la cocina. —Debió ser muy difícil, pero lo superaste con éxito. Bueno, tal parece que los alphas somos buenos en cualquier cosa— Bebió arrogante. En serio, es increíblemente odioso. —Mi hijo pasó a rastras el ramo de cocina— ¿Puedo golpearlo?

—De todos modos, Elián no necesitara cocinar teniéndome a mí— Me defendió Kenny.

—¡Claro que no, pueden pedírselo a un empleado!— Nos retiraron los platos. —¡Oigan, rápido! ¿Aún no está listo el postre?— Apuró a los sirvientes. Debe ser duro aguantar a mi padre.

—¿Pediste un pastel, querido?—

—Sí, es un día especial. Es una lástima que ni Cyer, ni Franchesco estén, pero tienen trabajo— No es como si quisiera verlos, aunque Cyer me preocupa un poquito. Comimos el cremoso pastel.

—Hijo, quisiera hablarte sobre el compromiso y demás— Annabella se llevó a Kenny.

Quedarme a solas con mi padre no era grato, así que me levanté para dirigirme al baño. Me mojé la cara, ya que estar en ese ambiente es estresante. Me pregunto si después de casarnos mi familia nos dejará en paz. Son una pesadilla. Salí más despejado y oí la voz de la madre de Kenny desde allí.

—¡Lo logramos, hijo!— Se jactó. —No creí que Brayan sería tan fácil. ¿Crees que es porque tengo la cara de mi hermana? ¡Ahajaja!— Reía malévola. Aunque es verdad que mi padre cayó bajo esta vez. —Y ahora, deberías pedirle pronto a ese omega los papeles de la herencia. Necesitamos el dinero ¿Comprendes? Puedes solo botarlo ahora— ¿Qué...? Mi piel se erizó y un sudor frío me abordó. No, Kenny no haría eso... ¿Por qué estoy dudando...? —Revisa entre sus pertenencias o solo pregúntale. Tenemos que conseguir los papeles de esa herencia—

La puerta se abrió levemente cuando me recargué en ella. Y los ojos de ellos toparon con los míos. Lo primero que hice fue huir.

—¡Elián!—

—¿¡Me escuchó!?— Rápidamente entré a mi habitación, abrí el armario y rebusqué hasta encontrar los papeles de la herencia con mi firma. Todo es a causa de estos estúpidos papeles. Sí no existieran...

—¡Elián, escúchame!— Le tiré los papeles, empujándolo hasta que cayera con brutalidad.

—¿¡Eso es lo que quieres!? ¡Ahí lo tienes, tómalos! ¡No me importa...!— Corrí. Mi padre se sorprendió con mi reacción, pero no alcancé a escucharle. Salí por la puerta, con el fuerte tifón de las afueras.

Corriendo más veloz que las gotas que chocaban contra mi piel. ¿A dónde pienso huir? ¿A dónde? Mi cuerpo por si solo se movería a aquella plaza, pero no debo ir. No debo... Corrí por las calles vacías, mientras Kenny hacía lo imposible por perseguirme. Debería parar y escucharlo, pero... No quiero hacerlo... ¿Y sí era verdad? ¿Y sí en serio solo se terminó vengando de mí por lo que sucedió? No... No... ¡NO!

Mi pie se deslizó y caí, sin embargo, volví a levantarme, con el tobillo lastimado, moviéndome más lento, sujetándome a las paredes, hasta encontrar un techo que me protegiera de la lluvia.

Kenny totalmente agotado me atrapó. —Nunca más, vas a correr de mí— Dijo con una voz profunda, que me estremeció. Y la marca de mi cuello ardió. —Tú ahora no puedes... Aunque no nos hicimos compañeros, dejé una marca en tí... Puedo sentir tus sentimientos. La inseguridad y la traición brotando contigo en este instante— Habló lentamente. —No corras de mí, por favor...— Suplicó. —Aún cuando te amo tanto... Sé que no me necesitas, que puedes estar bien solo... Pero yo, traté de ser independiente por tí, sé que no te gusta que dependan totalmente de tí. Sé que tienes un lado solitario que te hace correr del mundo, un lado que te obliga a escapar de cualquier compromiso. Pero yo... Aunque me haya tardado mucho para llegar a tu lado... ¡Por favor, tómame la mano cuando corras y...! No me dejes— Sus lágrimas se confundieron en su rostro empapado. —Yo no quiero forzarte a nada... Pero cuando se trata de tí, mi parte alpha sale a flote sin pensarlo y termino teniendo un montón de pensamientos posesivos fluyendo por mi mente... Y ojalá puedas aceptarlos— Su mano atrapó la mía, dejándome contra la pared y así besarme como él quisiera. Llenándome de tranquilidad, pero al mismo tiempo el anhelo de su salvajismo, ocultado a través de su templanza.

Sus palabras las oí más fuertes que esta lluvia, y el frío se volviera ligero al sentir sus labios. —Así que créeme cuando te digo que no quiero tu herencia, esa papelería, puedes tirarla con gusto a un basurero, yo vine aquí solo por tí. Cuando me enteré que mi madre quería la herencia de los Rosset, decidí acompañarla, pero no para ser parte de su tonto plan, si no, por tí. ¡Tenía que volver a verte, porque...!—

—Aunque estés del otro lado del océano iría a buscarte, y aunque caigas en el profundo mar, me hundiría contigo—

Dijimos al mismo tiempo. —Aún lo recuerdo— Hablé. —Tus palabras, cada una de tus frases, que incluso en mis sueños más profundos se repiten. No hay nadie más, que me haga sentir de este modo... Solo tú... Solo a tí te amo— Confesé.

La marca en mi cuello me quemaba, hasta dejarme completamente inmóvil. Un sentimiento tan abrazador, violento y fresco... Esta era mi libertad, este amor que siento es la libertad que siempre estuve buscando. Un sentimiento que me hizo sentir Kenny, él es la persona que puede darle la libertad a todos mis problemas.

—Elián... Escapemos, vayámonos muy lejos de aquí— Me sedujo al mover sus labios.

—Toma mi apellido, porque yo lo tomaré de vuelta y quiero que vengas conmigo— Propuso.

—¡Iré! ¡Huiré contigo!— Respondí.

Entonces, un rayo rasgó el cielo, con su retumbante sonido. El moreno me tomó los hombros temblando. Él le tiene pánico a los truenos. Al parecer, todavía le asustan. —Estoy contigo ahora— Se tranquilizó levemente.

—Lo sé— Sonrió. —Siempre estuve solo escuchando la fuerte lluvia y los rayos caer... Pero, desde que me dijiste que los truenos son una creación hermosa de la naturaleza, he podido tolerarlo mejor—

—Ahora vas a tener que correr de vuelta, pero conmigo en brazos. Me lastimé el tobillo— Él me levantó.

—Entonces, correré— Andó bajó la lluvia, mi cercanía apaciguó que se asustara de la tormenta. Pero, cuando volvimos, nos subimos a su auto e inmediatamente nos dirigimos al apartamento. Revisó mi tobillo y me colocó hielo.

—Es solo una hinchazón, se me pasará pronto—

—Me bañaré primero y luego empezaré a empacar todo— Después de él, me duché para regular la temperatura de mi cuerpo. Cuando salí, Kenny tenía una maleta hecha, por lo que empecé a hacer lo mismo. —¿Llevas tu pasaporte?— Salimos con lo justo y necesario.

—¿A dónde iremos?—

—Te presentaré a mi papá, está en Canadá. Y luego veremos las sobras de sus restaurantes, así construiremos nuestro negocio— Sin preguntar más, lo seguí. Consiguió en el aeropuerto un avión que salía en la noche. Y simplemente lo abordamos. Pocas veces salía del país por culpa de mi familia, así que estaba emocionado.

—¿Cómo es tu papá, Kenny?—

—Se llevarán muy bien, es agradable—.

Cuando di un pie sobre la propiedad de los Sanz me puse intranquilo. —¿Me veo bien? ¿Debí ponerme algo más apropiado?—

—Ahaja, así estás bien, te ves lindo— Me convenció, ordenando mi pelo.

La ama de llaves nos abrió y subimos al segundo piso del edificio, hasta la oficina de su padre. —¡Papá he vuelto!— Abrió la puerta alegremente.

—¡Leo, estoy feliz de que regresaras!— Se abrazaron.

—Papá, quiero presentarme a mi prometido...— No terminó de presentarme, cuando su padre habló.

—¿Elli?— Se tambaleó por un momento.

—¿Papá, estás bien?— De repente el señor rió estruendoso.

—¡Eres la imagen viva de Elliot!— Se acercó a verme. —Tus ojos son como los de Brayan, con esperanza y calma— Él nos invitó a sentarnos. —¿Cómo se encuentra Brayan?—

—Eh, bien...— Dudamos.

—Bueno, ahora que mi ex esposa se fue con él dudo que esté bien. Es una mujer terrible— Admitió.

—¿Puedo preguntar, por qué se casó con ella?— Cuestioné cortésmente.

—Supongo que es porque me recordó al pasado, creo que Brayan pensó igual, siempre tuvimos los mismos gustos— Contestó. —A plena vista, y en algunos gestos se parece a Franchesca— Respondió —¿Quisieran oír una vieja historia? Es desde mi punto de vista, creo que estaría bien escuchar la de Franchesca y Brayan algún día— Comentó y nosotros nos acomodamos atentos. —Fran, Brayan y yo crecimos juntos, en un mundo lleno de lujos. E incluso nuestras familias decidieron que era una buena idea que nos casáramos entre nosotros, por supuesto uno quedaría fuera y un matrimonio entre dos alphas hombres no da muchas posibilidades, así que Fran solo podía escoger a uno de los dos. Sin embargo, ella jamás se interesó por alguno. Entonces, en la universidad conocimos a un extravagante omega. Que a pesar de no pertenecer a una familia de élite, logró llegar a una buena universidad por una beca deportiva. Los tres nos enamoramos al mismo tiempo, como si del destino se tratase. Decidimos competir por quién se quedaría con Elliot. Fue una apuesta estúpida... Él descubrió que hicimos una apuesta para conquistarlo y ahí acabó... Pero, Brayan nunca superó a Elliot, creo que ninguno lo hizo, no obstante, él reaccionó diferente. Se casó dos veces, y después volvió a encontrarse con Eli, y ahí se divorció de inmediato de su segunda eposa para casarce con Elliot. Y nuestros caminos se separaron. Yo me fui del país por una oferta de empleo y no quería ver como continuaría los matrimonios de Fran y Bray. Estaba celoso, ambos pudieron enamorarse de otras personas y ser felices. A diferencia de mí... Luego, conocí a Annabella, era muy parecida a Fran, sobre todo al principio, sin embargo, ella solo fue feliz cuando no tenía responsabilidades. Y el dinero le importaba más que yo.— Hizo una pausa. —Me enteré por Franchesca lo que sucedió con Elliot, ella estaba muy triste, además que Brayan la acusó cruelmente— Relató. —No he querido volver sabiendo que Elli está muerto. Pero, ahora puedo ver que no es así. Está vivo en tí— Me señaló.

—-Coincidentemente se llama Elián. Éste es mi Eli, papá, y me fui para poder ir a buscarlo. Es el omega que amo y quiero casarme con él—

—Por favor, concédame a su hijo. Yo también lo amo, y quiero hacerlo feliz por el resto de mi vida— Pedí.

—La vida es tan irónica— Nos abrazó a ambos, tenía una escencia paternal de café suave. —¿Quién hubiera pensado que un Rosset y un Sanz terminarían juntos?— Rió.

—¿No quisieras volver con nosotros, papá? Hay una cosa que no sabemos cómo solucionar, necesitamos tu consejo— Le explicamos nuestra situación al padre de Kenny. Desde los planes de su esposa, lo de la herencia, como tuvimos que comprometernos para salvar la situación y sobre que no queremos vivir una vida agobiante por los Rosset.

El padre de Kenny, decidió saldar cuentas con mi papá, además de poder presentar sus condolencias a la tumba de mi mamá, por lo que nos acompañó de vuelta a mi país. Y aprovechó de mostrarnos un buen lugar donde podríamos abrir nuestra cafetería. Nunca creí que podría llegar el momento en que pudiera librarme de los Rosset.

—¿Y? ¿No es un buen lugar?— Observamos la tienda vieja, que se caía a pedazos.

—¡Ahajaja, necesita una remodelación!— Me reía.

—¡Manos a la obra!— Invitamos a mi grupo de amigos unirse a la reparación. Todos ellos trajeron algo para aportar.

—¡Ayudaré con la pintura!— Sieg traía un montón de tarros.

—Traje toda la maquinaria que necesitan— Dijo Jake.

—¡Todos los materiales de construcción, podrán verlo dentro de estos camiones!— Fred compró 5 camiones.

—Yo traje las herramientas— Dijo Casim.

Todos nos unimos para reconstruir una preciosa cafetería, volvimos a los viejos tiempos, en que el trabajo en equipo era pan de cada día. Podía oír las quejas de Casim por Jake. Sieg lastimándose un dedito, porque no puso atención y Fred traer enseguida un botiquín de auxilio.

—¿Cómo vas con eso Kenny?— Estaba clavando.

—Me quedo atrás con su ritmo— Fred era un experto martillando, así que completaba todo con facilidad. Jake se encargaba de medir y emparejar con precisión. Casimiro traía las cosas pesadas, y Sieg analizaba la estética.

—Somos unos profesionales. ¿Por qué no nos haces unos refrescos?— Él se rindió, por lo que empecé a meter los clavos de una.

—¿Les apetece una limonada? También hice sándwiches— Todos dejaron sus puestos para quitarle las cosas de la bandeja a Kenny.

—Gracias, lindo— Le guiñé un ojo ruborizandolo.

—N-no es nada— Me reí, aún tiene que acostumbrarse a mí.


CREATORS' THOUGHTS
Samanta_Ruiz Samanta_Ruiz

Muchas gracias por las +3000 visitas y los comentarios ^^ Me animan a continuar subiendo ♥

Load failed, please RETRY

Weekly Power Status

Rank -- Power Ranking
Stone -- Power stone

Batch unlock chapters

Table of Contents

Display Options

Background

Font

Size

Chapter comments

Write a review Reading Status: C17
Fail to post. Please try again
  • Writing Quality
  • Stability of Updates
  • Story Development
  • Character Design
  • World Background

The total score 0.0

Review posted successfully! Read more reviews
Vote with Power Stone
Rank NO.-- Power Ranking
Stone -- Power Stone
Report inappropriate content
error Tip

Report abuse

Paragraph comments

Login