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Chapter 30: El canto del océano

La mansión Gilga no volvió a ser la misma una vez la redecoramos. Decidimos comenzar nuestra nueva vida ahí. Tanto los muebles como muchas decoraciones las regalamos. Solo dejamos las fotografías que se salvaron después del incendio. Y remodelamos de acuerdo al futuro de nuestro hijo.

Nos costó decidir sobre cómo decorar la habitación de nuestro pequeño, ya que Sieg quería una linda y rosada habitación, pero yo recomendé que las paredes fueran de un color suave, pero no infantil.

—¿Desde cuándo el rosado es infantil?—

—¡No lo sé, pero me parece tonto!—

—¿Estás diciendo que el color que uso de ropa es tonto?— Algunas veces discutiamos por trivialidades. Además, Sieg formó más carácter estando embarazado.

Al final, terminé perdiendo y la habitación fue de un rosa pálido, pero con los estantes coloridos no se precisaba tanto.

Luego de estar la casa lista, Sieg invitó a Elián para un mini baby shower. Por lo que hicieron su propia fiesta de té, en una habitación que dejé como espacio exclusivo para el pelirrojo. Y dejaron a Kenny y a mí fuera de su conversación de omegas.

—¿Y los niños?— Pregunté.

—Los dejé al cuidado de mi suegro—

—¿Estarán bien?— Pregunté. —Ese tipo me apuntó con una pistola una vez— Kenny escupió su vino.

—...— Yo me reí de su reacción.

—No les hará nada, ese viejo ya reflexionó sobre todo— Le serví más vino a Kenny. —Así que despreocúpate y disfruta, pasa la noche aquí... La mucama preparó una habitación exclusiva para usted dos— Hice una sonrisa picara. —Seguro no has podido tener sexo con Eli en mucho tiempo— Le hice el gesto con las manos y él se ruborizó.

—Eres tan vulgar...— Desvió la mirada.

—Deberías agradecerme, te hice un favor—

—Si no fuera por lo que le hiciste a Eli, y porque estoy celoso, me caerías bien— Dijo.

—Pensar que soy tan magnífico, que hasta soy la envidia de los alphas— Su expresión no tenía precio.

—¿Cómo te soportó Eli?—

—No lo hacía...— Bebí un poco de mi copa. —Solíamos pelear a menudo—.

—Sí, es que no se puede esperar mucho de un vulgar agresor—

—¿¡Cómo me dijiste!?—

—Ahaja...— Rió levemente. —Es divertido molestarte—

—Bien, me rindo— Alcé los brazos y dejé la copa sobre la mesa.

Al anochecer, Sieg y yo compartíamos la cama en nuestra habitación. Era nuestra hora especial, ya que me acercaba a sentir el bebé, para precisar su desarrollo.

—¿A quién crees que se parezca?—

—Ojalá a tí— Dije. —No quiero que sea un mal criado conflictivo como yo—

—Ahaja, eso es parte de tu encanto— Besó mi mejilla.

—Hey, Ceresita... Me va a dar diabetes—

—Qué tonto eres— Sonrió y lo besé antes de apagar la luz.

—¿Crees que Elián y Kenny lo estén haciendo?—

—Probablemente, Eli estaba muy activo hoy, seguramente se lo va a montar— Reímos.

—Pobre Kenny, ahaja—

—Será comido por su esposo así de fácil—

Mi celular interrumpió nuestras risas. —¿Quién es?—

—Mi madre...— Contesté.

—Fred, tal vez debas hablar una última vez con ellas...—

—Sí, tienes razón— Envié un mensaje de que iría mañana a arreglar nuestros asuntos. Específicamente les pedí vernos en frente del estudio de la playa.

Fui con Sieg al siguiente día, para terminar con todo conflicto, cosa que debí haber hecho en un principio.

—¡Hijo!— Gritó mi madre al ver que estacionaba mi auto. Y salí bien vestido con mi traje negro. —Hijo... Estoy tan feliz de que al fin decidieras hablar con nosotras... ¿Pero, porque nos pediste vernos en un lugar tan... pobre?— Observó las pequeñas casas.

—Querida, no deberías presionarlo— Dijo papá sacando a lucir sus pesadas feromonas.

—S-sí, lo siento— Mi madre volvió a su posición sumisa. —No es bueno construir grandes casas a la orilla del mar...— Trató de sonreír.

Me dirigí a abrirle la puerta del auto al pelirrojo. Ambas se sorprendieron al verle.

—Sé que tienen muchas preguntas, pero me gustaría que me dejaran hablar primero... Sobre Sieg tiene 7 meses de embarazo, tendremos a nuestro hijo pronto. Tenía pensando irme al principio de la mansión por el mal trato que le daban, pero el hecho de que estuviera embarazado incrementó mis miedos de que pudieran dañarlo—

—¡Hijo, nosotras jamás le haríamos nada a tu hijo, es nuestro nieto, por lo cual nos corresponde ayudarte a protegerlo!—

—¡Basta!— La callé. —Mi hijo tiene más posibilidades de nacer como un beta o un omega. Si naciera beta ni siquiera querrían verlo, y si naciera omega, seguramente me insistan en comprometerlo cuando alcance la madurez.— Opiné. —No aceptaron a Sieg, por lo que nunca tocarán a mi hijo— Declaré con dolor.

Mi mamá estaba apunto de llorar y mi papá solo miró hacia otro lado. —Y por último, quería decirles que leí el testamento de Guinea... Es lo único que te agradezco en esta vida... El hecho de dejarme leerlo, papá— Hablé con firmeza. —Pero, aún hay una parte del testamento que no he leído en voz alta— Mis madres solo me siguieron en silencio hasta dentro de la casita.

Sieg colocó una cámara en mi dirección y empezó a grabar. Por lo que me senté en frente del piano y observé el oleaje golpear contra la arena.

Coloqué la partitura para comenzar a tocar. —La canción la escribió Guinea, fue la única que escribió y me pidió que la tocara como un réquiem para ella... Eso dijo en su carta... La canción se llama "Mensaje de arrepentimiento"— Le di una última mirada al paisaje antes de mover mis dedos por el piano.

...En un pueblo pequeño...

...Una playa fue el rincón...

...Donde se escuchó una pequeña voz...

...Este mar fue hace mucho...

...Un lugar que escondió...

...Leyendas ocultas sin fin...

..."En una botella...

...Un deseo guardarás...

...Escrito en un papel"...

..."Si esa botella...

...El mar lo arrastrara...

...Tu deseo si se cumplirá..."...

...¡Quiero que flotes lejos...

...Encuentra un lugar...

...Donde mi mensaje tú leerás!...

...Más allá de donde...

...Yo pueda llegar,...

...desapareciendo en el mar...

......

...Mar que sin parar,...

...crece sin piedad...

...A través de nuestros corazones...

...Las personas...

...No podían dejar de decir...

..."Él en verdad...

...Es el sabor...

...De la maldad"...

...Siempre hacía las cosas...

...Temiendo por mi bien...

...Sin que yo tuviera nada para él...

...Reconozco que fui yo...

...La persona que causó...

...Problemas en tu corazón...

......

...¿Y si la persona que...

...Mi sueño cumplirá...

...Ya no se encuentra aquí?...

...Haré que este mar...

...Sea la forma de mandar...

...A mis sentimientos hacía tí...

...Flota lejos de aquí...

...Mi sueño por cumplir...

...Lleva mi tristeza y...

...Mi arrepentimiento...

...Luego del pecado...

...Vendrá el dolor...

...Después de que todo acabó...

......

...Quiero que flotes lejos...

...Encuentra un lugar...

...Donde mi mensaje tú leerás...

...Más allá de donde...

...Yo pueda llegar...

...Desapareciendo en el mar...

...¡Flota lejos de aquí...

...Mi sueño por cumplir!...

...¡Lleva mi tristeza y mi arrepentimiento!...

...Si tal vez yo pudiera elegir...

...Volver a nacer...

...Me encantaría ser tu hermana...

...Otra vez...

...♪ ♬ . . . ♬ ♪...

El sudor y las lágrimas iban a la par, mientras tecleaba con el ardor de mi corazón el piano. Al terminar, mi respiración quedó entre cortada.

—Hijo...— Mi madre estaba llorando a mares, y mi papá también dejaba caer sus lágrimas.

Sieg paró la grabación y se fue al estudio de música con la cámara.

—Yo amaba a Guinea, siempre me sentí culpable de su muerte... En la carta decía que si no hubiera nacido yo no sería odiado por ustedes— Dije con la vista sobre las blancas teclas.

—Fred, perdón—Mi papá me abrazó por la espalda.—-Sé que no merecemos que nos perdones... Tomamos las decisiones incorrectas. Nuestra ambición tomó lugar sobre nuestras cabezas y así Guinea murió por nuestra causa... Y a tí... Te obligamos a alejarte... Y nunca intentamos comprender por lo que pasabas, mejor dicho no nos interesaste es lo más mínimo, hasta que Guinea decidió suicidarte... Te vimos en ese momento como la única salvación de la familia. Perdimos tu confianza, la quebramos a tal punto de tener que mostrarte ante nosotras como un alpha que resguarda a su familia de extraños.— Me di la vuelta para ver con detenimiento a mis madres. —Puede sonarte como excusa, pero nosotras no crecimos con una mentalidad tan libre. Yo nací siendo la única de la familia Rous, crecí en un ambiente frío y feroz. Y cuando decidieron que debía casarme, simplemente llamaron a las mejores familias con omegas para que pudieran ser instruidos y el que diera los mejores resultados se convertiría en mi esposa... Sin embargo, yo estaba enamorada de alguien diferente, de un omega de baja clase, creo que adivinaras que se trataba de Elliot, pero él rechazaba rotundamente a los alphas... Me rompió el corazón— Sonrió un poco con lo último dicho. —Por lo que no me importaba con quién me comprometieran... También me presentaron varios alphas de buenas familias, incluso mi mejor amigo Daniel se me confesó... Pero, no era justo para él que lo aceptara sin tener los mismos sentimientos... Entonces, conocí a alguien en la mansión que hizo que me volviera a enamorar... Una chica torpe, muy terca y buena para nada— Mi mamá se puso roja por lo dicho.

—Franchesca...— Gruñó.

—Pero, también muy inocente y amable... Enseguida la conocí quise que ella fuera la madre de mis hijos, por lo que no permití que escogieran a un ganador, ya que ella ya había ganado en el momento que se ganó mi corazón— No sabía mucho de su historia, solo lo que me contó mamá cuando era un infante. —Así que Fred, si él es la persona que escogiste para que fuera tu familia, lo aceptaré... Porque él ya lleva a un Rous en su vientre—

—Yo soy muy feliz ahora... Pero, sería aún más feliz si ustedes pudieran aceptar lo que formé con mi amor— Mis lágrimas se deslizaron y ellas me abrazaron. _Creo que deberían disculparse con Sieg, si no lo hacen nunca las perdonaré— Hablé furioso limpiándome con una servilleta.

—Tienes razón, yo más que nada le debo una disculpa— Abrí la puerta del estudio para poder dejar pasar al pelirrojo.

Mi madre fue la primera en llorarle y pedirle interminables veces perdón. Mi papá fue más cortez con su disculpa y le dió una bienvenida a la familia.

Por primera vez los cuatro pudimos tener una conversación común, cosa que jamás imaginé que ocurriría. Y tengo que agradecerle en gran medida a Sieg.

Al volver a casa ya pudimos descansar y darnos un respiro de alivio... O eso pensé.

—¡Fred!—

—¿Qué? ¿Qué pasa?— Me alarmé cuando me gritó.

—¡Tu vídeo se hizo viral!—

—¿¡Qué!? ¡Espera! ¿Lo publicaste? Pequeño diablillo...— En verdad quería apretar sus mejillas hasta dejarlas rojas.

—Mira— Me mostró su celular, usó la cuenta de Guinea para subirlo a la página musical. Teníamos en el estudio la contraseña y este diablillo se dió el tiempo de buscarla.

—¿¡Un millón!? ¿Qué mierda? ¿Hiciste publicidad?— Él negó con su cabeza.

—Mira los comentarios— Todos decían que lloraron junto a mí cuando vieron el video. —Guinea te dejó un público... Podrás volver a hacer el nombre de Guinea popular— Ya me dolían los ojos por estar nuevamente llorando.

Con el pasar de los días, el vídeo se hizo tan popular que llegó hasta las noticias internacionales, y todos se preguntaban ¿Por qué Guinea dejó un testamento? ¿Por qué después de 13 años su hermano mayor subió este vídeo? Y los periodistas empezaron a ir a la mansión Rous esperando una explicación. De lo cuál mi madre se atrevió a decir la verdad... De que no quería decepcionar a los millones de seguidores de Guinea diciendo que se suicidó, además de la reputación que podía ganar tanto ella como su familia. También comentó que el testamento lo dejó únicamente dirigido a mí, que sus derechos de autor me pertenecían, y que después de mucho tiempo por fin decidí dar a conocer la verdad mediante ese vídeo. Estaba en todos los canales.

—Parece todo esto obra del espíritu de Guinea— Decía.

—¿Por qué no aceptas alguna entrevista? Uno de los canales pertenece a los Rosset, ellos no harán lo que quieran con lo que digas— Justamente recibí una llamada de Elián.

—¿Alo...?—

—Ahaja, eres famoso, Fred—

—Ni lo menciones...—

—¿Qué harás?— Preguntó.

—¿Podrías ayudarme, chico comunicación?—

—Yo trabajo en la publicidad del canal Rosset, no en la comunicación en sí, pero definitivamente te ayudaré. ¿Por qué no das una entrevista?— Preguntó.

—¿Podría?—

—Claro, hablaré con mi hermano— Dijo. —No podrá decir que no— Rió.

—Bien, gracias, Eli—

Elián publicó el día y hora de mi entrevista, por lo que todos ese día se encontraban esperando a las afueras del canal. Tanto periodistas que no dudaban en tirarse encima con sus interrogantes y los fans que me alababan.

Cuando me senté en el sillón para la entrevista sentí un peso menos que cuando entré. Además Elián me animaba desde el equipo de producción y sabía que Sieg debía estar viéndome desde la mansión Rous junto a mi familia. Les pedí a mis madres que cuidarán de él, ya que iba por su octavo mes.

—Es un placer, Fred Rous— Me dió la mano la bella entrevistadora. —Cuéntanos de tí y tu pasado con Guinea— Comencé con el hecho de que era su querido hermano mayor, que fui quien le enseñó a desarrollar sus dotes musicales, además de ser su sombra por todo este tiempo. Trasmitieron partes de los vídeos que guardé en el estudio donde salía tocando junto a ella. —¿Por qué nunca te diste el crédito?—

—No me interesaba, no me gusta llamar tanto la atención... Pero, desde que leí su testamento mi pareja me dió ánimos para hacer pública su última canción— Respondí.

—¿Leíste su testamento después de 13 años? ¿Por qué?—

—Yo nunca superé su muerte... Viví todos estos años junto a su fantasma. Creo que nunca asimilé el hecho de que no estuviera conmigo. Incluso hoy suelo recordarla cuando camino por los mismos lugares que pasábamos juntos—

—Entonces, decidiste revelar la verdad en ese vídeo—

—En realidad mi pareja solamente lo subió el mismo día que fue grabado, porque me martirizaba mucho con la muerte de Guinea... Al fin de cuentas, yo solo tenía como 17 años cuando ella se suicidó, además era mi hermana pequeña, yo siempre quise protegerla... Me sentí muy mal después de ese suceso y solo seguí los consejos de mi papá cuando me entrevistaron hace 13 años— Ellos pusieron el extracto de aquella entrevista, donde me veía como un chiquillo perdido y lleno de miedos.

Expuse un poco más sobre lo sucedido, pero me enfoqué en hablar del testamento y de las canciones que grabamos juntos. Además de contarles que ella siempre quiso darme los créditos sobre mi trabajo, pero al negarme no me obligó a mostrar mi nombre.

Todos los fans siempre se preguntaron quién era el pianista, el guitarrista o el baterista tras sus canciones, pero jamás respondió esa pregunta. Finalmente le había contestado ese misterio al público.

—¿Piensas escribir canciones y presentarte como un nuevo músico? Creo que serías muy amado, además eres tan guapo, eres muy parecido a Guinea—

—Nunca pensé en convertirme en músico y menos ahora, pero quiero volver a mostrarle las canciones que construí con Guinea al mundo.—

—Es una pena, nos hubiera encantado verte cantando tus propias canciones—

—Nadie sabe lo que depara el futuro, aunque tengo una canción que jamás alcancé a mostrarle a Guinea—

—¿En serio? Estaremos esperando tu lanzamiento— Yo me reí.

—No esperaba hacer publicidad, además no puedo dedicarme a una carrera musical, mi pareja está esperando un hijo, así que quiero pasar todo el tiempo que pueda con ellos—

—¡Oh! Estoy seguro que los fans esperan saber más al respecto también—

—¿Ya tengo fans?—

—¡Sí, y me incluyo! Aquel vídeo, con la canción Mensaje de arrepentimiento nos impactó a todos, tu voz es hermosa, y tocas el piano como un verdadero maestro. Y te veías tan sexy en tu traje negro, incluso tu rostro lloroso era tan bello— Halagó.

—Vaya, tal vez piense en subir más vídeos... Aunque tienen que agradecerle a mi novio por subirlo sin que me diera cuenta—

—Él es muy afortunado por tenerte, estoy segura que muchas fans se decepcionaron al oírte decir que ya le perteneces a alguien— Fingió sollozar.

—No, yo soy el afortunado de tenerlo... Sin él, jamás me hubiera atrevido a venir aquí y mucho menos revelar la verdad de Guinea a ustedes— Al finalizar la entrevista, muchas personas empezaron a seguirme por mis redes sociales, donde no subía nada aparte de fotos con mis amigos y con Sieg.

—Son unos acosadores— Decía cada vez que miraba mi celular.

A los pocos días nació mi bendición y lloré durante todo el parto por alguna razón. Además que tuvimos un montón de visitas inesperadas.

—¡Aww, es una cosita tan adorable! Ya estoy esperando para que juegue con mis hijos— Elián estaba muy entusiasmado con el bebé.

—¡Mi hermanito tuvo un hijo! ¿Cómo no me enteré antes?— Decía Casim, que había vuelto cuando me vió en la televisión.

Elián llenó de fotos del bebé a Jake, e hizo una vídeo llamada con él. —¿Cómo has estado, Jake?— Saludó Sieg a la cámara del celular.

—Bien, en verdad me he estado divirtiendo manejando el hotel y el casino de mi familia— Sonrió. —Además, me encontré a alguien peculiar aquí— Se movió con el celular hasta la azotea. —Saluda a Sieg, Julen— Él estaba relajado bajo una sombrilla y se sacó los lentes de Sol para vernos.

—Hey, felicidades, te enviaré un regalo. Y Fred, eres un tramposo al usar el nombre de tu hermana para hacerte famoso— Me mostró el dedo de al medio.

—¿¡Disculpa!?— Jake se alejó para no crear problemas.

—Te esperan muchos regalos, Sieg... Invítenme para la boda, prometo que iré— Cortó la llamada.

—Parece estar mucho mejor en comparación a antes— Se alegró Sieg.

Ese día Casimiro aprovechó de presentarnos a su prometida. Se encontró una linda omega en su estadía en Estados Unidos, la cual solo hablaba inglés. Ambos se casarían pronto aquí. Les ofrecimos quedarse con nosotros mientras tanto.

Pero, ellos arruinaron mis planes de proponerme a Sieg como se debe, y tuve que esperar hasta después de la boda de Casimiro.

—¿Una cita?— Preguntó Sieg cambiándole el pañal a Adrián.

—Sí, no hemos salido en mucho tiempo, y podemos dejar este fin de semana a Adrián con sus padrinos, ya que dejarán a los gemelos con el padre de Elián— Muy bien planeado, Fred.

—Mhm... Bueno, me gustaría— Gritaba y bailaba internamente.

Lamentablemente soy un fiasco en las citas, así que me quedé dormido en la película, mi comida salió cruda, discutí con el chef, unos fans nos descubrieron y tuvimos que escondernos... Salió mal.

—Creo que mejor nos vamos a casa— Ya estaba anocheciendo.

—¡Espera, todavía queda un lugar!— Terminé llevándolo a la playa, ya que de noche no hay personas alrededor. El pelirrojo se vió menos cansado cuando vió el mar y metimos los pies al agua, para salir corriendo cuando llegaba una ola. En una el omega casi tropieza, pero alcancé a agarrarlo antes que se lo tragara el mar.

—Bueno, fue emocionante el día de hoy— Dijo observando la Luna.

—¿En serio? Creí que lo había arruinado completamente—

—No es tu culpa, debimos escoger una película de acción, nunca pensé que sería tan lenta esa película... Debí elegir la última película que estrenó Julen, pero sé que no te agrada mucho— Habló tímido.

—Ceresita, en verdad lo de la cita solo fue una fachada... Quería tener el ambiente ideal para pedirte esto...— Saqué de mi saco una caja. —Como tu matrimonio anterior no funcionó, no quería apresurarme, no sé que idea tengas del matrimonio ahora...—

Le mostré el anillo. —No tengo nada nuevo que ofrecerte... No te daré la boda ideal que planeó Jake para tí... Tampoco soy un alpha que pueda convertirse en tu compañero, y tendrás que usar collares para omegas por el resto de tu vida...— Le sonreí antes de decirle. —Pero, eres el amor de mi vida y prometo amarte hasta el final, darte un beso cada amanecer y regalarte el sonido de una persona turbulenta como el mar... Ya eres mi familia, y esto puede que sea una simple formalidad sin importancia, pero aún así, el símbolo de estar atados por un compromiso como este me llena de felicidad... Sieg Gilga... ¿Aceptarías casarte conmigo y convertirte en un Rous?— Me arrodillé.

De la impresión sus lágrimas cayeron lentamente. —...Sí... ¡Sí!— Aceptó entusiasta. Y deslicé el anillo en su dedo.

Por último nos besamos, podía saborear el salado de las lágrimas que llegaron hasta su boca.

Por fin podía sentirme completado. En toda mi vida, nunca imaginé que volvería a amar a Sieg como en el ayer. Aunque ahora lo amo con más intensidad que antes. Y puedo abrazarlo y tomarlo sin necesidad de pensar en mis complicadas emociones. Podía estar a su lado, y mostrarle las profundidades del mar sin temor a ser arrastrados más allá. Porque ambos amamos el ruido que produce el océano.


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