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Chapter 3: CAPÍTULO 2- Haciendo trampa.

CAPÍTULO 2- Haciendo trampa.

Mis padres tenían dos filosofías diferentes que, a pesar de ser diferentes, ambos respetaban sus diferencias y eso nunca fue motivo de discusión.

Mi padre creía que preocuparse tanto por el futuro evitaba que pudiéramos disfrutar de nuestro presente. Preocuparse demasiado evitaría que disfrutemos de nuestra vida: "Preocuparse está bien, pero preocuparse demasiado solo pondría un gran peso en nuestros hombros. Es mejor preocuparse lo suficiente y vivir nuestras vidas a nuestra manera. Vivir nuestras vidas a nuestra manera y no vivir para satisfacer a los demás".

Y mi madre creía que estaba bien disfrutar del presente, pero también debíamos preocuparnos mucho por nuestro futuro y asegurarnos de tener reservas para futuras crisis: "El futuro es incierto, Saik. Vivir sin preocupaciones nos da felicidad, pero también podría darnos dolor y tristeza. No todo es color rosa en la vida, hijo. El presente, sí, puedes disfrutarlo, pero no olvides que el futuro te alcanzará, y cuando eso pase, ¿sabrás enfrentarlo? Preocúpate por tu yo de 10 años en el futuro, pues él será el que cargue con las consecuencias de tus acciones, y el presente de tu yo del futuro, tal vez no sea capaz de disfrutarlo como tú lo haces. No te pido que te exijas demasiado, vive tu vida a tu manera. Es tu vida, tú decides qué hacer con ella. Solo recuerda, hijo, el futuro es un misterio, y si quieres vivir feliz, es mejor que estés preparado".

Ambos tenían diferentes maneras de disfrutar de su vida. Mientras mi padre disfrutaba su presente y solo se conformaba con ser un profesor en una universidad, mi madre se preocupaba por el futuro de la familia, creando nuevos programas de ayuda humanitaria, negocios relacionados al mercado educativo y de salud, incluso trabajó como modelo para varias revistas. Aunque, bueno, terminé por vender esos negocios y dándole el control de los programas de ayuda humanitaria a los amigos cercanos de mi madre, pues no tengo el tiempo para administrarlos, y tampoco confío en otros para que lo hagan por mí.

El dinero que gané vendiendo esos negocios, lo doné para construir escuelas en los lugares más pobres del país. Ese dinero lo ganó mi madre, no tenía derecho de usarlo a mi beneficio, por eso lo usé en beneficio de los niños, aquellos a los que mi madre tanto amaba. Solo me quedé con el dinero de la venta de mi casa, pues tampoco soy tan idiota como para quedarme en las calles.

Mi madre mejoró la reputación de nuestro apellido, hasta convertirnos en una de las familias más ricas y famosas del país... Bueno, hasta que ellos murieron y vendí todo, disminuyendo el valor de nuestro apellido.

Muchísimas familias intentaron adoptarme, e incluso me ofrecieron casarme con alguna de sus hijas, pero simplemente me negué y les pedí que nunca me volvieran a ofrecer un trato tan asqueroso. Ellos estaban detrás del apellido de mi familia pues, aunque soy el único miembro que queda, con todo lo que mi madre hizo por el país, sigue teniendo un gran valor social, y si me caso con alguna chica, su familia ganará reputación, por tenerme en sus garras.

Se aprovecharon de la situación para beneficiarse. Intentaron aprovecharse de las muertes de mis padres... Simplemente asqueroso.

Ah... Aunque mis padres compartían diferentes maneras de disfrutar de su vida, estaban de acuerdo en un pensamiento: "Vive tu vida a tu manera y no permitas que otros decidan cómo vivir tu vida. Es tu vida, es tu decisión. No naciste para satisfacer a otros, naciste para vivir tu vida. No importa lo que los demás piensen sobre ti, lo único que debería importarte es lo que tú pienses sobre ti mismo. No vivas tu vida fingiendo ser una persona que no eres, pues nunca la disfrutarías de verdad, y vive tu vida siendo tú mismo y feliz".

Ese pensamiento es el que más respeto.

Vivir mi vida como me sienta más cómodo, sin tomarle importancia a los comentarios negativos de las personas.

—Oye, chico, detente. No puedes entrar sin estar peinado.- Dijo un profesor, cuando estaba a punto de entrar a la escuela.

—¡Te lo dije, Saik!- Dijo Yuki, que flota a mi lado.

—No existe ninguna regla que prohíba mi estilo de cabello, señor. Si no me deja entrar, me quejaré con el director.

—Lo digo por tu bien. La primera impresión es lo más importante.

—Los resultados son más importantes que la presentación.

—Como quieras, pero espero que no te arrepientas.

—No lo haré.

Seguí con mi camino y Yuki suspiró, tal vez cansada de pedirme que me peine.

—Todos te miran raro, Saik. ¿En serio no te molesta?

—No realmente.

—Después no te quejes cuando te molesten.

—Bullying, ¿eh? No te preocupes por eso.

Porque cualquiera que se meta conmigo, terminará arrepentido.

Bien, aquí está mi salón de clases asignado para tomar el examen de ingreso. Yuki fue a investigar quién podría ser la persona más inteligente, para copiarle las respuestas, así que está investigando, escuchando las conversaciones de los padres que esperan a sus hijos en el área de la cafetería.

Entré al salón de clases.

Mmm... Todos son tan normales. Ah, la vida escolar normal pronto comenzará. Seré un estudiante normal, con una vida normal. El paraíso.

Me senté en mi asiento asignado y un profesor me levantó el cabello.

—¿Qué pasa?

—Creí que estabas haciendo trampa, ocultando las respuestas en tu cabello.

—No soy tan ingenioso, o idiota, como para hacerlo, no se preocupe.

Me entregó un sobre y se fue.

Faltan 5 minutos y las instrucciones están proyectadas en el pizarrón.

No voltear.

No hablar.

Mirar solo el examen.

Si desvías la cabeza, se te quitará el examen.

Otras reglas sobre la prohibición de aparatos como audífonos, teléfonos, lentes oscuros, etcétera. No me preocupo por eso, dejé mi teléfono en casa.

Abrir el sobre a las 8 en punto y comenzar.

Vaya, vaya. Tan estricta como dicen los rumores. Me encanta.

Básicamente me piden solo ver el examen y escribir, sin desviar la mirada. Ni siquiera nos permitirán relajar los músculos o estirar los brazos para tranquilizarnos. Interesante.

—¡Llegué! Hay una chica llamada Ram, los profesores hablan muy bien de ella, hasta escuché que recibió una recomendación del director.

Que injusto. Espero que el favoritismo del director no se meta en mi plan de ser el mejor de mi clase y generación.

—Mientras copiemos sus respuestas, lograrás pasar el examen, Saik. Ay, me siento una tramposa. ¡Espero que te pongas a estudiar en serio, Saik! Estoy cometiendo un delito por ti, así que espero que valga la pena.- Dijo, cruzando los brazos, fingiendo estar enojada.

¿Por qué sé que finge? Porque está haciendo un puchero para verse adorable. Sospecho que descubrió que soy fácil de manipular si actúa adorable conmigo, y si es así, logró su cometido.

—¿Pastel o gelatina?- Susurré, cayendo en su trampa para aumentar su recompensa.

—¡Las dos, las dos, por favor! ¡Gracias!

Me dio un beso en la mejilla, mientras me abrazaba.

... Vaya, se sintió lindo. Ah, padres, ¿por qué no me dieron una hermana menor? O un hermano menor. Supongo que habrán tenido sus razones.

Espera, ¿pastel y gelatina? Mmm... Creo que se me ocurrió una buena combinación. Llegando a casa experimentaré.

—Saik, ¿eh? Fufu. ¿En serio crees que eres capaz de entrar a una escuela como esta?

... ¿Y este random quién es?

—¿Quién es este random, Saik?

Lo mismo me pregunto, Yuki.

Veamos... Gordo, cara llena de acné, usa un traje de ricos... Mmm... Ni idea.

—Siempre fuiste y serás el peor. ¿Por qué no te ahorras la humillación y te largas?

Mmm...

Mano en la cintura, mirándome con desprecio y con una sonrisa en su rostro.

Oh, él es... No, lo intenté, no sé quién sea.

—Oye, ¿nos conocemos?

—Fufu. Sí, tratando de fingir que no me conoces. Patético.

Se rió de mí y se fue a su asiento, mientras me seguía mirando con desprecio, como si yo fuera una basura fácil de eliminar.

—Saik, ¿lo conoces?

—Sinceramente, no sé quién sea. Supongo que es un adinerado que me conocía cuando asistía a las fiestas que mis padres me obligaban a ir. Dudo bastante que sea un ex compañero de clases, porque yo asistía a una escuela pública y esta escuela es cara, incluso el examen de ingreso me costó bastante, el salario anual de un trabajador promedio.

—¿Por qué asistías a una escuela pública? Tu familia era millonaria, ¿no?

—Porque me expulsaron de las escuelas privadas por ciertos problemas que tuve. Después te cuento.

—Vaya, vaya. Fufu. Suena interesante. Saliendo de la escuela me cuentas los detalles.

Asentí.

De hecho, me expulsaron varias veces por golpear a estudiantes que se burlaban de mí. Mientras solo eran palabras groseras hacia mí, no hacía nada, pero cuando se atrevían a insultar a mis padres o intentar golpearme, usaba mis puños y les rompía los huesos, literalmente.

Me libraba de las demandas mostrando evidencias del acoso escolar, pero no me libraba de la expulsión.

En la escuela pública era también insultado, pero las pocas personas que se atrevían a intentar golpearme o insultar a mis padres, aun sabiendo lo rica y poderosa que era mi familia, al día siguiente iban a la escuela con los ojos morados y temblando de miedo ante mi presencia.

Evitaba los problemas legales y con la escuela, amenazándolos para que no hablen, y viniendo de mí, esas amenazas, incluso la más pequeña como un "aléjate o te arrepentirás", sonaba como un "molestame una vez más y estarás muerto".

No podía hacer eso en una escuela privada porque ellos eran igual de poderosos que yo en cuanto al estatus social se refiere, pero funcionaba más que bien con estudiantes pobres y con familias humildes.

—Pueden comenzar. Tienen 4 horas para terminar.

4 horas. Ah, eso refleja lo difícil que es el examen. Bueno, espero que esa tal Ram conteste correctamente todas las respuestas. Tengo todavía a número 2, pero entre menos la use, mejor. Soy un estudiante normal, con una vida normal. Debo dejar atrás mi antigua vida.

Bien, a comenzar.

Mmm... 100 preguntas, ¿eh?

Anoté mi nombre y leí la primera pregunta.

Ah... Oh... Sí, sí... Ah... ¿En qué año sucedió este acontecimiento? No lo sé, la historia siempre me aburrió.

Veamos...

10 preguntas de historia.

10 de lengua y literatura.

40 de biología, física y química.

Y 40 de matemáticas.

Ah... Esta escuela es tan injusta con aquellos que son mejores en el área de los deportes y el arte. Bueno, después de todo, por lo que sé, tengo entendido que esta escuela está enfocada en los estudiantes que quieran estudiar alguna carrera relacionada a los negocios y ciencias, no se enfocan tanto en los deportes y artes.

Ah, vaya, vaya.

Saik, no por nada estudiaste hasta desmayarte. Vamos, recuerda lo que estudiaste.

...

...

...

—No has respondido ninguna pregunta, Saik, y ya pasó una hora. ¿Quieres las repuestas?

Asentí lentamente, dándome por vencido.

Ah, realmente soy un idiota. Ni siquiera pude responder una preguntar por mi cuenta.

—Fufu. Déjamelo a mí.

Yuki se fue.

Mientras yo intentaba responder por mi cuenta el examen, para al menos saber si mis esfuerzos han dado frutos, Yuki copiaba las respuestas de la estudiante llamada Ram y las apuntaba en una libreta, en la azotea de la escuela, para que no se le olviden y decírmelas cuando me rindiera.

Ah, ¿en serio soy tan inútil?

Madre, padre, ¿por qué soy tan inútil? Desearía haber sido igual a ustedes.

—La respuesta es: 1,797.54.

Bien... Bien.

Ya casi termino.

Yuki está observando los exámenes de todos para comparar respuestas.

Ram podrá ser una genio, pero más vale prevenir que lamentar, al menos eso dijo Yuki.

—La respuesta de la última es: 1,689.

—Mmm...

Yuki es más inteligente de lo que parece. Entendió el método para hacer trampa. Comparar todas las respuestas y decirme la respuesta que la mayoría de estudiantes puso... Creo que saldré bien.

Fui uno de los últimos en entregar el examen, pues no quería levantar sospechas.

Salí de la escuela, directo a una tienda para comprar algunos dulces, la recompensa de Yuki, pero cierto idiota se puso en mi camino.

—Fufu. ¿Realmente utilizaste las 4 horas? ¿Al menos pudiste resolver la mitad de las preguntas? ¡Hahahahahaha!

... En serio, ¿quién es este random?

—Saik, mejor vámonos. Mira detrás de él, es una limusina. Es alguien con dinero. Es peligroso meterse en problemas con alguien como él. ¡Y mira, también tiene guardaespaldas!

—Ah, que fastidio. Oye, en serio no te conozco. ¿Quién eres? No tengo la menor idea de...

Atrapé su puño y lo golpeé en la entrepierna con mi rodilla. Intentando golpearme, ¿eh?

—¡Hmmmmh! ¡Gggmmmg!

Retorciéndose en el suelo, llorando. Vaya...

—Como dije, no sé quién seas.

Está en el suelo, quejándose del dolor, y sus guardaespaldas se abalanzaron contra mí, pero se detuvieron cuando se dieron cuenta de mi identidad.

—Soy Saik, el hijo de la doctora Sam.

Se detuvieron y agacharon su cabeza, para disculparse.

—Lamentamos mucho el comportamiento de nuestro señor. Sus padres serán informados de su comportamiento errático y recibirá su castigo correspondiente.

—¿Eh?- Dijo Yuki, sin creer lo que vio.

—¡¿Qué?! ¡Yo soy la víctima aquí, idiotas! ¡Hagan lo que les digo, hijos de...! ¡Hmmmmh!

Le taparon la boca y lo obligaron a retirarse.

—No volverá a pasar. Que tenga un lindo día.

Subieron a ese gordo al auto y se fueron.

—¿Eh? ¡¿Tan fácil?! ¡Saik, ¿en serio tu familia era tan importante?!

Comencé a caminar y Yuki flota a mi lado.

—Muchísimas familias le deben incluso la vida a mi madre, así que supuse que incluso su familia le debía algún favor a mi madre. Me aproveché de eso para librarme de ese idiota. Después de todo, ¿qué clase de idiota permitiría que golpeen al hijo de una mujer a la que le deben la vida o algún favor?

—Oh, ya veo, ya veo. Incluso entre los ricos existe el honor en respetar a aquellos a los que fueron buenos con ellos.

—Es como patear a un perrito callejero amado por los habitantes de un pueblo. Solo te ganarías el odio de esas personas, y entre las familias adineradas y con poder, el respeto de otras familias es sumamente importante, pues esos contactos les garantiza la supervivencia.

—Sí, tiene sentido. Molestar al hijo de una mujer que fue amada por tantas familias adineradas, solo haría ver a la familia de ese gordo como una familia sin valor alguno, que traicionaría a cualquiera sin importarles lo mucho que ellos hicieron por esa familia.

—Exacto. Por eso ellos detuvieron al random ese, para evitar meter en problemas a sus patrones. Ese gordo creyó que podría meterse conmigo sin miedo alguno solo porque ya no soy rico.

—Fufu. Ese idiota creyó que podía golpearte, porque pensó que tú no te defenderías por miedo de meterte en problemas con una familia rica. ¡Hahahahahaha! ¡Ahora recordar ese rodillazo en la entrepierna es más satisfactorio! Por cierto, Saik, sigues siendo rico. ¡La casa es enorme y tienes muchísimo dinero!

—La escuela es muy cara. Me gastaré casi el 95% de mi dinero pagando los tres años de matrícula. El resto me servirá para sobrevivir por lo menos tres años. Tres años sin preocuparme por el dinero.

—¡¿Tan cara?! C-con razón solo vi personas elegantes y refinadas. Realmente es una escuela de élite. Pero...

—¿Pero?

—Digo, es que... La escuela es grande, sí, pero no parece una escuela de millonarios. Es como una preparatoria normal, solo que más grande. Creí que las escuelas de los millonarios serían del tamaño de un pueblo, con dormitorios propios, estadios para los deportes como el fútbol y béisbol. Supongo que me entiendes.

—Un internado, dices, ¿no?

—¡Exacto! ¿Por qué los millonarios enviarían a sus hijos a una escuela tan normal como esta?

—Mira, hay dos clases de millonarios. Los humildes y los egocéntricos. Aquellos que quieren vivir de manera elegante, con comidas elegantes y caras, en donde incluso la ropa es más cara que cualquier diamante, envían a sus hijos a internados del tamaño de pueblos, en donde conviven con otros hijos de millonarios. A esa clase de millonarios, están acostumbrados al glamour, a la elegancia, solo les importa la apariencia y el prestigio. Pero a los millonarios que quieren que sus hijos se preocupen más por los demás que por ellos mismos, los envían a esta escuela.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Esta escuela, además de contar con una excelente educación, solo tiene el dinero suficiente para el mantenimiento y el pago de los salarios. El resto del dinero se dedica al mantenimiento de las escuelas públicas, así como también a obras de caridad. Por eso la escuela no es tan grande, porque no es necesario.

—Espera, espera, espera. Eso quiere decir que los millonarios amables envían a sus hijos aquí para que no se les suba la cabeza el poder que el dinero les da, ¿no?

—Posiblemente. Sinceramente, al saber que la escuela era estricta, decidí inscribirme aquí, y como eso es lo único que me interesó, no investigué más al respecto. Tal vez hayan otras razones por las que los millonarios tienen a sus hijos aquí, pero no me interesa averiguarlo.

—Mmmm. Que intrigante. ¿Tendrá algo que ver las tradiciones?

—No lo sé. Mira, es como un pan.

—¿Un pan?

—Puedes adornarlo con mermelada, frijoles, lo que se te ocurra, pero sigue siendo pan. Podrá cambiar su sabor, pero sigue siendo pan. La educación es lo mismo. Los internados y escuelas de millonarios podrán ser elegantes y todo eso, pero lo que les enseñan, es lo mismo que esta escuela enseñará. Los millonarios que quieren que sus hijos no sean unos maleducados que creen que el dinero de sus papis es suyo y que pueden hacer lo que quieran, los envían a esta escuela sin lujos, para que se enfoquen en estudiar y que no olviden que ellos no son los millonarios, son sus padres, y si quieren tener ese dinero, deben ganarlo.

—Entiendo. Es como para que aprendan a valorar lo que tienen, ¿no?

—Y sepan ganárselo con esfuerzo. Esta escuela está dirigida a ellos, para que se relacionen con otros como ellos, capaces de valorar lo que tienen y no menospreciar a los demás.

—Una escuela que enseña el valor de ganarse lo que quieren. Ya veo.

—Aunque es solo una teoría. Posiblemente hayan otras razones que desconozco. Yo solo sé que es una escuela de élite, en donde los más hábiles e inteligentes logran graduarse. Tienen una alta tasa de expulsiones, por eso me interesó.

—Oh, expulsiones. Una gran mancha en el historial académico. Fufu. Aunque tú ya estás manchado.

—No, nunca he reprobado algún año escolar. Dejé de asistir dos años a la escuela cuando terminé la primaria, pero fue porque estuve en un campamento, no reprobé ningún año escolar.

—¿Eh? Chico listo. ¿Usabas dinero para inscribirte en otras escuelas y evitar perder el año escolar?

—No, más bien, en lugar de expulsarme de verdad, me permitían trasladarme a otra escuela y evitar la expulsión verdadera.

—¡Oye, que tramposo! Creí que tu familia no se aprovechaba de su estatus social.

—Y no lo hacían. Yo extorsionaba a los directores para hacerlo, no mis padres.

—¿E-extorsión?

—Los investigaba, reunía pruebas de algún crimen que hayan cometido y los amenazaba con hacerlo público. Con dinero, podía contratar a los mejores investigadores privados.

—... Saik, me dan miedo los adinerados.

—No me tengas miedo, Yuki. Fue para salvar mi historial académico.

—M-mejor no hablamos de eso. ¿Y qué clase de campamento dura dos años?

—Bueno, es una manera de decirlo. ¿Recuerdas la pandemia de Nobick?

—¿Pandemia?

—Fue hace 5 años, así que posiblemente ya estabas muerta cuando pasó. Fue una enfermedad que se esparció por el aire, que provocaba que los pulmones se cierren, dificultando la respiración, diarrea, mareos, fiebre, etcétera. Cuando se declaró cuarentena, mis padres, la familia de una amiga de mi madre, una perra y yo, quedamos atrapados en un país del tercer mundo, pues fuimos de vacaciones a ese país para visitar las ruinas de civilizaciones antiguas. Creo que se llamaba... Onperk K56 (Perú).

—¡Sí, lo conozco! Mi madre y yo lo visitamos cuando tenía 8 años. ¿Y no pudiste estudiar durante la cuarentena?

—Sí, usando clases en línea, pero me negué a estudiar durante la cuarentena de esa manera. Convencí a mis padres de esperar hasta que la cuarentena termine para regresar a la escuela, y mientras tanto, estudiaría por cuenta propia. Ya sabes, para evitar desperdiciar mi vida escolar. Mis padres estuvieron de acuerdo, siempre y cuando estudie de verdad por cuenta propia. Lamentablemente, esa perra también me copió y me arruinó las vacaciones de dos años, estando a mi lado todo el día, molestándome.

—¿Perra?

—Una chica que me molestaba en mi infancia. Prefiero no hablar de ella.

—Fufu. Hasta alguien como tú tuvo un bully. Nunca me lo imaginaría.

—Esa chica tenía la suerte de ser hija de la amiga de mi madre, por eso no hacía nada para defenderme, pues no quería arruinar la amistad de mi madre con esa mujer...

Me detuve, pues escuché pasos. Al detenerme, un grupo de chicos pasó caminando frente a mí y dieron vuelta en la esquina. Estuve a punto de chocar con ellos. Prefiero evitar meterme en problemas innecesarios. Quiero llegar a casa pronto.

—¡Kevs, Kevs, dame a mí también!

—¡Oigan, son míos! ¡Por eso les dije que se compren sus propias frituras!

—¡No seas egoísta y dame!

—¡Yo también quiero!

—¡Es para evitar que te vuelvas más gordo!

—¡Es cierto, es cierto, es por tu propio bien! ¡Dame!

—¡E-está bien, pero dejen de sacudirme!

... Vaya...

—Fufu. ¿Celoso, Saik?

—¿Celoso?

—Un chico gordo y tan feo como él, logró conseguirse un harem. ¡Hahahahahaha!

—No me interesa el romance. Simplemente me sorprendió ver a alguien como él rodeado de mujeres. Probablemente se estén aprovechando de él.

—Acercándose a él por su dinero. Odio aceptarlo, pero es muy probable. Ese chico es muy feo y gordo, y las chicas son lindas... Bueno, excepto una de ellas, que es gorda y algo fea.

Seguí caminando y crucé la calle.

—Yuki, la apariencia no define a la persona, que nunca se te olvide. Pero sí, es imposible negar que a esta sociedad le importa mucho las apariencias. La apariencia es bastante importante para la sociedad en la que vivimos, pero personalmente prefiero las personalidades. No debemos juzgar a las personas por su apariencia.

—Sí, sí, gracias por la lección de vida, papá.

—Mejor hermano.

—Siento pena por él, se están aprovechando de él.

—O, tal vez, ellas realmente son sus amigas y ellas realmente lo consideran un amigo. No debemos juzgar sin conocerlos. Y como no me interesa, no pensaré sobre eso.

—Sí, tienes razón.

Ah, una tienda. Llegaré a comprar algunos dulces.

Me dirigí a la tienda, ignorando a los que se están peleando en la calle.

—Que salvaje, peleando a plena luz del día. ¡Pero mira, Saik, ese chico derrotó a otros tres chicos él solo!

Sí, impresionante, pero yo puedo hacer eso también... ¿Me sentí celoso? Creo que sí me estoy encariñando con Yuki.

—Ahora, pídeme perdón.- Dijo ese chico, cuando pasé a su lado.

Se lo dijo al que tomó por el cuello, así que puedo seguir mi camino.

—¡P-perdóname, Kaeyko, no volverá a pasar!

—Eso espero.

Lo soltó y se alejó caminando.

Vaya, vaya. Admito que tiene estilo. Debe de ser popular con las mujeres. Es guapo y sabe pelear. Un moja bragas, posiblemente. Hasta Yuki se le queda viendo.

—Wow. Y tiene pocos golpes. Por cierto, Saik, ¿sabes pelear?

—Lo suficiente. Por cierto, Yuki, hiciste un buen trabajo el día de hoy.

—¡Sí! ¡Hice un buen trabajo! Fufu. Lo sé, lo sé, yo genial. En casa te puedes arrodillar ante mí y rezarme.- Dijo, cruzando los brazos e inflando el pecho con orgullo.

¿Y la humildad, Yuki? Bueno, estás bromeando, así que lo dejaré pasar.

—Sí, sí.

Le acaricié la cabeza.

—Mereces un dulce.

—Dulce...

Está salivando. Wow. Realmente es muy adorable. Que linda.

Entré a una tienda de conveniencia y compré una gran cantidad de dulces. Iba a comprar menos, pero Yuki se los ganó por ser tan adorable.

Salí de la tienda con las bolsas en las manos y los chicos que el chico guapo golpeó, están caminando cojeando. Vaya, vaya.

Bueno, no me importa.

—¿P-puedo tomar uno?

—Si las personas ven un dulce flotante, se asustarán. Espera un poco más, ya casi llegamos a casa.

Yuki me está tomando del brazo mientras camina. ¿Por qué ya no flota a mi lado? Supongo que se siente segura conmigo.

¿Se asustó al verlos tan heridos? Sí, podrá ser un fantasma, pero sigue siendo una niña pequeña.

No te preocupes, Yuki, nunca permitiré que alguien te haga daño. Conmigo siempre estarás a salvo.

Después de todo, ahora eres mi única familia, y yo soy tu... No, no soy tu única familia. Todavía tienes a tu madre.

Me pidió que investigue el paradero de su madre, pero... ¿Debo decirle la verdad?

Ayer encontré información sobre ella, pero no sé si deba... No... Saik, ella debe saberlo. No le des falsas esperanzas. Si queremos su confianza, debemos ser honestos con ella. No le ocultaré nada sobre su madre.

—Yuki, busqué información sobre tu madre, y logré encontrarla.

—¡¿La encontraste?! ¡¿En dónde está?! ¡¿Podemos ir a visitarla?! ¡¿Puedes hacer que ella me vea?!

Está demasiado emocionada y contenta al saber que encontré a su madre, pero no durará mucho. Lo siento, Yuki, seré completamente honesto contigo.

—Yuki, escucha, tu madre está viva, pero... Escucha, lo que te diré es difícil de aceptar, pero es la realidad.

—Saik, me estás asustando. ¿Q-qué le pasó a mi madre?

—Está en una prisión. Por lo que leí, ella estaba metida en asuntos ilegales, como la distribución de drogas y asesinatos. Lo más probable es que te mataron por venganza. Ya sabes, posiblemente ella mató a alguien de la competencia y se vengaron de ella, matando a su hija. Por eso el que te mató no se robó nada, y no te violó porque simplemente no había tiempo para hacerlo, o no era un enfermo.

—...

Se quedó en silencio, mirando el suelo mientras caminamos.

Lágrimas... Está llorando...

—Sí, difícil de aceptar, lo sé. Te tomará tiempo asimilarlo, pero cuentas con mi ayuda, Yuki. No te abandonaré.

—Madre... ¿Por qué lo habrá hecho?

—No tenemos derecho a criticar sus decisiones. Tal vez la obligaron y no podía salirse del negocio por miedo a que te maten o que la maten a ella. No odies a tu madre sin conocer su historia. Me contaste cosas buenas sobre ella, así que quédate con esos recuerdos y no permitas que esto cambie tu manera de verla.

Yuki asintió.

—Sí, lo sé...

Le acaricié la cabeza para hacerla sentir mejor, o al menos intentarlo.

—Yo te cuidaré. Supongo que puedes considerarme un hermano mayor... O padre. Como gustes. Soy tu familia ahora, y tú eres mi familia.

—Mmm... No. No puedo verte como un hermano mayor. Te falta ser más maduro... Y sonreír más.

—Supongo que soy inmaduro para ti.

Una sonrisa apareció en su rostro y levantó la mirada, para verme.

—Pero puedo considerarte mi mejor y único amigo.- Dijo, con una gran sonrisa.

—Un amigo... También puede funcionar.

Ocultando la tristeza que siente en su ser.

Ser capaz de ocultar su tristeza y seguir adelante con una sonrisa.

No conozco en persona a tu madre, pero hizo un buen trabajo contigo. No le guardas resentimiento ni odio, así que creo que ella nunca te hizo daño alguno. Una buena madre... Es una lástima lo de su situación, pero te llevaré a verla cuando pueda hacerlo.

—No soy un familiar como para hacerle una visita, pero tengo métodos que podemos utilizar para que la visites y hables con ella.

—Te lo agradezco, pero no todavía. Tal vez después, en algunos meses. No me siento lista para verla.

—Está bien, solo avísame con tiempo, para prepararme.

—Gracias.

Entramos a nuestra casa y puse los dulces en la mesa.

—Bien...

Junté mis manos y cerré los ojos.

—Ofrezco estos dulces al alma de Yuki. Acepta mi ofrenda, Yuki...

Abrí los ojos y me senté en la mesa.

—Listo, puedes comer.

—Aún me sorprende que sepas todo eso.

Yuki tomó una barra de chocolate y comenzó a devorarla.

—¡Delicioso!

Es muy adorable. Espero que pronto se sienta mejor.

Lo que acabo de hacer, se le llama: ofrenda. Existen leyendas y tradiciones sobre ofrecerle ofrendas a las personas que ya murieron. Eso hice yo. Al ofrecerle los dulces a Yuki, ella puede tomarlos y comerlos, y como yo puedo usar mi poder para que tome las cosas, ella puede disfrutar del sabor y sentir que está digiriendo el chocolate... En otras palabras, es como si ella tuviera un cuerpo físico. Lamentablemente, ese chocolate tendrá que salir tarde o temprano. Esa es una de las desventajas que tiene esta habilidad.

—Por cierto, Saik, no pude ver a ningún fantasma hoy. ¿Por qué?

—Ya te lo dije antes, no todos se convierten en fantasmas.

Las personas piensan que los fantasmas están en todas partes, pero no es así. Solo muy pocas personas pueden convertirse en fantasmas.

Yuki es uno de esos pocos casos.

Ella murió asesinada y sintió arrepentimiento, porque quería seguir viva, por eso se convirtió en fantasma. Es un proceso altamente doloroso, pero por eso solo los que realmente quieren seguir vivos se convierten en fantasmas, pues son los que más soportaron todo ese dolor para ser capaz de quedarse aquí.

Pero no todas las personas asesinadas se convierten en fantasmas. Si las personas que mueren vivieron vidas algo largas, aunque sean asesinados, no se convierten en fantasmas. Es más probable ver fantasmas de niños pequeños.

Y la razón por la que no hay muchos fantasmas, es porque son olvidados.

—Yuki, los fantasmas, cuando son olvidados, desaparecen. Es muy raro que las personas muertas se conviertan en fantasmas, y si se convierten en fantasmas, solo serán fantasmas mientras sus familiares o amigos los recuerden. Y cuando se olviden de esa persona, dejará de ser un fantasma y se irá al paraíso o al infierno... O eso escuché de otros fantasmas.

—E-entonces... ¿Voy a desaparecer?

—No lo creo... No por ahora. Yo te recuerdo muy bien, y tu madre también. Mientras tu madre o yo siga con vida, seguirás siendo un fantasma... No sé si sea bueno o malo.

—¡Es bueno! ¡Yuki no estará sola nunca más! ¡Estaré contigo hasta que mueras de viejo! No te preocupes, la confiable Yuki te bañará cuando ya no puedas moverte. Fufu.

No estar sola nunca más... Tienes miedo de quedarte sola otra vez, ¿eh? No te preocupes, Yuki, no te abandonaré... Bueno, al menos no mientras esté estudiando. Te conseguiré un hogar después de graduarme, porque yo... Ah... ¿En serio lo haré? Todavía no decido si lo haré o no. Reflexionaré al respecto sobre eso con la almohada.

—... Eso sería incómodo. No, gracias.

—Fufu. ¿Te sientes avergonzado?

—No realmente.

—Buuu. Ni siquiera puedo hacerte sonreír, chico frío.

—Lo siento.

Tomé uno de los dulces y le quité la envoltura.

—Pero, sabes... Eres una niña divertida y adorable. No sería tan malo tenerte conmigo hasta que muera.

—... ¿Eh? ¡¿Q-qué cosas raras dices?!

Ah, su cara se puso roja. ¿Por qué? ¿Le dio vergüenza que le dijera cosas lindas? Creí que a las mujeres les gustaba escuchar esa clase de cosas.

—Serías como mi sirvienta.

Yuki se enojó y comenzó a lanzarme una mirada furiosa. Ah, no captó mi intento de chiste.

—Solo bromeo... Aunque tendrás una parte de los deberes del hogar, como lavar platos y la ropa. No serás una mantenida.

—B-bueno, es justo. Después de todo, es tu casa.

—Nuestra casa.

—¿Eh?

Me levanté de la mesa y le acaricié la cabeza.

—Te lo dije antes, ¿no? Somos una familia ahora. Esta es tu casa también. Iré a jugar videojuegos.

—S-sí... Gracias.

Una familia... Extrañaba tener a alguien así... Una persona de confianza.


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