Capitulo 2: Debería haber ido al cielo o al infierno, pero un dios me contrató así que reencarné.
La persona frente a mí definitivamente se veía joven, pero…
Tenía la sensación de que no lo era.
Su cabello era negro revuelto, de manera que hacía pensar en un agujero negro, en lugar de decir que brillaba parecía más como si adsorbiera la luz, sus ojos también eran negros, pero parecía que tuvieran luces como un cielo estrellado.
Era por esos ojos que no sentía que fuera tan joven, parecía que lo hubieran visto todo, la verdad se veía un poco aburrido.
—Entonces… ¿Morí?
Pedí confirmación.
—Temo que sí— dijo con tono comprensivo mientras se colocaba en cuclillas frente a mí.
Parecía listo para consolarme.
Solté un suspiro en parte de resinación, en parte de alivio.
Él alzó una ceja con extrañeza y yo me le quedé mirando, ¡tuve que morir para finalmente ver a un chico guapo hacer eso!
…
"Valió la pena"— dijo mi fangirl interna.
—ja ja ja— el chico soltó una risa sincera de esas de la que también solo había leído.
"¿Valió la pena? Valió cada ma/&%$% segundo!"— siguió pensando mi lado fangirl.
El chico se rio más fuerte y allí caí en cuenta de que parecía que no había diferencia entre pensar y hablar en este espacio.
Me volteé a ver al chico que había parado de reír y lo vi acostado de lado con la cabeza apoyada en una mano y el codo como apoyo, recreando otra escena clásica mientras me regalaba una sonrisa de lado aún más clásica.
Acabe poniéndome de rodillas y juntando las manos en oración.
—Gracias Dios— mandé mis agradecimientos sintiéndome realizada.
—De nada— escuché la voz divertida del chico.
Me giré para verle y allí seguía con la misma pose y sonrisa de lado burlona.
En un rápido movimiento se sentó en posición de meditación frente a mí, y lo imité por reflejo.
Extendió una mano hacia mí y yo extendí la mía para estrechársela, él la tomó y me dio un apretón de manos firme.
—Soy Caos, deidad de la discordia— se presentó— o bueno, una de tantas— aclaró.
—Soy Sophie una humana normal— me presenté yo.
Me miró como si se lo estuviera pasando en grande, se aclaró la garganta tras soltar mi mano y continúo.
—No pareces deprimida por estar aquí— dijo con algo de extrañeza— digo, la vista es espectacular— dijo mirando hacia abajo.
También lo hice y asentí.
—Pero las personas no suelen fijarse mucho en eso por la tristeza— siguió explicando— O el pánico - dijo más para sí mismo que para mí.
—Estoy un poco perturbada— comencé a explicar— pero no veo el caso a estresarme por esto a hora, ya morí, lo que suele asustar es lo que vendrá después; ya estoy aquí y bueno— hago un ademán con los brazos como queriendo abarcar todo— no está tan mal, no parece que sea el infierno y con eso me doy por servida.
Sabía que eso era tener el listón muy bajo, pero, en eso no se puede elegir y, la verdad sea dicha, tampoco fui la Madre teresa de Calcuta.
El chico (Caos-deidad) contuvo una risa mientras trataba de mantenerse un poco serio, tosió un poco y se la quedó mirando un segundo, antes de decir:
—Eres lo que se conoce como conformista, ¿no? - comentó.
—Emm?— fue todo lo que pude decir.
Digo, ¿cómo le explicas a una Deidad? (aunque sea una del caos), que estabas tan segura (y nada arrepentida) de que ibas a acabar en el "asado" de la "planta baja", que todas tus amigas y tú hasta habían quedado en qué llevaba cada una cuando se encontraran allá, se deprimió un poco pensando en que por su culpa la fiesta se quedó sin las galletitas.
¡Ahora tenía que cargar con la eterna culpa de ser la causa de que falte el plato principal!
Aunque a hora que lo piensa mejor, si ella no calificó para la lista negra ninguna de sus amigas lo haría tampoco, toca cambiar salón de fiesta, pero lo que importa son las amigas y estar juntas.
Asintió para sí misma mientras divagaba cuando escucho que la Deidad frente a ella se partía de risa una vez más, bueno eso lo confirmaba, él escuchaba sus pensamientos.
—ja ja ja… Sí, sí, lo ja ja ja… Hago. Jajá— me confirmó mientras trataba de respirar entre risas— ja… ¡ay! Ja ja ja— parecía que ya le dolía el costado luego de darle 5 minutos completos.
El pobre respiró profundo y trató de calmarse, si te preguntas ¿por qué no lo detuve?, pues porque estuve muy ocupada cobrando mi comisión por comedia, es decir, viendo los abdominales que se veían por la camisa levantada mientras daba vueltas por el suelo de risa.
Estoy conforme con mi sueldo.
Caos parecía estar a punto de estallar otra vez cuando me miro suplicante como diciendo «no más, por favor», se aclaró la garganta y continúo con la conversación anterior.
—Verás esto— movió su índice asiendo un círculo— es más como una zona de paso.
—¡oh! ¿Y a hora me llevará a las "zonas residenciales"?
—No exactamente— dijo ya más calmado y volviendo a sentarse en posición de meditación— voy a reencarnarte.
—oh! - repitió— entonces no es cielo e infierno, sino ciclo de la reencarnación.
Budistas: 1 católicos: 0.
—Sí que hay cielo e infierno, pero no voy a enviarte a ninguno— explico Caos— verás, quiero un poco de diversión en la obra de teatro que es la vida mortal y quiero contratarte para el trabajo, solo tienes que aceptar.
—Acepto.
—contratada.
Ninguno se lo pensó dos veces y nos estrechamos la mano para sellar el trato.
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