Chapter 3: Capitulo II "Alivio y confusión" segunda parte
Mi mente estaba en conflicto con esta nueva apariencia de ellos.
¿Cómo podían pasar de ser ejecutores a ser mis protectores?.
En gran parte me sentía confundida ya que no podía creer que estas criaturas que son las más fuertes de la creación divina me hayan jurado cuidarme y protegerme a toda costa.
Por otra parte sentía irá, tristeza y terror por la forma tan cruel en que ellos atacaron a inocentes y débiles personas antes de que Dios escuchará mi ruego.
Yo desde lo más profundo de mi ser sabía que ellos no tenían la culpa de nada ya que ello solo obedecieron las órdenes de nuestro creador.
Pero aún así la ira y el terror no dejaban de luchar contra mi confusión.
Tan fuerte fue el conflicto que de pronto un dolor punzante e insoportable que surgía del lugar donde Zevrael había clavado su espada, me regreso a la realidad.
Mi mirada en si misma creo que reflejo lo que sentía en ese momento ya que los angeles ahora me miraban con preocupación.
A pesar de que pude ahogar un grito por el dolor que sentí para evitar sentirme peor; el olor de la sangre llegó a mi nariz e instintivamente mi mirada y mis manos se dirigieron al lugar donde estaba mi herida.
Al sentir la mirada de los angeles en mi herida.
el temor y la gran necesidad de huir de ellos se apoderó de mí.
Por suerte pude levantarme de la cama y huir de ese cuarto lo más rápido y lejos que mis piernas me lo permitieran.
A la distancia podía escuchar como venían tras de mí gritando que por favor me detuviera ya que lo que hacía solo me causaría más daño.
Por el momento mi camino era recto pero en determinada distancia este se dividía en varios caminos.
Sin saber a dónde ir o si el camino que eligiera sería seguro debía apresurarme a elegir de una vez ya que podía escucharlos más cerca de mí.
No debía detenerme haci que tome el camino recto.
A lo largo de éste mi fuerza y velocidad disminuía.
Mi cuerpo me pedía descansó pero mi mente decía que era mejor continuar corriendo hasta encontrar un lugar seguro para descansar.
El tiempo seguía transcurriendo y en ningún momento deje de correr pero aún así no podía ver el final de este pasillo.
La desesperación, el miedo y la angustia cada vez más se apoderaba de mí.
Me sentía cansada y sabía que mi cuerpo no aguantaría estar herido al poco rato mis ojos empezaban a cerrarse y al fin el cansancio hizo que colapsará.
Incapaz de poder levantarme tuve que aceptar que no podía escapar de ellos en esta condición.
Cuando pude despertar, llacia en los brazos de Zevrael, al parecer él aún no se había dado cuenta de que lo miraba, su rostro reflejaba angustia y su corazón latía rápidamente como si el hubiera corrido.
No tenía muchas fuerzas ni siquiera para poder huir de mi antiguo ejecutor y no me quedo de otra más que volver a dormir.
Al menos después de todo esto, pude descubrir que los angeles también tienen corazón.
Para cuándo volví a retomar conciencia, está vez me encontraba acostada en la cama de la habitación que había escapado; solo que en esta ocasión no me encontraba sola.
Al parecer mi herida había sido tratada y mi ropa manchada de sangre había sido cambiada por una nueva a pesar de que estaba limpia está tenía unas cuantas gotas de sangre en el mismo lugar de mi herida.
Mis "guardines" me observaban atentos a qué no volviera a escapar pero, aún así volví a intentarlo y de nuevo logre salir de la habitación pero en cuanto llegue a la primera división de pisos un ángel me llevo en sus brazos de vuelta al cuarto.
Intenté bajar de sus brazos para retomar mi escape pero algo no me lo permitía.
Al llegar, ellos me miraban con preocupación.
No quise prestar mucha atención a ellos así que solo aparte mi mirada de la suya.
El ángel que me cargaba tenía un cabello liso de color lila, era alto como 1.84 m , su físico era fuerte, su tez era clara, sus ojos eran tan bellos como la plata y debajo del ojo izquierdo tenía dos pequeños lunares.
Sin duda alguna el poseia una gran belleza como los demás ángeles pero él emitía tranquilidad y cariño.
No solo se había tomado la molestia de regresarme a mi cama si no que también mientras me arropaba dejo un delicado beso en mi frente y al alejarse me dedicaba una sonrisa cálida y gentil.
Después de eso mi mente se quedó en calma durante un rato hasta que una nueva cuestión surgió en mi mente.
-No los entiendo, ¿Por qué ahora ellos dicen que van a protegerme si justo antes de eso todos ellos estaban ocupados desatando el castigo divino con tanto fervor y pasión?
...
Si...creo que eso era lo que me tenía aterrada.
El simple hecho de que seres tan bellos y que me mostraban ternura; llenarán de dolor y tiñeran todo de color escarlata.-
Mis pensamientos fluían sin parar y entre más lo seguía haciendo, mi herida causada por Zevrael dolía más y más.
Pero estos fueron interrumpidos por un ángel que se había acercado a mi cama.
Su cabello era de color rosa claro además era un poco ondulado y largo hasta el cuello, sus ojos eran como la lavanda, también era alto pero no tanto como sus compañeros, su figura era esbelta y su tez era tan blanca como la leche y debajo de su ojo derecho tenía una marca con forma de corazón.
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