Chapter 2: Capítulo 2: Cambios y Revelaciones
La lluvia seguía cayendo con insistencia, empapando las calles y a las personas que se aventuraban a atravesarlas. David y Lucía caminaban juntos, ella le daba soporte a David, sus expresiones cargadas de emociones complejas. Pero había algo diferente en David está vez, una determinación recién nacida en sus ojos.
Se detuvo de golpe bajo la marquesina de una tienda cerrada, la lluvia creando un velo que los separaba del resto del mundo. David miro a Lucía, su rostro mostrando resolución, tristeza e irá. "¿Por qué?", comenzó, su voz temblorosa pero firme.
"Con razón dejaron de molestarme está última semana...", murmuró David en voz muy baja casi inaudible.
Lucia lo miro, sus ojos aún húmedos por las emociones recientes "¿Que pasa, David?
David respiro profundamente, reuniendo valor. "Lo que pasó... Lo que Erik mostró en el teléfono de Marcos. ¿Por qué?¡¿POR QUE?!", David no pudo contener su frustración, la chica que el miraba con respeto, admiración, amor... Hizo esas cosas desagradables.
Lucia ante la elevación de tono se sobresaltó ligeramente, nunca David se había comportado de esa manera.
Hizo una pausa, buscando las palabras. "No puedo seguir así. Apoyándome en ti, dejándome llevar por los demás, que patético. Necesito cambiar, necesito hacerme respetar."
Lucia estaba herida. "Pero yo...lo hice por ti, David. Te estaba ayudando".
David sacudió la cabeza, y la miró sin emoción en la mirada. "Los vídeos mostraban otra cosa, Lucía. Eso no era ayudarme...no quiero ser parte de...eso." Su voz se quebró ligeramente, al recordar lo poco que vio del vídeo, una sensación de rotura se cernía sobre su corazón, pero logro mantener la compostura.
Lucía, aún emocional, intentó defenderse.¡David, eso es injusto! ¿Acaso no ves que todo lo que hice, lo hice por ti?"
David la miró, su decepción clara en sus ojos. "Hacerlo por mi..." Soltó una carcajada. "Lo único que has hecho es hacerme pedazos tu y ellos." David apretó la mandíbula. "No quiero más, no me hables más". Con esas palabras se fue alejando.
"¡David, espera!" Lucía gritó, pero el no se detuvo. Continuó caminando bajo la lluvia, dejando atrás a Lucía, quién se quedó quieta, absorbida en sus pensamientos, lamentando lo ocurrido y lo que ha hecho. Con alegría y tristeza una mezcla confusa de emociones. Pues perdió a David, pero a la vez logro librarse de esos videos, ahora todo volverá a la normalidad para ella, o eso pensó.
"Me grabaron a escondidas, esos ¡hijos de puta!", pensó Lucía con frustración. Y cuando David se alejo empezó a llorar y a soltar insultos contra ella misma y contra la vida en si.
Mientras David se alejaba, hizo una nota mental de hablar con Erik de nuevo. Las palabras que le dijo hizo que algo dentro de el resonará y se encendiera, despertando la necesidad de un cambio, de una nueva dirección de su vida.
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Erik estaba sentado en la mesa, frente a sus padres. El ambiente estaba cargado de una mezcla de preocupación y expectación. Acababa de relatarles los eventos del día, incluyendo la pelea y su encuentro con la policía. La tensión era palpable, especialmente considerando que ni un día había pasado desde que Erik había salido del correccional.
Su padre, un hombre de aspecto serio y robusto, lo miraba con una mezcla de preocupación y desconcierto. "Erik, entiendo que crees que hiciste lo correcto, pero ¿no creés que esto es demasiado? Apenas acabas de volver del correccional y ya estás metido en otro problema."
La madre de Erik, con una expresión de ansiedad, añadió:"Hijo, nos preocupa tu seguridad. Estás peleas... podrían terminar muy mal. ¿Y si la próxima resultas herido, o peor?"
Erik bajó la mirada hacia su plato, consciente de la validez de sus preocupaciones. "No podía quedarme sin hacer nada," dijo en voz baja."Lo que estaban haciendo estaba mal..."
Su padre suspiró, dándole unas palmadas en su hombro."Pero, ¿por qué siempre tienes que ser tú el que intervenga? No es tu responsabilidad resolver todos estos problemas."
Hubo un silencio incómodo. La madre de Erik rompió el silencio. "Solo queremos que estés a salvo, Erik. Que no te metas más en problemas. ¿Puedes al menos intentar evitar estás situaciones?
Erik asintió lentamente, aunque en su interior sabía que no podía prometer eso. "Lo intentaré,"dijo, aunque ambos, el y sus padres, sabían que era una promesa difícil de cumplir.
La comida continuó en un tono más tranquilo, pero la preocupación seguía frotando en el aire.
La comida fue interrumpida por el sonido insistente del timbre. Erik se levantó para abrir la puerta y se encontró frente a frente con el inspector Gómez, acompañado de otro oficial. La expresión del inspector era sería, indicando la gravedad de la situación.
"Erik, necesitamos hablar," comenzó el inspector, mientras entraba a la sala seguido de su compañero. Los padres de Erik los siguieron, su preocupación aumentando.
"Debido a la naturaleza de tus acciones, aunque fueron en defensa de otros, la ley no puede ignorar el nivel de violencia que empleaste," explicó el inspector. "La ley establece claramente que, si bien la defensa propia o la defensa de terceros es justificable, el uso excesivo de la fuerza puede ser considerado como agresión."
Erik escuchó, su expresión grave. Sabía que había ido demasiado lejos, pero en el calor del momento, su único pensamiento era hacer que los sollozos del débil Iván paren de sonar de una vez.
"Vas a ser llamado a un juicio para determinar si tú actuación constituye un delito de agresión. No puedo predecir como se resolverá, pero es importante que te prepares," continuó el inspector.
Una vez que los oficiales se fueron, Erik se quedó pensando en las palabras del inspector. Recordó una frase de un libro que había leído, un pasaje que ahora resonaba con fuerza en su mente: "Las emociones descontroladas pueden convertirse en nuestro mayor enemigo, llevándonos por caminos que nunca quisimos tomar". Era de "El Arte de la Serenidad" de T.S.Eliot.
Despues de terminar su comida en un silencio reflexivo, Erik se levantó de la mesa. "Voy a la biblioteca," anuncio. "Necesito tiempo a solas para pensar. Llamadme si me necesitáis." Sus padres asintieron, entendiendo su necesidad de espacio.
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Mientras tanto, en la casa de Lucía, la atmósfera era de tensión y preocupación. Lucía estaba en su habitación, inmersa en sus pensamientos y sin apetito. Sus padres, preocupados por su estado emocional, intentaban en vano convencerla de bajar a comer algo.
La llegada de la policía a su hogar solo sirvió para aumentar la ansiedad de la familia. El inspector Gómez, acompañado por un agente, tocó a la puerta, solicitando hablar con Lucía y sus padres.
Una vez sentados en el salón, el inspector comenzó con delicadeza. "Lucía, sabemos que esto es difícil, pero necesitamos tu ayuda.
La situación con Erik... su defensa depende en gran medida de lo que puedas decir sobre lo que pasó."
Los padres de Lucía intercambiaron miradas preocupadas. La madre de Lucía intervino: "¿Pero cómo puede ayudar? ¿No empeorará las cosas para ella?"
"Entendemos sus preocupaciones," continuó el inspector. "Pero su testimonio podría ser crucial. Lo que proponemos es que Lucía haga una declaración anónima sobre los eventos. Esto ayudará a aclarar las circunstancias y podría ser clave para reducir cualquier consecuencia legal para Erik, dada su intervención en defensa de Lucía y David."
En la sala de estar de su hogar, con la lluvia golpeando suavemente las ventanas, Lucía finalmente asintió con determinación. "Está bien, lo haré," dijo, pero su motivación era más compleja que simplemente ayudar a Erik o aclarar la situación.
En el fondo, una corriente de rabia y deseo de venganza burbujeaba.
Mirando al inspector Gómez, Lucía ocultaba su verdadera intención detrás de una fachada de cooperación.
"Si mi declaración puede ayudar a asegurar que se haga justicia, entonces hablaré."
Sus padres, aliviados por su decisión pero todavía preocupados por las posibles consecuencias, asintieron en apoyo.
Sin embargo, no eran conscientes de la ira que Lucía albergaba contra Marcos y sus amigos. Para ella, esta era una oportunidad para vengarse, para asegurarse de que los chicos sufrieran las consecuencias completas de sus acciones.
Después de que los oficiales se fueron, Lucía se retiró a su habitación, dejando a sus padres en la sala. Mientras miraba por la ventana empañada, su reflejo mostraba una mezcla de emociones: la tristeza por lo que había pasado, el miedo a las repercusiones, pero más que nada, una determinación fría.
"Vais a pagar por lo que me hicisteis," murmuró para sí misma, pensando en Marcos y su grupo. La idea de que podrían enfrentar un castigo severo por sus actos le proporcionaba un oscuro consuelo.
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Erik entró en la biblioteca, su mirada dirigida automáticamente hacia donde había visto la misteriosa puerta el día anterior.
Sin embargo, para su sorpresa, la atracción intensa que había sentido previamente no estaba allí. Intrigado y confundido, decidió buscar más respuestas.
Se acercó al mostrador de la biblioteca, donde el bibliotecario, un hombre de mediana edad llamado Sr. Álvarez, estaba clasificando libros.
El Sr. Álvarez, con sus gafas de media luna y su cabello canoso meticulosamente peinado hacia atrás, era conocido por su amplio conocimiento y su amabilidad hacia los asiduos lectores como Erik.
"¿Puedo ayudarte, Erik?" preguntó el Sr. Álvarez, reconociendo al joven de inmediato.
"Sí, busco un libro sobre la historia local, especialmente cualquier cosa sobre este edificio," respondió Erik, intentando sonar casual.
"Claro, dame un momento," dijo el Sr. Álvarez, dirigiéndose hacia los estantes y encogiendose de hombros, "sera que tiene que hacer deberes o algo" - penso Sr.Álvarez.
Aprovechando la oportunidad, Erik echó un vistazo rápido a las pantallas de seguridad situadas detrás del mostrador. Lo que vio lo dejó perplejo: en las cámaras de seguridad, la puerta no aparecía. Era como si solo existiera en el mundo real y no en las grabaciones digitales.
Pensativo, Erik comenzó a formular teorías en su mente.
¿Era posible que la puerta fuera alguna especie de ilusión o fenómeno que solo él podía ver? O tal vez, algo más mágico o tecnológicamente avanzado estaba en juego, algo capaz de ocultarse de las cámaras de seguridad.
El Sr. Álvarez regresó con un par de libros en la mano. "Aquí tienes, Erik. Estos deberían tener algo sobre la historia del edificio," dijo, entregándole los libros.
"Gracias, Sr. Álvarez," respondió Erik, todavía distraído por el misterio de la puerta.
Tomó los libros y se dirigió a una mesa para comenzar su investigación, su mente llena de preguntas.
Erik se sumergió en la lectura, hojeando las páginas de un libro antiguo sobre la historia del edificio de la biblioteca. Aprendió que el edificio había sido construido hace más de un siglo, y había sido originalmente una mansión privada, propiedad de un enigmático coleccionista de libros y artefactos raros.
Se mencionaban rumores de habitaciones secretas y pasajes ocultos, construidos por el excéntrico propietario.
Mientras leía, Erik empezó a sentir de nuevo la atracción hacia la puerta. Era una sensación casi magnética, instándolo a levantarse de su silla y dirigirse hacia ella. Sin poder resistirse, cerró el libro y caminó hacia la puerta.
Con una mezcla de anticipación y nerviosismo, Erik extendió su mano y giró el pomo antiguo. La puerta se abrió con un suave chirrido, revelando un espacio que desafiaba toda lógica.
Erik entró en una habitación que parecía imposible. A pesar de que la puerta estaba ubicada en la pared de la biblioteca, el espacio al que daba acceso parecía estar en otro lugar, o incluso en otra época. Las paredes estaban revestidas de estanterías llenas de libros antiguos, y en el centro había una gran mesa de madera oscura cubierta de mapas y extraños instrumentos. El aire estaba impregnado de un aroma a papel antiguo y madera, y una luz tenue emanaba de lámparas de aceite colocadas estratégicamente alrededor de la habitación.
Lo más sorprendente era que, a través de una ventana, Erik podía ver un paisaje que definitivamente no correspondía al exterior de la biblioteca. En lugar de las calles y edificios de la ciudad, veía un denso bosque, con árboles altos y una neblina misteriosa que se cernía entre ellos.
Erik dio unos pasos dentro de la habitación, su mente intentando procesar lo que sus ojos veían. ¿Era esto real? ¿O había algo más en juego? La habitación parecía un refugio de otro mundo, un lugar de misterios y secretos antiguos.
Erik, impulsado por la curiosidad y el misterio, se aventuró más allá de la habitación secreta, encontró una puerta adicional, situada junto a unas ventanas que revelaban una vista sorprendente: a través del cristal, se veían islas y tierras con árboles flotantes en un cielo azul infinito. Erik se quedó asombrado, su mente luchando por comprender la imposible geografía que se extendía ante sus ojos.
Mientras observaba, la puerta por la que había entrado se cerró lentamente con un clic suave, atrapándolo en esta parte desconocida de la biblioteca. Por un momento, Erik sintió un destello de pánico, pero luego decidió explorar el área, pensando que sería más seguro entender su entorno antes de intentar salir.
Se acercó a una de las estanterías, llena de libros antiguos y volúmenes con lomos desconchados. Intentó tomar uno, pero para su sorpresa, no pudo. Era como si una barrera invisible lo impidiera. Intrigado, probó con varios libros más, con el mismo resultado.
Erik continuó explorando, encontrando objetos extraños y artefactos que desafiaban la lógica. Cada elemento parecía tener una historia propia, un pedazo de un rompecabezas más grande que aún estaba por descubrirse. Y al igual que los libros no podia tocarlos.
Finalmente, Erik se encontraba frente a una escalera que, a primera vista, parecía constar solo de unos pocos escalones, ascendiendo hacia la oscuridad. Sin embargo, cuando se acercó con intención de explorar, algo extraordinario sucedió. Los escalones empezaron a aparecer mágicamente ante él, extendiéndose hacia arriba en una invitación silenciosa a descubrir los secretos que aguardaban en el nivel superior.
Con una mezcla de asombro y cautela, Erik puso un pie en el primer escalón. Para su alivio, se mantuvo firme bajo su peso. Con cada paso que daba, más escalones se materializaban, creando un camino ascendente que parecía desafiar todas las leyes de la física y la lógica.
La escalera serpenteaba hacia arriba, rodeada por una atmósfera que se volvía más enigmática a medida que Erik subía. La luz se filtraba de manera etérea, proyectando sombras danzantes sobre los peldaños y las paredes. Todo en este lugar parecía estar imbuido de magia y misterio.
Erik llegó a lo que parecía ser el final de la escalera. Se encontró en un corredor estrecho, al final del cual se situaba la puerta misteriosa que había visto desde abajo. Esta puerta, con sus grabados intrincados y su diseño antiguo, parecía ser la guardiana de secretos ancestrales.
Erik se detuvo un momento, recobrando el aliento, su corazón latiendo con la anticipación del descubrimiento. La puerta emitía una vibración sutil, como si estuviera viva con las historias y los misterios que había presenciado a lo largo de los años.
Con una mano temblorosa, Erik se acercó a la puerta, listo para descubrir lo que se ocultaba detrás.
Cada fibra de su ser estaba alerta, consciente de que estaba a punto de adentrarse en un reino que podría cambiar su comprensión del mundo para siempre.
Mientras Erik se paraba allí, contemplando su siguiente movimiento, el aire en la habitación parecía vibrar con una energía inaudita, llenando el espacio con una sensación de expectativa y misterio.
Con una mezcla de determinación y nerviosismo, Erik se paró frente a la puerta misteriosa. La madera antigua estaba grabada con símbolos y patrones que parecían moverse sutilmente bajo su mirada. Tomando una profunda respiración, Erik colocó su mano en el pomo frío y giró lentamente.
La puerta se abrió con un suave quejido, revelando una habitación que desafiaba todas las expectativas. Era un espacio vasto, iluminado por una luz tenue que parecía emanar de las paredes mismas. El aire vibraba con una energía que Erik podía sentir en su piel, electrizante y enigmática.
En el centro de la habitación, había un pedestal de piedra sobre el cual descansaba un objeto que capturó inmediatamente la atención de Erik: un artefacto antiguo, con una apariencia que mezclaba lo orgánico con lo mecánico, y en su centro, un cristal pulsante con una luz interna.
Erik se acercó cautelosamente al pedestal. Al llegar, el artefacto comenzó a brillar más intensamente, como si respondiera a su presencia.
Erik extendió su mano y tocó el extraño artefacto. En el instante en que su piel hizo contacto con la superficie fría y lisa, todo a su alrededor se sumió en la oscuridad. Una sensación de vértigo lo invadió, como si el suelo bajo sus pies hubiera desaparecido.
Cuando la luz volvió, Erik se encontró de nuevo en la habitación original de la biblioteca, como si la habitación del segundo piso, el pedestal y el artefacto nunca hubieran existido. Miró a su alrededor, desconcertado, buscando alguna señal de lo que acababa de experimentar, pero todo indicaba que estaba de vuelta en el mundo ordinario.
Mientras intentaba procesar lo sucedido, una voz resonó en su mente, clara y nítida: "Sistema activado. Bienvenido, usuario."
Erik parpadeó, sorprendido. La voz parecía provenir de su interior, una presencia que no estaba allí antes. "¿Quién eres? ¿Qué es esto?" preguntó en voz alta, aunque sabía que la respuesta no vendría de los libros y las paredes que lo rodeaban.
La voz respondió en su mente: "Soy tu interfaz de sistema. Estoy aquí para asistirte en tu viaje y en el uso de tus habilidades recién adquiridas."
Erik intentó entender. ¿Había sido seleccionado por algún tipo de sistema avanzado o entidad desconocida? ¿Qué significaba todo esto? A pesar de sus preguntas, no podía negar la realidad de la voz en su mente ni de la sensación de que algo había cambiado fundamentalmente en él.
"¿Qué sistema? ¿Qué habilidades?" preguntó, tratando de mantener la calma.
Tras la presentación inicial del sistema, Erik permaneció en silencio, procesando la información. "¿Cómo accedo a esta interfaz?" preguntó, aún incrédulo por la experiencia surrealista.
La voz del sistema resonó en su mente con instrucciones claras: "Visualiza la palabra 'Interfaz' en tu mente y enfócate en ella. La interfaz aparecerá ante ti como una pantalla holográfica, permitiéndote interactuar con ella de manera similar a un videojuego."
Siguiendo las instrucciones, Erik cerró los ojos y se concentró. Al abrirlos, para su asombro, vio la interfaz flotando frente a él, sus detalles brillando con una luz etérea. Extendió su mano y, al tocarla, la interfaz respondió a su tacto. Se sorprendió al descubrir que podía navegar por las distintas secciones simplemente tocando y deslizando en el aire.
"¿Cómo... cómo es esto posible?" murmuró Erik, fascinado por la tecnología o magia que hacía funcionar el sistema.
Intentó hacer más preguntas al sistema, buscando entender mejor su naturaleza y origen. "¿Quién te creó? ¿Por qué yo?"
Sin embargo, no hubo respuesta. La voz que había llenado su mente se había silenciado, dejándolo solo con sus pensamientos y la interfaz flotante. Erik se dio cuenta de que, al menos por el momento, tendría que descubrir las respuestas por sí mismo.
Se sento en una silla comoda en el centro de la habitacion y exploró un poco más la interfaz, observando sus estadísticas y las habilidades listadas.
Erik Solano:
🌟 Estadísticas 🌟
Vitalidad: 17/85(Muerte a los 85)
Fuerza: 3/10
Velocidad: 4/10
Resistencia: 3/10
Inteligencia: 6/10
Fortaleza Mental: 5/10
🌐 Puntos en Estadísticas Básicas: 3 🌐
🔥 Habilidades de Maestría 🔥
Hacking: 1/5
Muay Thai: 2/5
Observación: 2/5
💡 Puntos de Habilidad Sin Asignar: 2 💡
🛒 Tienda de Puntos 🛒
Notó que tenía puntos sin asignar y una tienda de puntos, pero decidió no tomar decisiones apresuradas sobre cómo usarlos. Necesitaba tiempo para entender las implicaciones y el potencial de lo que había descubierto.
Después de familiarizarse con la interfaz básica, Erik decidió explorar la 'Tienda de Puntos' del Sistema Enigmático. Al abrir esta sección, descubrió que tenía 100 puntos para gastar y que el precio de todas las habilidades se redujeron a 100 puntos, un regalo de bienvenida del sistema para un nuevo usuario. La tienda estaba repleta de habilidades, muchas de las cuales parecían ser mentales o enigmáticas, en línea con la temática del sistema.
Erik examinó las habilidades disponibles, cada una valiendo exactamente 100 puntos. Algunas de las opciones que llamaron su atención incluían:
Intuición Avanzada: 100 Puntos
Manipulación de Sueños: 100 Puntos
Concentración Absoluta: 100 Puntos
Predicción del Futuro: 100 Puntos
Mejora de Inteligencia: 100 Puntos
Manipulación y Almacenamiento de Información: 100 Puntos
Sanación Mental: 100 Puntos
Simulación de Experiencias: 100 Puntos
Comunicación Universal: 100 Puntos
Lectura de mentes: 100 puntos
Ilusion mental: 100 puntos
Manipulacion de Sombras: 100 puntos
Alteracion de la percepcion temporal: 100 puntos
Habian mas habilidades pero concentradonse eligio las que mas le llamaron la atencion, antes de decidir como gastar los puntos y que camino tomar, decidio volver a su casa a pensar con tranquilidad sus siguientes pasos, pues tenia mucho en que pensar, aparte del problema que tenia legalmente tambien debia lidiar con el sistema y con la puerta, miro con cautela la puerta cerca de las ventanas con las islas flotantes, decidio que en cuanto tenga mas habilidades y poder saldra alli afuera a explorar ese mundo.
Con la mente rebosante de posibilidades y preguntas, Erik decidió que era hora de regresar a casa para reflexionar con calma sobre sus próximos pasos. La Tienda de Puntos del Sistema Enigmático ofrecía una variedad de habilidades fascinantes y poderosas, y Erik sabía que la elección que hiciera podría definir su camino a seguir.
Miró hacia la puerta cerca de las ventanas, a través de las cuales podía ver las islas flotantes en el cielo distante. Se prometió a sí mismo que, una vez adquiriera más habilidades y poder, se aventuraría a explorar ese mundo desconocido.
Con un último vistazo a la habitación, Erik se dirigió hacia la salida.
CREATORS' THOUGHTS 
ciberclaudio
ciberclaudio Queridos lectores,
Al llegar al final de este capítulo, me gustaría tomar un momento para expresar mi más profundo agradecimiento por acompañarme en esta aventura literaria. Cada página que escribo está imbuida con el deseo de compartir con ustedes un mundo de misterio y emoción, y su presencia en este viaje le da vida a la historia de Erik.
Sus pensamientos, consejos y sugerencias son increíblemente valiosos para mí. Si hay aspectos de la historia que les gustaría ver desarrollados más adelante, personajes que les intriguen o ideas que crean que podrían enriquecer este viaje, les animo a compartirlos. Su participación no solo me inspira, sino que también ayuda a dar forma al mundo que estamos explorando juntos.
Por último, pero no menos importante, deseo que cada uno de ustedes encuentre bendiciones en su vida, tan abundantes como las estrellas en el cielo.
Que el señor os bendiga con muchos hijos.
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