Sigo sin entender como las cosas se torcieron de esta forma...
No sé cuándo regresará, no sé cuándo vendrá a por mí una vez más... Ni cuanto mi mente me permitirá hilar frases completas... así que he decidido escribir mi historia...
Que sirva de advertencia... hay fuerzas en este mundo con las que no es buena idea jugar...
Fuerzas tan lejanas a nuestra comprensión que siquiera pensar en que tenemos posibilidad de ejercer poder sobre ellas es una completa locura...
Está cerca... ya viene... mis manos vuelven a temblar de incontrolable forma...
Pronto no seré más que una... cascara de lo que... fui...
No sé cuál es su intención, ni porque me mantiene vivo...
Yo que una vez domine a los mismos dioses... reducido a esto...
Un tembloroso manojo de nervios... reducido a la mascota o juguete de esa cosa...
Agradezco a mi banalidad y pecaminoso orgullo pasados por haber llevado registro de mi día a día, pensando que tal cosa debía registrarse para la posteridad... pues no creo poder... no creo ser capaz de escribir como comenzó ahora... mi mente está nublada... no recuerdo... no recuerdo...
Está aquí... las tablas crujen bajo su peso... ya viene...
Ya está de regreso... y no puedo escapar de ella... él... eso... no sé siquiera cómo referirme a su existencia...
Viene... Nuevamente, a jugar con su mascota... nuevamente, a jugar a la casita... no sé por qué, pero no me ha matado... nunca me daña... no físicamente... pero mi mente... ay, mi mente... siento como se nubla con cada día que pasa...
Puedo oírla tararear… esa canción… esa canción que siempre tararea hasta que me quedo dormido… hasta que mi mente se nubla tanto que acaba por caer en el sueño… El sueño en medio de su posesivo y desesperante abrazo…
Su voz… Oh… como odio esa melodiosa voz…
Esa aterradora, asfixiante y angelical voz…
Como puede algo tan tranquilizador, tan suave, dulce y bello, abrumar el alma de un ser humano hasta desear la misericordia de la muerte…
Oh, cuanto anhelo la locura… cuanto deseo la muerte…
Pero ella no lo permitirá… jamás me concederá tal misericordia…
Sus palabras… jamás las olvidaré… esa promesa… esa promesa de una eternidad junto a ella…
Oh, cuan cruel puede ser el mundo… cuan inhumana su existencia…
Ya viene… sus pasos se detienen en la puerta… está aquí…
A continuación… mi mejor intento de explicar… esta… esta situación… es invitarlos… invitarlos a leer los diarios, los registros que desde una temprana edad me dedique a mantener… No estoy seguro de por dónde empezar… puedo oírla ahora… tan claramente… No puedo… yo… Oh… como adoro ese sonido…
Su voz… oh, su voz… cuan tierna y opresiva es su… voz…