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Chapter 21: Duelos inesperados

Hace casi 3 años llego a este sagrado lugar de entrenamiento, donde el primer dios de la espada fundó el estilo. Miles de practicantes han venido aquí a pulir sus habilidades. Hace tres años llegó una bestia de cabello rojo una santa espada llamada Eris Greyrat, junto con la reina de la espada Ghislaine Dedoldia, quien fue entrenada por el propio dios de la espada Gal Farion, un privilegio que ni siquiera yo, su hija, ni siquiera mi primo, su sobrino, jamás hemos tenido. Ella llegó pidiendo entrenar con el Dios de la espada, incluso llamándolo débil. Esto causó las risas del dios del filo. Esta mujer demente quería matar al dios dragón por alguna extraña razón, un ser que ni siquiera mi propio padre fue capaz de tocar un pelo.

El dios de la espada se echó a reír de esto y llamó a Jino, mi primo, a pelear con ella. Apenas Jino tomó la espada, ella se abalanzó sobre él y lo noqueó. Todos pensamos que era una cobarde, salvo mi tío Timothy y el propio dios del filo, que dijeron que Jino cometió un error al confiarse.

Luego fui llamada y otro alumno me lanzó una espada de entrenamiento, noté que estaba rellena de hierro. Todos asintieron, debía darle una lección a esa maldita. Cuando nuestras espadas chocaron, la suya se quebró. "¡Gané!", pensé. Pero antes de darme cuenta, ese animal se avalanzó sobre mí y me golpeó con los puños tan fuerte que perdí el conocimiento. Me soltó unos dientes y me hizo orinarme encima. Después, ella tomó mi espada y notó que era más pesada que la común, me remató con una patada.

Después no recuerdo qué pasó, perdí el conocimiento. Solo me enteré después que Gal Farion la derrotó usando solo su aura de batalla y la aceptó como alumna. Él mismo la entrenaría, yo estaba en shock.

Así pasó el tiempo y esa bestia solo entrenaba sin parar bajo las órdenes del dios de la espada y practicaba solo con Ghislaine.

Jino y yo evitábamos que el resto de estudiantes hablara con ella. Era una paria, aunque eso no le importaba. Entrenaba como una demente, no cuidaba su apariencia, parecia un animal.

Un día, mientras hablábamos de romance con otras estudiantes y discutíamos quién era el más guapo de la academia, noté que ella venía hacia nuestro camino. Cuando nos pidió que nos apartáramos, no pude evitar decirle:

"¡Pfff! ¿Siempre entrenas? Casi no te bañas y no cuidas tu apariencia. ¿Solo vives por la espada? ¡Pfff! Lástima que no te mantenga caliente por las noches, así jamás encontrarás una pareja y morirás virgen."

Grandes palabras considerando que tengo 18 años, soy virgen y nunca he tenido novio.

"Pfff, jajajaja," se rió,

"te ríes de mí."

"Lamento decepcionarte, pero yo ya no soy virgen."

"¿Qué? No puede ser, ¿quién fue?" pregunté, en estado de shock.

"El hombre que logró herir al dios dragón, el hombre que conozco desde niña, el hombre con el que me voy a casar. Él es grandioso. Lo conocí cuando éramos niños. Al principio lo odié, hasta que me rescató de unos secuestradores y derrotó a un espadachín avanzado del dios del norte a los 7 años , me enamore ese dia de el . Pero aún no soy tan fuerte como él, por eso vine aquí para ser fuerte y juntos luchar como iguales.

"Eso es imposible, nadie puede dañar al Dios Dragón",

"Rudeus sí puede", respondió ella.

"Además, él es un mago santo de agua y un santo del norte. Además, es avanzado en el estilo del Dios del Agua. Tal vez ahora ya es santo en ese estilo y santo en el resto de la magia de ataque. Rudeus es genial", dijo con los ojos muy iluminados y con una voz de mujer enamorada que nunca le escuchado desde que llegó.

"Ahora, apartense, debo entrenar con el Dios de la Espada".

"Eso no puede ser, ella está inventando".

Al día siguiente, le pedí a alguien del gremio que averiguara sobre este tal Rudeus. No tardó mucho en tener un informe. El maldito sujeto es real y no una fantasía de esa loca.

"Rudeus Greyrat, mago de agua clase Santo a los 5 años, nacido en Aldea buena región de Fitoa, Reino de Asura, entrenado por la maga real Roxy Migurdia, a los 7 designado tutor de Eris Boreas Greyrat, hija del alcalde Roa, desapareció en el accidente de teletransportación. Últimamente se le ha visto trabajando como aventurero en las naciones mágicas."

Hay un rumor de que también es un santo del norte, se ha visto entrenando a aventureros en ese estilo, aunque nunca se le ha visto portar una espada real. Actualmente está en la universidad de magia como estudiante privilegiado. ¡Maldición! El tipo es real, pero es solo un humilde aventurero, no es tan impresionante.

Y se me ocurrió una brillante idea, ¿qué tal si voy y derroto a ese sujeto y lo traigo como esclavo? Eso humillaría a Eris.

Sin pensarlo, me dirigí a Ranoa. Está a solo un mes de viaje a caballo. Lo derrotaré, es solo un mago, y aunque sea un santo del norte hace mucho que no toma una espada.

Así pasaron casi 8 meses y llegó el otoño. En el la Sharia hay hermosos festivales de cosecha donde todos están alegres, la comida y bebida abundan en las calles, las mujeres se ponen hermosos trajes y hay carnavales por la ciudad.

Pero también coincide con la época de celo de la gente feral, donde los pretendientes, ya sean chicos o chicas, se retan a un duelo para ver quién será el líder de esa familia. En estas fechas la universidad es más laxa con quién dejan entrar, así que hay muchos hombres bestias del gran bosque que han venido a retar a duelo a las chicas que estudian aquí. También hay guardias privados, y los ataques sexuales son más comunes.

Cliff y Elinalise se juntan mas seguido con Zanoba y conmigo, y Cliff se ha vuelto bastante amistoso aunque sigue siendo un poco pomposo , últimamente lo noto sin energia ( ya me imagino porque), aunque resulta raro verlo con Elinalise, considerando que además Cliff está estudiando para ser sacerdote de esa fe.

Pero un día algo pasó con Rinia y Purcena, pidieron un permiso especial.

Así que estaban exentas de clases por unas semanas, pasa que al ser princesas todos los años deben tener duelos con cientos de idiotas, ellas siempre los derrotan pero este año no quisieron tomar ningun duelo, me dejaron una nota que decía:

"Perdón por las molestias, jefe, pero no podemos salir, somos demasiado sensuales y no queremos hacer estragos en la universidad

besos, Rinia y Purcena."

¿Molestias? ¿Por qué me causaría molestias?

En esos días, Fitz se me acercó y me advirtió que no aceptara ningún duelo de nadie, ya que hay muchas chicas que pretenden retarme a duelo, tanto ferales como humanas, y si aceptaba, podría tener problemas. Así que decidí hacerle caso.

Uno de esos días, mientras caminaba por la biblioteca, alguien me gritó:

"RUDEUS GREYRAT, TE DESAFÍO A UN DUELO MATRIMONIAL."

Cuando volteé, me encontré cara a cara con una hermosa joven de pelo azul oscuro (por un segundo creí que era una migurd ,pero su pelo era diferente y era más alta). Llevaba una espada y se notaba que era una practicante del dios del filo.

Pero rápidamente mi atención cambió al que verdaderamente me había hablado, un tipo de la tribu adoldia.

¡Oye viejo! No sé qué rumores as escuchado, pero a mí me gustan las chicas.

No entiendes, te desafío por la mano de Purcena. Le escribí y ella me dijo que tú eres su jefe y que pelearás en su lugar.

"Malditas sean esas dos", dije en voz alta.

"Ya basta", dijo, desenvainando su espada y lanzándose contra mí. Rápidamente, usando mi aura de batalla, lo golpeé en el estómago y lo dejé inconsciente.

"Oye, imbécil, no debes atacar por sorpresa, no estaba preparado", le grité.

Cuando dirigí mi atención a la chica, me miraba con los ojos muy abiertos. "Disculpe señorita", le dije, "perdón por lo que tuvo que presenciar, esto no es así regularmente. ¿Puedo ayudarle en algo? ¿Busca a alguien?

La chica me miró un segundo y luego volvió en sí.

De hecho, te busco a ti, Rudeus Greyrat. Te desafío a un duelo.

¿Qué? Disculpe señorita, no he pensado comprometerme con nadie por ahora. No se sienta mal, usted es muy hermosa, pero tengo otras prioridades.

¿De qué estás hablando, imbécil? ¡Solo hablo de un duelo de espadas!

Disculpe, no sé si esta al tanto que pasa en esta temporada, pero es temporada de celo de los hombres bestia y los desafíos a espada son matrimoniales por lo general.

Yo no quiero eso, ni siquiera me gustas, solo quiero ver si es verdad que tan fuerte eres.

Maldita sea, pensé, esos idiotas del líder escalonado seguro hicieron circular el rumor de que maté a ese Wyrm rojo. Malditos tontos, les dije varias veces que no hablaran tanto de mí.

No acepto, le dije al fin.

Veo que eres un cobarde, me dijo. Yo, Nina Farion, hija del dios de la espada Gal Farion, puedo decir que Rudeus Greyrat es un cobarde.

Me volví a ella nuevamente. ¿Así que la hija del dios del filo? ¿Tú cómo supiste de mí?

Pfff, eso no importa.

Pero no tengo espada.

Eres un santo del norte, puedes pelear con otras cosas, dijo.

Está bien, dije.

Mientras tanto, mucha gente se reunía a nuestro alrededor. Pude ver a Zanoba y Fitz, quien estaba muy enojado conmigo, como siempre.

Fabriqué dos barras rectas muy densas con magia de tierra.

Está listo, dijo.

Sí, le dije mientras activaba mi ojo demoníaco. Rápidamente la vi lanzándome una espada de luz. Maldición, es muy rápida, pero la bloqueé usando el estilo del dios del cauce junto con mi ojo demoníaco. Maldición, esta chica es demasiado rápida. Un santo del norte siempre pierde con un santo de la espada. Eris me derrotó cuando me desafio años atras.

En ese momento recorde algo ,Randolph me dijo que un santo del norte usa trucos y me dijo que estaba bien usar magia.( Con Eris no la utilice esa vez, ella me pidio un duelo limpio sin trucos)

Mientras Nina se preparaba para lanzar otra espada de luz, le lancé un cañón explosivo que rechazó, pero la sorprendí con la explosión,rápidamente usando el ataque animal, corriendo en cuatro patas. La ataqué y casi le golpeé el estómago.

"¡Eso es trampa!", dijo.

"¿Como que trampa?,soy un santo del norte", le dije. "¿Qué esperabas?"

Con mi ojo demoniaco vi otro ataque, espada de la luz (¿qué diablos, lo único que sabe hacer?). Pero esta vez era más veloz. Con magia de tierra, me catapulté al aire y por poco la evité.

"Ok, ¿quieres que me ponga serio, niña?", pensé. Me alejé de ella y le lancé polvo de diaman... quiero decir, frost nova. Eso la confundió. Rápidamente le lancé una vara que la rechazó, pero ya estaba encima y usando la espada del silencio del estilo dios de la espada, le golpeé el brazo. Ese movimiento la sorprendió y dejó caer su espada. Le di una patada en el plexo solar y la lancé lejos. Rápidamente me avalancé sobre ella, le pisé la mano y con mi ya característico y patentado movimiento jedi, atraje la propia espada de Nina con magia de gravedad y la puse en su cuello.

"La pelea terminó", le dije.

Hubo un silencio sepulcral. De todos los que miraban ,de reojo, vi a Zanoba sonriendo y a Fitz muy rojo, con cara de sorpresa y sonriendome, ( que linda sonrisita tiene Fitz.)Cuando miré a Nina, tenía el brazo roto. Me agaché y le curé el brazo con magia silenciosa, eso también la sorprendió.

"Estás bien", le dije.

"Sí, así que también eres avanzado en el dios de la espada, eso no lo esperaba."

"Sí, hace poco llegué a ese rango. Ese estilo no es mi fuerte, a decir verdad, soy más talentoso en el estilo dios del agua, pero no he tenido un instructor para llegar a ser santo en ese estilo."

"Ya veo", dijo Nina mientras le tomaba la mano y le ayudaba a pararme. "Veo que los rumores sobre ti sí son ciertos."

"¿Quién te habló de mí?"

"Bueno, fue..."

"Quiero un duelo por la mano de Rinia, ¡quiero un duelo por la mano de Purcena!", así empezaron los hombres bestia a gritarme.

"Maldición, debo irme."

"Un gusto en conocerte, Nina. Adiós."

"Sí, adiós."

Y así tuve que salir huyendo a la biblioteca. Más de 100 hombres bestia me perseguían por un duelo y en el camino tuve que derribar a varios.

Finalmente llegué a la biblioteca, donde tenían prohibida la entrada y los enfrentamientos. Poco después llegó Fitz.

Vaya, Rudeus, eso fue increíble. Cómo combinabas magia y esgrima, realmente eres un santo del Norte.

Si no quería llamar la atención, pero esa chica fue muy insistente.

Oye, afuera hay un alboroto, hay muchos hombres bestias pidiendo un duelo y están esperándote.

No voy a salir.

Vas a tener que salir, podrían tratar de ingresar a la biblioteca.

Maldita sea, todo esto es culpa de Rinia y Purcena, ellas me llaman jefe, todo esto debe ser culpa de ellas.

Debes solucionar esto, Rudeus, pronto.

¿Y por qué no lo haces tú? Eres miembro del consejo estudiantil.

No, mejor hazlo tú, al fin y al cabo, tú eres al que esas dos llaman jefe.

Maldita sea, Fitz.

Te dije que no te metieras en problemas, Rudeus.

Y qué sabía yo que esas idiotas me darían esa responsabilidad, y qué sabía que aparecería esa hermosa mujer a pelear conmigo.

¿Crees que esa mujer es linda?

Pues sí, ¿o tú no, Fitz? ¿O no te gustan las chicas?

Ya cállate, Rudeus, y arregla esto.

Esta bien por tu honor Fitz los matare a todos.

"Oye, no debes matarlos", dijo Fitz.

"Tranquilo, solo estoy bromeando", le dije.

Pero cuando salimos, todos los ferales estaban inconscientes en el piso.

"¿Qué pasó aquí?", dije.

Mientras Fitz y yo mirábamos el espectáculo, una risa nos hizo reaccionar. "Jajajaja".

"Son muy valientes, pero no pueden conmigo". En eso, esa persona se fijó en mí, casi 3 metros de alto, musculoso, piel negra como obsidiana, cabello largo y morado, ¡y 6 malditos brazos! Es un demonio.

"Yo soy el rey demonio inmortal Badigadi, y por ese ojo demoníaco, tú debes ser Rudeus Greyrat. Yo te desafío a un duelo" (ahora sí que estoy cagado, este tipo me va a matar).

Todo ese ruido atrajo a nuestro alrededor a mucha gente, incluso pude ver a Nina Farion entre ellos.

Le pedí a Fitz, que fuera por mi báculo , mientras le decia al demonio que fueramos a un lugar mas alejado d elos edificios.

"Escucha, niño, mi prometida, la gran emperatriz Kishirika Kishirisu, me habló mucho de ti. Me dijo que tienes más maná que el mismo Laplace".

"Majestad, con respeto, pero creo que la emperatriz exagera".( ¿Como lo harán en el sexo? Este tipo es gigante y ella bueno ella es una enana).

Eso es imposible, mi chiquita puede ver el flujo del maná, así que es imposible que se equivoque.

Ya veo, majestad.

Solo dime, Badi. Jajajajajajajajaja. Oye, ¿por qué aún no peleamos?

Le pedí a mi amigo traer mi báculo, badi. Él regresará pronto.

Ah, ya veo, dijo. Y ¿por qué estás tan serio, Niño? Ríe un poco. Jajajajajajajajaja.

Es que la verdad, tengo miedo de que me mates, Badi.

Jajajajajajaja. Aún no empezamos y ya estás suplicando por tu vida. Eres gracioso, niño.

¿Puedo preguntarte algo, Badi?

Claro, lo que quieras, niño.

Pero antes de decirte la persona que nombraré, no le sirvo ni nada del estilo. Así que prométeme que no me atacará.

Jajajajaja, claro, muchacho. Es una promesa

.

¿A ustedes les suena el nombre Hombre Dios?

Badigadi quedó pensativo. Sabes, el nombre me suena, pero no recuerdo dónde lo escuché. Debe haber sido hace muchos siglos, muchacho. Pero si recuerdo algo, te lo diré. Jajajajajajajaja.

Está bien, dije.

Vamos, ríe, Niño, no seas tan serio. Jajajajajajajaja.

Sí, Badi. Jeje, jaja, jeje, jajajajaja.

Mientras reíamos como idiotas, llegó a mí lado el director de la escuela y me pidió que ganara tiempo mientras llegaban los soldados (al parecer, Badigadi había hecho una conmoción con su llegada). En ese momento llegó Fitz con mi báculo. "Está bien, llegó la hora", dijo Badigadi.

"Oye, Rudeus, si te ves perdido, huye", dijo Fitz. "Nadie va a creer que eres un cobarde", y se alejó.

"Disculpa, Badi, antes de pelear, por favor, si pierdo, no me mates." Dije

"Jajajajajajaja, no te mataré, niño, ¿por qué siempre dices eso?"

"Lo que pasa es que hace un tiempo atrás tuve una batalla con el dios dragón y casi me mató", respondí.

Badigadi se quedó muy serio mirándome.

"Dime, niño, ¿tú lograste herir al dios dragón?"

"Sí, solo le rasguñé su mano, pero él me dio una paliza."

"Hagamos algo", dijo Badigadi. "Lánzame el mismo ataque con el cual lo heriste. Si logras traspasar mi aura de batalla, tú serás el ganador, y si no lo logras, te daré un solo golpe. ¿Te parece?"

"Está bien", le dije. "¿Te parece justo?"

Y así empecé a conjurar un cañón piedra.

Lo hice mas rápido, con más maná, esa vez con Orsted, no tenia mi báculo y solo lo lancé a mano desnuda.

No debo arriesgarme, no sé qué tan poderoso es este tipo.

"¿Estás listo, Badigadi?" le dije.

"Claro, muchacho, cuando quieras jajajajajajajaja", respondió.

Y así le lancé el cañón de piedra directo a su pecho. Solo hubo una fuerte explosión y una densa polvareda se levantó con el impacto.

Cuando ésta se disipó, solo pude ver a Badigadi esparcido en pedazos pequeños.

"Lo maté", pensé. "Mierda, no quería matarlo. Ahora la cagué en grande". Cuando miré a mi alrededor, vi a todos con la boca abierta.

"Jajajajaajajajajaajaja, ¡he revivido!", gritó Badigadi. Cuando lo vi, su cuerpo se estaba uniendo y era mucho más pequeño, mientras sus restos se reincorporaban iba creciendo poco a poco.

"Diablos, chico", dijo. "Pensé que me habías matado. Realmente tienes más maná que Laplace y ese ataque que me diste es de nivel imperial, jajajajajajajaaj. Mi chiquita no mentía sobre ti. Este servidor reconoce tu victoria y te da el titulo de héroe.

Badigadi me tomo el brazo, y lo levantó en señal de mi victoria. "¡Vamos, muchacho!", gritó.

"¡SÍ, GANÉ!", dije, pero nadie habló, excepto Fitz, que aplaudía con una hermosa sonrisa, y July y Zanoba, que también aplaudían con los ojos abiertos.

"Vaya, vaya, público difícil", dijo Badigadi. "Bueno, ahora es mi turno", y el muy desgraciado me golpeó la cara. Cuando recuperé la conciencia, vi a Badigadi hablando con el director y el jefe de las fuerzas unidas de los 3 países mágicos. Al parecer, Badigadi solo venía a visitarme en son de paz, y estaban solucionando los estragos de manera pacífica.

El subdirector Jinas me llevó a su oficina, donde me dio té y galletas, y me dio las gracias por ocuparme del problema (tremendo problema).

Mientras Fitz me acompañaba a mi habitación, me topé con Elinalise y Cliff.

"¿Qué pasó, Rudeus? ¿Por qué tanto alboroto?", preguntó Elinalise.

"¿Qué? ", exclamé sorprendido. "Una santa del filo llegó a desafiarme y luego apareció un rey demonio. ¿Y ustedes dónde estaban?"

Bueno, con Cliff estábamos.

Shiiiii, Elinalise, por favor, dijo Cliff.( Si hazla callar Cliff como si no supieramos que te estaba succionando la vida )

Jajajaja, tranquilo amor.

Oye, Rudeus, ¿por casualidad fue el rey demonio Badigadi?

¿Y tú cómo sabes eso?

Bueno, cuando Roxy me envió a buscarte, Badigadi quería conocerte y vino conmigo, pero se bajó en la isla de los ogros.

¿Y por qué no me dijiste? -pregunte.

Bueno, el tipo es inmortal, el tiempo para él pasa de manera diferente, pensé que pasarían décadas antes de venir, o tal vez nunca vendría.

Ya veo -le dije.

¿Estás bien, Rudeus? -preguntó Cliff.

Algo conmocionado. Oigan chicos, las clases están suspendidas por la conmoción, ¿qué les parece ir a comer algo y por unos tragos? Estamos en época de cosecha de todos modos y estamos en pleno festival, ¿qué les parece?

"Sí, vamos", dijo elinalise y Cliff aceptó.

"Ok, le avisaré a Zanoba. Tú irás, Fitz?", pregunté.

"Este, yo. Déjame preguntar a la princesa", dijo y se fue.

Con los chicos nos reunimos a la salida, cuando ya nos íbamos, llegó Fitz, a quien al parecer le autorizaron unirse a nosotros.

Llegamos a un bar y empezamos a comer, beber y conversar alegremente. Me sorprendió ver a July beber alcohol. Cuando le pedí a Zanoba que no le diera, Elinalise explicó que los enanos beben mucho alcohol, es natural para ellos y no les afecta como a los humanos, así que dejé en paz ese asunto. Cuando ya estábamos algo ebrios, Elinalise empezó con sus malditas bromas.

- Oye Rudeus, ¿ya has encontrado con quién sanarte? - eso casi me hizo escupir mi cerveza.

- Oye Elinalise, podrías callarte.

- Ay, por favor, no es tan grave.

- ¿De qué se trata? - preguntó Cliff con curiosidad.

- Bueno, Rudeus tiene una enfermedad mental que afecta a los aventureros.

- ¿Qué es? - dijo Fitz.

- Ya diles - dije yo, no me importa (estaba ebrio y empecé a hablar más de la cuenta).

- Bueno, al pobre Rudeus aquí lo abandonó una chica y no puede estar con otra mujer , porque cuando trata de hacer el acto esa mujer se le aparece en la cabeza y lo deja perdido en sus recuerdos con ella.

- ¿Qué? - dijo Cliff, vaya, no lo sabía.

- Sí, no está grave, la verdad. Esto tiene cura, solo debo darle tiempo.

- ¿Y cómo te curas, maestro? - preguntó Zanoba.

Bueno, una terapeuta que visité (mentira, era una puta, pero no iba a decirles eso), me dijo que la única forma de curarme es enamorarme de nuevo.

"Por eso hiciste esos experimentos con Rinia y Purcena, maestro", dijo Zanoba.

"Oye, ¿y tú cómo sabes eso?", pregunté..

"Bueno, ellas me dijeron, maestro, que se habían besuqueado contigo y que tenías un gran autocontrol".

"Sí, les mentí, les dije que había practicado meditación. Espero que ustedes cierren la boca, no quiero que esas dos digan a toda la universidad mi problema".

"Está bien, maestro".

"Así que te besuqueaste con ellas", dijo Fitz, con sus mejillas infladas y rojas de furia (¿qué diablos le pasa a este chico?).

"Fue solo un experimento, Fitz, y no funcionó. Obviamente no estoy enamorado de esas dos. Y solo fue eso, no lo volveré a hacer".

"Oooo, está bien", dijo Fitz, dándome una sonrisita.

Elinalise vio esto con una pícara sonrisa..

"Oye, Rudeus", dijo Cliff, "las mujeres no están ahí para que tú te aproveches", una mujer y un hombre..... San Milis dijo...

Y así comenzó con un largo sermón al más puro estilo de un cura católico.

"Ya déjalo, Cliff", dijo Elinalise, "él no es un seguidor de Milis y su padre tiene dos esposas. La mayoría de la gente de Asura practica la poligamia. Déjalo en paz".

"Está bien", dijo algo molesto, "pero eso no está bien usar a las mujeres asi ", remató.

"Escucha, Cliff, solo trataba de curarme. No lo hice con mala intención".

"Y ¿quién fue esa chica que te dejo asi?", preguntó Cliff, "¿fue Eris?"

"Sí, fue ella, la misma a la que le pediste matrimonio , ¿recuerdas Cliff?".

"¿Cómo es eso, Cliff?", preguntó Elinalise, sonriendo pícaramente.

"Yo solo era un niño cuando la conocí, pero ella estaba muy enamorada de Rudeus. Elinalise, yo solo te amo a ti", dijo un nervioso Cliff.

Eso le dio mucha risa, a Elinalise, "obviamente a la mujer no le molesta una historia de un niño enamorado".

"En fin, Rudeus, cuéntame qué te pasó. Práctico para ordenarme como sacerdote, tal vez hablar te ayude (supongo que es como confesarse con un cura)".

"Bueno, cuando regresamos a Asura, su familia estaba muerta. Un noble la pidió como concubina, mi padre ya me lo había advertido, así que planeaba huir con ella. Esa noche ella entró a mi tienda y, bueno, ya sabes, nos hicimos adultos juntos esa noche, nos juramos amor y le pedí matrimonio. Ella parecía muy feliz, pero al otro día ella había desaparecido, solo dejó una nota que decía que no éramos compatibles. Nunca la volví a ver desde entonces.

Y ahí me puse a llorar delante de todos, tornando muy incómoda la situación. Fitz me dio palmaditas en la cabeza y Cliff daba palabras de aliento, mientras Zanoba decía que no importaba, tenía a las figuritas (maldito insensible).

"Hey, tranquilo Rudeus", dijo Elinalise, "tu padre regresará en algún momento y Roxy de seguro vendrá con ellos, ella te va a curar".

"¿Qué? ¿Roxy?" chilló Fitz.

"La conoces," preguntó Elinalise.

"Solo de nombre, ¿por qué ella puede curar a Rudeus?"

"No te lo ha dicho, ¿una vez los sorprendí besándose en el continente demoníaco?"

"¿Qué?" dijo un sorprendido y cabizbajo Fitz.

"Otra vez", dijo Cliff indignado, "no tienes remedio", y ahí salió con otro sermón.

"Ya déjalo, Cliff, el chico está sufriendo, deja de ser tan sacerdote".

"Está bien", dijo molesto Cliff.

"Roxy, siempre pensaba en ti, Rudeus. Varias veces la sorprendí diciendo tu nombre". Dijo Elinalise

"¿En serio, mientras soñaba?" pregunté.

"Sí, digamos que sí", dijo Elinalise pícaramente..

"Bueno, pero para eso faltan años", dije.

Y así terminamos la noche. Regresé muy ebrio a la universidad luego de despedirme de los chicos. Fitz me acompañó a mi cuarto. Estábamos tan ebrios que olvidamos lanzarnos hechizos de desintoxicación.

"Escucha, Fitz, gracias por acompañarme, eres un buen amigo".

Si tranquilo me dijo el peliblanco

"Oye, Fitz", le dije muy ebrio, "¿estás seguro de que no eres una niña?"

Fitz solo sonrió muy ebrio y ahí perdí la conciencia.

Cuando desperté en la mañana, un agradable aroma estaba en mis sábanas, un aroma muy familiar pero que no podía recordar dónde lo había sentido antes, un aroma que por alguna razón me llenó de melancolía.

Pensamientos de Silphy

Al fin supe lo que le pasó a Rudeus, ella lo abandonó. Esa chica lo dejó como si fuera basura, después de quitarle su primera vez y después de que él la cuidara por 3 años. No pude evitar sentir pena y ganas de darle una lección a esa Eris.

Pero también me decepcioné de Rudeus, (mira que estar besuqueándose con esas dos.)

No pude ocultar mi ira. Pero debí esconderla, esa elfa me miraba como si supiera que estaba celosa (y cada vez estoy más segura de que ella es mi abuela, se parece demasiado a mi padre, le preguntaré cuando me la encuentre sola).

Además, me enteré de que la maestra Roxy también está enamorada de Rudeus y él también la quiere. Maldición, si no hago algo, lo perderé.

Aunque no me molestaría con la maestra Roxy, la quiero y la respeto mucho, pero me da envidia que la maestra le diera su primer beso y esa Eris su primera vez.

Cuando ya regresamos ebrios, llevé a Rudeus a su habitación. Mientras se dormía en su cama, me preguntó si yo era una chica. Solo le sonreí Cuando me quité las gafas y le dije "soy Silphy", él ya estaba dormido.

Le quité la ropa y lo arropé, pero antes de irme, recordé cuando éramos pequeños y me colaba en su habitación.

No sé si fue la nostalgia que sentía o qué, pero me saque mi ropa quedando solo en ropa interior y me acurruqué a su lado. Dormí abrazada a él como cuando éramos pequeños, no pude evitar sentir su cuerpo tonificado, así que dormí muy sonrojada y con una gran sonrisa.

Desperté cerca de las 5 de la mañana y rápidamente me levanté y vestí antes de que él despertara. Antes de irme, lo besé en la mejilla y le acaricié el pelo. Así que regresé a mi habitación, donde tuve que darle largas explicaciones a la princesa.


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