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Chapter 7: Miradas.

Durante el transcurso de aquella misma tarde podía vislumbrarse en algún extraño e inmenso lugar de las más recónditas y profundas instalaciones del Dogma Central un inmenso salón en cuyo corazón una joven y delicada figura femenina estaba flotando ligera y graciosamente en el interior de un estanque tubular pletórico de un líquido anaranjado que la mortecina luz emanada desde aquella cisterna iluminaba ligeramente aquel espacio, dándole a este una ambientación muy semejante al color del ocaso. Y fuera de aquella grácil presencia tan solo otras dos personas se encontraban en aquel lugar, dos científicos; un hombre y una mujer.

Por una parte la doctora Ritsuko Akagi se hallaba sentada frente a una consola que comandaba todos los sistemas informáticos de aquel recinto. Intentando concentrarse plenamente en la labor que le había sido encomendada, pero dos pensamientos que divagaban por su mente atentaban contra dicho cometido.

El primero de estos se centraba en la figura del Comandante que se encontraba de pie a su lado, no muy lejos de ella. Ritsuko podía ver de reojo como en en esos momentos él estaba centrando su atención en aquella chica que estoicamente mantenía cerrados sus ojos mientras permanecía sumergida en dicho estanque; pero imaginaba ella que en realidad seguramente aquel hombre no debía encontrarse observando a aquella fémina, porque esa chica era tan solo una forma, un espejismo que tenía apariencia real, pero que en realidad no era mas que una bella ilusión. Era extraño, de todo lo que había en las instalaciones del cuartel, esa chica era una de las pocas cosas que eran absolutamente imprescindibles para los planes de aquel hombre, ello pese a que en principio esa chica era absolutamente reemplazable y, de hecho, vivía permanentemente concientizada con dicha idea, al tal punto de que nada parecía importarle para ella.

"El Comandante solo tiene ojos para ella. Todos nuestros objetivos se centran en lograr sus planes, que también son los planes de ella…"

"Los planes de esa". Termino de pensar Ritsuko de manera dolorosa y molesta a la vez.

Para paliar aquellos pensamientos y, de paso, aparentar el diligente cumplimiento de sus deberes, aquella mujer volvió a centrar su mirar en aquella chica. Y basto con mirarla por solo unos pocos instantes para rememorar cuanto la detestaba con toda la fuerza de su ser, y no era para menos. Ver a esa chica que, pese a su frágil apariencia, poseía mas valor para ese hombre que cualquiera otra cosa en el universo, mientras la relegaba a ella al rol de un simple peón de ajedrez que podía ser fácilmente sacrificable era algo que la hacía sentir miserable, y detestaba sentirse así.

"Ella no es real, nunca lo ha sido, y nunca lo será. Tan solo es un mero objeto, un alma esclava que tan solo puede vivir para servir la voluntad de sus creadores y que vivirá por el tiempo que nosotros estimemos conveniente. Un alma que ha sido incapacitada para cuestionar el destino que le hemos trazado. Un alma que hemos acallado hasta convertirla en una esclava de nuestros designios, un alma inerte". Reflexionó con profundo odio esa blonda.

Y sin embargo, la ira que había dentro de esa mujer no puedo evitar que su mente rememorara cierta enseñanza filosófica que la ciencia por ella conocida, lejos de desacreditar, parecía corroborar.

"Pero si resulta ser verdadero que lo que distingue a los hombres de las bestias es su capacidad de decidir y de elegir su propio destino, entonces incluso alguien como ella podrá llegar a escapar de la miseria impuesta. Y si ello fuere así; no habrá ninguna cadena, por fuerte que esta sea, que sea capaz de limitarla para siempre".

Un suspiro de resignación emergió desde lo más profundo de esa fémina, quien no pudo evitar cuestionarse para si misma:

"¿Cómo alguien a quien se le ha enseñado a despreciar su propia vida puede ser capaz de afectar las vidas de todos los que se cruzan en su camino y marcarlas tan profundamente, al punto que esas marcas se adhieren a ella misma?".

-No quiero ni pensar en lo que será de nosotros el día en que esa alma despierte-. Susurro levemente la doctora luego de un larguísimo tiempo sumergida en sus propias cavilaciones, quebrantando el férreo mutismo que gobernaba en dicha habitación y que, hasta entonces, tan solo era desafiado por el tímido sonido de las terminales de computadoras que analizaban los datos recolectados.

Por otra parte, el Comandante no pareció prestar atención a ese último susurro. En su lugar, parecía encontrarse demasiado absorto pensando en sus planes; pero, por sobre todas las cosas, en cómo los últimos acontecimientos los habían alterado por completo.

"A pesar de todo, Shinji nunca logro aprender ni entender de qué se trataba la lucha de la vida. Otra vez huyo de su destino. Pero entonces, ¿Por qué regreso a pelear en la última batalla? ¿Es que ese chico pretendió impresionarme con una muestra de heroísmo barato?"

-No-. Negó con un murmullo apenas audible antes de regresar a sus divagaciones mentales.

"Pude vislumbrar verdadera convicción en su mirar cuando me grito con ira "Soy el piloto del Evangelion unidad primera y por eso debo pelear", antes de marchar a la batalla.

Entonces…

Un Eva con dos almas… ¿Por qué acogiste al alma equivocada? Todavía no era tiempo de cobrar la deuda. Y el alma de Shinji no era el precio a pagar".

Nadie se dio cuenta de ello, pero Gendo subió levemente la cabeza y contempló fijamente a la chica que flotaba dentro del estanque y pensó en el destino que le había trazado. Donde, quizás, durante algún tiempo ella todavía podría serle útil como piloto de Eva. Pero por mas ardua que fuera la lucha esta no sería eterna, y si los hombres lograban al final imponer su voluntad por sobre la voluntad de los dioses, la humanidad habrá conquistado el derecho a decidir su destino. Él sabía bien cual debía de ser ese destino y tenía todas las herramientas necesarias para forjarlo.

Pero con un Eva sin su control, ahora todo se volvía incierto y oscuro, al igual que las sombras que gobernaban la inmensidad de aquel cuarto, las que solo se rompían por la luz mortecina que emanaba de aquel estanque.

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Al día siguiente Asuka caminaba sola hacia las dependencias del NERV. Casi siempre ella solía realizar acompañada este recorrido, pero desde ahora en adelante seguramente tendría que hacer ese recorrido en solitario. Cruel ironía, siempre buscaba estar sola. Y ahora que por fin lo estaba, se daba cuenta de lo triste que puede llegar a ser la soledad y de cuanto a veces necesitas de alguien que este a tu lado, aun si ese alguien tan solo estuviere ahí contigo para acompañar sus pasos.

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Mas tarde, una cápsula del tipo "Entry plug" era insertada dentro del Evangelion unidad 02; y segundos después se completaba la activación y se iniciaba la secuencia de sincronización. Sin embargo, y después de largos minutos de esperas y ajustes, los operadores señalaron los resultados de los índices de sincronización de Asuka, los cuales estaban muy bajos, estancados en un 28 por ciento.

Ajena a todos los análisis de los controladores y del personal científico, la muchacha que era también conocida como la segunda elegida permanecía ajena a la prueba, todavía inmersa en su propio tren de pensamientos.

"Heme aquí otra vez, piloteando el Evangelion. Otra vez estoy a cargo de esta maquinaría torpe, torpe producto de una piloto torpe que ya no quiere pelear, porque ya no tiene valor para ello.

He fracasado. Creía ser la mejor, pretendí ser la mejor, y solo probé ser una presumida que no vale nada, no tengo nada, no tengo a nadie. Solo me he convertido en un ser aborrecible que tan solo sabe aborrecer todo lo que hay a su alrededor, porque me aborrezco a mi misma"

"¡Rayos!" Pensaría para si misma mientras negaba con la cabeza, ello antes de proseguir. "No puedo pensar así. Debo ser la mejor, debo ser la mujer fuerte que jure llegar a ser, debo hacer que mi madre se sienta orgullosa de mi…"

Asuka levanto levantar firme su cabeza, buscando con este último gesto proyectar entereza y decisión tanto para sí misma como para cualquiera que la estuviera viendo. Pero en lugar de ello solo logro levantar lentamente su cabeza y proyectar con su lejano contemplar una mirada deprimente. Y lo peor, es que en el fondo de su ser sabía que no podía proyectar otra impresión que la miseria. Por eso no pudo sostener la frente altiva y volvió a caer.

Desde el interior de su colorada unidad, la segunda elegida no veía la situación en el puente de mando, pero ellos si la veían. Y el personal tomo esas expresiones como un indicador mas que corroboraba los magros resultados estadísticos de Asuka.

-Aumenten la pureza del LCL e incrementen en un grado la presión interna, quizás con eso podamos obtener mejores resultados-. Ordenó la Doctora Akagi.

-¿No sería ello peligroso doctora?-. Le comentó preocupada Misato.

-Los índices de sincronización de Asuka todavía están muy bajos como para obtener datos fiables de la reconstrucción de la unidad 02. Este experimento tiene por fin probar si la reconexión nerviosa de los brazos del Eva es plena o si todavía necesitamos realizar mas ajustes.

-Probablemente Asuka aún se encuentre demasiado afectada por los últimos sucesos. No olvidemos lo que le paso…

-Mayor Katsuragi. No tenemos mucho tiempo y necesitamos con premura tener a la unidad segunda y a su piloto en óptimas condiciones de poder pelear en caso de presentarse alguna batalla. Una piloto que no pueda sincronizar con su unidad nos es inútil.

Pese a la frialdad mecánica de este comentario, Misato comprendió el problema. Ahora todo dependía de la segunda elegida. Pero no todo estaba tan claro para la Mayor.

-¿Por qué Rei no está aquí haciendo la prueba?

-La prueba de Rei fue efectuada ayer, y preferimos hoy día enfocar todos nuestros esfuerzos en la segunda elegida. Además, aún no hemos logrado reconstruir completamente la unidad cero, esta nos ha presentado muchos mas problemas de los presupuestados.

Por algunos segundos Misato recordó lo ocurrido con dicha unidad en la última batalla. Oficiando de bomba humana, Rei intentaba neutralizar el escudo AT del enemigo a fin de asirse al ángel y adosarle una bomba N2 en su núcleo, pero a último segundo el ángel logro levantar de la nada un refortalecido escudo y expulsar al Eva 00 junto con la onda expansiva de la explosión. Ello le significo a dicho Evangelion perder sus brazos y piernas, así como ver destruido su abdomen e incinerado completamente su tórax. Irónicamente, este suceso en principio desafortunado fue lo que permitió que Rei sobreviviera. Si la primera elegida hubiera conseguido el éxito en su cometido, tanto ella como su Evangelion habrían sido destruidos juntos con el enemigo.

-¿Y qué pasará con Ayanami?-. Pregunto Misato mientras su mente retornaba a la realidad presente.

-Mientras no tengamos la unidad doble cero operativa, la situación de la primera elegida continuará en espera hasta un nuevo aviso.

-¿Y todavía mantendremos el Eva 01 en congelamiento indefinido?

-Mientras la comandancia no nos ordene lo contrario. No podemos alterar esa orden.

-Ya veo-. Respondió Misato, sin mas opción que saber resignarse ante dicha problemática.

Ante el silencio de la Mayor, Ritsuko le pidió a una operadora que allí había los datos de la sincronización de la piloto con el Eva 02. Estos eran decepcionantes, a pesar de las medidas adoptadas, la sincronización de Asuka apenas se había incrementado en punto y medio porcentual, y ya no se podía hacer nada más, so pena de entrar a afectar todavía más a la piloto.

Desalentada ante este resultado y en un intento por subir este magro resultado, Ritsuko solicitó comunicarse con la piloto.

-Asuka. Tienes que concentrarte en la prueba, no pienses en otras cosas.

La piloto no parecía estar atenta al experimento, prueba de ello fue que no contesto a la doctora.

-¿Me estas escuchando Asuka?. Procura concéntrate en esta prueba…

-Lo intento… eso intento…-. Fue la respuesta susurrante de la piloto.

-No es suficiente que lo intentes. Tienes que concentrarte en la prueba…

-¡Es lo que intento hacer!-. Grito con furia, acompañada esta exclamación de un dejo de pena.

-Doctora, hemos perdido el punto porcentual que habíamos ganado-. Señalo Maya.

-Maldición. Esta prueba fue un total fracaso-. Maldijo por lo bajo Ritsuko. Luego, mientras cortaba la comunicación, se dirigió a su asistente. –Guarda los resultados de esta prueba y demos por finalizado el experimento-.

-Pero doctora, aún nos queda una hora para continuar con la prueba. Quizás si esperamos un poco…

-Si vamos a continuar obteniendo resultados como estos, el insistir con la prueba ya no tiene sentido-. Sentencio bastante molesta la científica al interrumpir a su subordinada.

Por unos segundos, la operaria miro hacia el gigantesco monitor que tenía en frente, a la espera de que Asuka reaccionara de alguna forma, pero nada pasaba con ella. Finalmente, Maya guardo los datos en los registros de MAGI y preparo el sistema para poner fin a la prueba.

Cerca de un minuto después, Misato informaba a Asuka del fin de la prueba. Ella no respondió ante esto, mientras cesaba la visión panorámica del hangar, y los destellos multicolores se sucedían unos tras otros hasta que se revelaron las desnudas paredes metálicas del entry plug.

Mientras Misato se retiraba para ir a buscar a su pupila, Ritsuko pensaba en la situación de Asuka. Era evidente que en las condiciones actuales ella no podría desempeñar por si sola el rol de piloto de Eva. Quizás, ella ya no podría ser nunca mas piloto de Eva.

En todo caso, la pregunta de Misato era interesante. No quiso darle entonces una respuesta, pero a este paso era muy probable que se avanzaran en los experimentos de sincronización de Ayanami con la unidad dos. En teoría era factible hacerlo, pero intentar hacer sincronizar a Rei con una unidad que no le era familiar en lo absoluto podría provocar variadas dificultades. En todo caso era apostar desde ya por esa alternativa, o pensar en alguna posibilidad mas radical, pero no por ello menos improbable.

Iniciar la búsqueda de un piloto de reemplazo.

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Mas tarde, sentada en una banca de los camerinos de mujeres, la segunda elegida estaba deprimida; mascullando por lo bajo la frustración y la rabia de ya no poder ser más la poderosa piloto que pretendía ser. Ella se sentía lo peor, ya no podía seguir piloteando el Eva, porque ella se sentía indigna para ello.

"No he logrado nada de lo que quería y aun así estoy aquí, piloteando el Eva y luchando sin saber porque lo hago… Ya no tengo motivación para luchar. Cualquiera puede ser mejor que yo. Y sin embargo todavía sigo aquí… ¿Por qué?".

-¿Por qué?-. Susurro lastimeramente Asuka.

-¿Por qué de qué?-. Le preguntó suavemente otra voz hasta entonces ausente. Esa voz que en silencio la había estado esperando en el interior de aquel camerino hasta que apareció de manera inesperada.

-¡Qué haces aquí!-. Gritó notoriamente sorprendida la segunda elegida ante tan inesperada irrupción.

Por su parte la interpelada no respondió, sino que se acercó hasta sentarse junto a Asuka. Esta no le prestó atención, pero de reojo pudo observar como un par de ojos rojos la miraban detenidamente pletóricos de una curiosidad inocente.

-¿Qué es lo que quieres?-. Volvería a preguntar una Asuka algo mas serena, pero todavía algo molesta. Ella quería estar sola, pero esa presencia se lo impedía.

-¿Qué es lo que tú quieres?-. Respondió Ayanami.

-Quiero estar sola. No me molestes.

-¿Por qué tú quieres estar sola? Siempre estás sola.

-¿Pero de que estas hablando? ¿Por qué siempre me hablas tan extrañamente?

Un tenso e incómodo silencio se formó en el ambiente, Rei dejo de mirar a la pelirroja y dirigió su mirada hacia un inmenso espejo de pared que se encontraba en frente suyo, mientras por medio de este observaba a su compañera quien miraba hacia el suelo frustrada y con la cabeza gacha.

-¿Acaso es el Eva?-. Quebrantó el silencio Ayanami con esa interrogante.

-¿El Eva?. ¿Pero de que hablas…?

-No se mueve-. Interrumpió la primera elegida en una tonalidad que parecía una interrogante, aunque en realidad no lo era.

-¡Ja! Ya lo veo… Así es que todo se trata de eso… ¿Verdad?-. Terminó inquiriéndole Asuka en fuerte tono sarcástico luego de un prolongado rato de silencio. -Supongo que ahora estarás muy contenta de que ya no pueda pilotear, de que pronto mi inutilidad se haga manifiesta y deje de pilotear ese armatoste. Y cuando eso ocurra ya no estaré mas aquí y tú ya no tendrás que verme mas…-.

Luego de un largo silencio y ante el mutismo de Rei, Asuka prosiguió con profunda molestia en su voz. -De seguro que esa noticia te pone contenta ¡Verdad chica modelo! ¡Verdad!-. Terminó de gritarle una Asuka profundamente enrabiada por el hecho de saberse inútil, mientras sus ojos azules reflejaban la desdicha que trataba de ocultar bajo una mascarada de furia, la misma que solía usar para espantar a cualquiera y que normalmente solía funcionarle. Pero en esta ocasión tamaña estratagema parecía no funcionar frente al mirar carmesí de aquella chica, ese mirar que normalmente parecía muerto y lejano, pero que ahora exhibía un dejo de tristeza al haber oído aquellas hirientes y tristes palabras.

-Contra lo que crees, no me hace feliz la idea de que te vayas-. Fue la demorosa y algo lastimera respuesta de la primera elegida.

La pelirroja miro descreídamente a la chica peliazul, pero en vez de responderle sarcásticamente, ella volvió a mirar a aquellos ojos que daban la impresión de ser absolutamente incapaces de mentir. Y al observarlos, pudo saber que contra lo que pudieran hacerle creer sus prejuicios, Rei no estaba mintiendo.

Trato de mantener firme la mirada, pero ya no pudo seguir Asuka mirando directamente a aquellos ojos que parecían tener la capacidad de escrutar hasta en los mas profundos recovecos de su alma. Pero a su vez parecían esos mismos ojos capaces de estar siempre dispuestos a perdonar y a aceptarlo todo; inclusive a alguien como ella, quien solo había tenido actitudes de profundo desprecio hacia ella. No, la pelirroja ya no podía seguir mirando esos ojos que no solo podían ver dentro de ella, sino que ahora la estaban forzando a verse ella misma. Y aquello le estaba causando mucho dolor.

Bruscamente la segunda elegida aparto la mirada mientras le gritaba. -¡Cállate! No necesito de tu falsa compasión-.

Pero en vez de lograr atemorizarla o alejarla, la muchacha de mirar escarlata se acercó aún mas hacia ella a fin de poder mirar nuevamente a la cara de Asuka. Al ver esto ella rápidamente volteo su cara para el otro lado. No quería que nuevamente vieran flaquear su voluntad y dejar expuesta a esa alma lastimada que tan solo quería llorar.

Pero la respiración entrecortada y el aura lastimera que rodeaba a la segunda elegida pudieron ser percibidas por su compañera.

Las delicadas y pálidas manos de Rei corrieron los mechones pelirrojos que cubrían la cara de Asuka y pudo ver las facciones de estas sumidas en la tristeza. Suavemente las manos de Rei recorrieron las mejillas de la pelirroja muchacha y cortaron el débil surco de lágrimas que de forma silenciosa descendían por estas. Finalmente y con gentil suavidad aquellas manos hicieron levantar la cara de aquella jovencita y le permitieron observar aquellos ojos azules que normalmente irradiaban fuerza y decisión, pero que ahora lucían deslucidos y acuosos, llenos de dolor y soledad. Ayanami pudo reconocer el sentimiento que transmitía ese mirar, ese sentimiento de tristeza y soledad que ella conocía muy bien, porque durante mucho tiempo había estado inmerso en medio de el sin saber como escapar de el, porque creía que la infelicidad perpetua era su inexorable destino. Ahora era Rei quien podía verse a sí misma en los ojos de la alemana.

Esas albas y frágiles manos, que a primera vista parecían ser tan gélidas e inmisericordes estaban secando esas lágrimas y dándole calor a esas mejillas húmedas y frías. Pero no solo era el calor físico el que estaba recibiendo Asuka. Junto a esto, un agradable sentimiento de calidez empezó a apoderarse de ella, reemplazando a la soledad y al dolor. El sentimiento de que fuera de ella había alguien mas que la estaba aceptando tal cual era y que le invitaba a mostrarse tal cual era, sin necesidad de que tuviera que fingir o tratar de ser algo que no era.

Asuka estaba plenamente embargada de una sensación de bienestar que hacía demasiado tiempo no experimentaba. Dejándose llevar, la pelirroja tomó entre sus manos aquel rostro de porcelana y lo acerco hacía si, tocándolo y explorándolo unos momentos mientras cerraba sus ojos y acercaba su boca a aquella otra boca.

Rei abrió fuertemente sus ojos, nunca se habría esperado una respuesta así de la segunda elegida. Ella la estaba… ¿besando? Estaba profundamente turbada ante esta reacción, no sabía que pensar. De hecho, a esas alturas ya no estaba pensando, tan solo estaba sintiendo como los labios de Asuka se juntaban con los suyos, primero como un simple roce y luego como una tenue caricia de suaves labios. Paralizada ante esto, en un primer momento dudó y sintió las ganas de retroceder, pero las acciones terminaron siendo más rápidas que el pensamiento. Fue por esa razón que Ayanami no solo no escapo; sino que, sin darse cuenta, ella permanecía allí correspondiéndole, devolviéndole el beso con una extraña e irrefrenable ansia de querer con ese beso encadenarse y fundirse con esa otra alma hasta el punto de volverse una sola alma con ella.

La chica germánica presintió el ansia de su compañera, correspondiendo a su deseo dejó de lado aquel ósculo inocente y sin separar sus labios paso a besarla más apasionadamente. Sin darse cuenta, ya ninguna de ellas se encontraba en un párvulo e inocente juego, ambas estaban ya involucradas en un dulce y sublime juego de labios y pasión por el cual se estaban entregando por completo, con sus lenguas buscándose y explorándose mutuamente mientras buscaban sentir de esta manera el contacto con sus almas. La eternidad contenida en unos segundos mientras los segundos se convertían en eternidades, un momento donde el tiempo se detuvo y todo parecía ser gloria perpetua y sublime para esas dos chicas en aquel camerino. Todo ello parecía ser una dulce fantasía para Asuka, quién tímidamente abrió sus ojos a fin de poder contemplar a aquel ser divino que estaba dándole el aprecio que ella desesperadamente había estado buscando en secreto durante largo tiempo.

Pero al abrir sus ojos azulosos ella volvió a toparse con aquellos ojos carmesíes que habían sabido prodigarle algo mas que un simple consuelo. Algo en su interior le dijo que esto no estaba bien. Tomo las manos de Rei y las retiró de su rostro, mientras Asuka se revelaba asustada y temblorosa. Ahora sentía miedo, miedo de esta emoción que desconocía y que nunca había esperado llegar a conocer, mucho menos de alguien como ella. Miedo, miedo de lo que había hecho y que la podía llevar a reincidir. Miedo de que todos sus prejuicios fueran destrozados por esa boca de chica inocente, por esas manos albas y aparentemente frías como la nieve pero a la vez cálidas como la luz del sol de verano, de esos ojos que la invitaban a perderse.

-Yo… yo…

Asuka no lograba articular palabra alguna, su corazón latía aceleradamente y su mente no pensaba nada bien. Por lo que, sin decir más nada, ella hizo lo único que pudo ocurrírsele para hacer frente a esta situación que se le estaba volviendo incontenible.

Huyo. La chica pelirroja salió corriendo del camerino a fin de escapar de aquel mirar, a fin de escapar violentamente de aquella chica que había hecho nacer en ella un desconocido e irrefrenable deseo en su ser.

Y mientras Asuka se perdía en su confusión y en las laberínticas instalaciones del geofrente, Rei permanecía ahí, incapaz de salir de su asombro. No solo por lo que Soryu le había hecho, sino por como ella le había respondido. Jamás había sentido ese impulso loco y desenfrenado de querer con tanta pasión. Y lo había sentido de una chica que hasta antes de dicho encuentro le profesaba abierta antipatía, quizás hasta la odiaba. Pero entonces… ¿Por qué la besó? Vanamente trató Rei de encontrar durante un largo rato respuesta para tamaña interrogante, ello mientras se descubría inconscientemente pasando uno de sus dedos sobre sus todavía húmedos labios, como un intento de replicar esa agradable sensación que había sentido hace unos momentos.

Rei Ayanami se llevó sus manos a la cara, y recién entonces pudo darse cuenta que se hallaba temblorosa, jadeante y con el irrefrenable anhelo de volver a encontrarse con aquella boca para poder besarla una vez mas, volver a explorarla y sentirla por completo, volver a sentir esa calidez…

Y fue entonces cuando Rei susurro la palabra que designaba a quien ahora se había transformado en el único centro de todos sus pensamientos.

-Asuka.

______________________

Continuará…

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