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Chapter 2: El email

Nunca fui una persona habilidosa, esa es la verdad, ni en los deportes, ni en aquello que más me gustaba, los juegos de ordenador o de consola, no, no lo era, no tenia ni la capacidad de sincronización mano ojo, ni la intuición para el combate, ni la paciencia para transformar mis defectos con trabajo duro.

Tampoco esto me transformo en el típico nerd, era simplemente un niño normal, ni el más alto, ni el más guapo, ni el más bajo, ni el más listo, ni el más tonto. No era rico pero tampoco era pobre, no pesaba sobre mi ni el peso de la orfandad, ni de una familia dificil, ni un deseo de venganza. No era el típico personaje de novela con un pasado oscuro o violento.

Solo era eso un niño que por mucho que le gustasen los videojuegos no daba la talla, no conseguía avanzar o pasarme los juegos de moda... Por eso pronto descubrí mi segunda gran pasión detrás de los propios videojuegos, hacer trampas, buscar trucos o simplemente piratear los juegos...

Muchos juzgarán mi comportamiento tramposo como una simple debilidad de carácter... sin embargo para un chico de ocho años, tener que leer tablas en hexadecimal para poder piratear un juego ¿era menos elogiable que solo ser un buen jugador?, ¿saber aprovechar ese pixel de la pantalla donde te podías esconder era peor que ser el mejor en combate?, al final aprendí de otra forma a ganar en esos mundos de fantasía, de otra forma, por un modo que todos lo criticarían pero al fin y al cabo eran mis victorias.

Pase una adolescencia común, con una vida social convencional, y acumulando mucha experiencia en este campo, era un cheater, muchas veces los juegos solo pasaban por mis manos con el reto de piratearlos o cheatearlos, o descubrir los exploits que había en los mismos.

Sin ser un gran estudiante conseguí pasar selectividad y entrar en la carrera de informática, e incluso dentro de la comunidad online conseguí hacerme un nombre con mis trabajos de desguace de juegos, por un lado era mala fama para los buenos jugadores, por otro una ayuda para aquellos sin habilidad como yo, y por otro un dolor de cabeza para las empresas de videojuegos, que veían como sus trabajos de meses para crear un cierto nivel de dificultad quedaba en nada por fallos que un veinteañero descubría y publicaba...

De este modo un día llego mi primera oferta de trabajo de una compañía de videojuegos... requerían mis servicios para encotrar esos fallos antes incluso de sacar a la venta el juego... No os mentiré sin ser un super salario, comparado con el esfuerzo de muchos amigos del colegio y el instituto no me ganaba mal la vida.

Así fui pasando de un juego a otro siendo pagado por ello y siguiendo destrozando las tripas de aquellos juegos de moda que no se dignaban a contactarme... Mi nombre online se hizo famoso en ciertos circulos Ikky the Cheater, mis guías para tramposos se vendían bien y la vida me sonreía.

Me gustaba la comodidad, me encantaba la libertad de teletrabajar donde quisiese, por eso cuando ahorré un poco me mudé a un pueblo, de provincias, suficientemente grande como para que hubiese una buena conexión de internet, pero a la vez suficientemente pequeño como para que el precio de la vivienda y la vida fuese lo más barato posible.

Tenía una casita de pueblo, dos plantas tres habitaciones, una buena cocina y un salón con chimenea, un patio trasero ¿que más podía desear? Y una hipoteca tan pequeña que para cuando cumplí 32 años tenía pagada.

Con la llegada de los juegos moviles y sobretodo con los juegos pay to win, mis servicios se hicieron más demandados... Que empresa que dependiera de que la dificultad de su juego incentivase que la gente comprase los paquetes de pago se arriesgaría a que un cheater como yo los desmontase el negocio publicando los trucos que permitirían a todos llegar al máximo potencial. De este modo cumplí 35 años...

Lo peor en mi vida la perdida de mi pelo, era un treintañero calvo y el hecho de no haber consolidado nunca una relación de pareja estable, la mayoría de las chicas no veían mi trabajo como algo serio y de futuro, en otros casos mi torpeza las... ¿ahuyentaba?, con el tiempo fui viendo como normal mi vida solitaria.

De vez en cuando viajaba a la ciudad a ver a mis padres, o ellos se venían alguna temporada a casa.

Era un martes, uno más de tantos y hacía apenas unas horas que había acabado mi último encargo... un truño de juego por el que me pagaron una buena cantidad... el juego por mucho gráfico, mucha IA, y mucho sistema estaba lleno de lagunas, la historia no estaba mal pero al final no dejaba de ser otro RPG más hecho para sacarle los cuartos a los chavales de 12 años... Entré, lo destripe en los tres aspectos que incluían mi trabajo... En cuanto a la seguridad de los archivos no estaba nada mal, no conseguí ponerle pegas de seguridad, ni hexadecimal, ni en estático ni en los procesos en juego, no hubo forma de poder acceder a piratear el contenido... Sin embargo en cuanto al juego y posibles exploits... dios mio pocas veces había visto algo tan descuidado... al querer hacer el juego realista habían caído en errores de bulto, escenarios utilizables que hacían más importante el saber aprovecharlos que las habilidades de los personajes, bugs utilizables … uf cosa mala... y a nivel de arquitectura del personaje miles de interacciones que creaban personajes OP de la nada...

Después de mandar mi informe me senté delante del ordenador. No había elegido ningún juego para poder así tomarme unas merecidas vacaciones... era lo que tenía ser freelance, organizarme, marcarme mis tiempos y ahora tocaba descansar excepto... que una oferta jugosa me hiciese cambiar de opinión...

Un email llegó a mi bandeja de entrada "Oferta de reclutamiento para Ikky the cheater", aunque no tenía muchas ganas de meterme en nuevos proyectos el hecho de que el remitente no fuese una compañía que conociese me llamo la atención, remitente: recruitment@athair.com... inmediatemente puse el nombre en internet y me llevo a la web más extraña que había visto para una web de juegos, porque realmente no lo era, la empresa y su web eran una startup que trabajaban en dispositivos para una realidad virtual inmersiva... pocos datos... nada claro, y mucho menos un juego detrás o eso parecía...

Leí el contenido del email con más curiosidad que otra cosa, porque ¿que querría de mi esta gente?:

"Estimado Sr Ikky,

Agradecerle ante todo la atención prestada por leer estas líneas. Somos conocedores de sus múltiples talentos y por ello querríamos contar con sus servicios en la fase previa de prueba de nuestro gran lanzamiento, el videojuego "World of Athair".

Este será el primer juego de realidad inmersiva con dispositivo de transposición neuronal del mercado, por ello y para poder satisfacer a nuestros futuros jugadores requerimos probadores de su calibre.

Para esta fase de beta tester solo participarán 2000 jugadores, el plazo de la prueba será de 3 meses máximos en los que se requiere una disponibilidad total y absoluta, sabiendo las molestias que esto puede suponer el salario será fijado en 50.000 euros más primas.

 

Conteste a este correo para concertar la entrevista.

Atentamente

El equipo de reclutamiento de Athair."

¿¿¿50.000 euros por 3 meses de trabajo??? eso era aproximadamente 1 año de trabajo con mi actual cache... No era una cantidad insólita, al menos no desde el punto de vista de los grandes jugadores profesionales que entre las compañías, sponsors y ganancias por retransmisión podían superar con creces esta cantidad, pero para mi me hacía replantearme mis vacaciones...

Hacía años que se esperaba un juego de realidad virtual "de verdad" nada de gafitas y manditos de 3D, un juego donde sintieses todo, y tuvieras control directo de tu cuerpo... Esto cambiaba mucho el desarrollo del mismo, pero también hacía depender más si cabe al jugador de sus habilidades reales...

Me preparé un café y me salí al patio para meditar sobre el tema cuando una espeluznante rata, enorme como un gato salió corriendo por el patio, intenté subirme encima de la mesa, pero con la torpeza de tropezar, resbalarme y caerme de ella con el café incorporado encima. Me había escaldado media cara, y la hija de **** de la rata parecía mofarse...

Salí corriendo como pude y me encerré en la casa, por suerte no me siguió así que ya se iría. Me fui al garaje, cogí mi pequeño utilitario y me fui a la ferretería más cercana, seguro que tenían veneno o trampas para ratas...

A la vuelta, tras dejar trampas con veneno para ratas por todo mi patio trasero y después de prepararme la cena contesté al correo.


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