Chapter 22: Robb - II
Robb Stark estaba sentado en el Trono del Invierno, la silla del señor de Invernalia, había estado ejerciendo como el Stark en Invernalia desde que su señor padre se viera en la obligación de partir al Sur, a la Corte del Rey Robert Baratheon, cuyo trono había sido conseguido más que por un derecho de conquista, por derecho de Sangre, al ser nieto de una mujer Targaryen.
El Rey, por lo que había notado Robb, era completamente incapaz de gestionar un castillo, y mucho menos de gobernar los Siete Reinos, por ello, el hijo mayor de Ned Stark estaba convencido que su señor padre permanecería en el Sur hasta que Robert o el mismo murieran de viejos.
La gestión del Norte, siendo igual, o aun mas extenso que todos los reinos sureños juntos, sumado a lo temperamentales que eran sus señores, y a lo dispersos que estaban cada uno de los asentamientos en el territorio de la Casa Stark, era cuando menos complicada, pero la Casa Stark había regido sobre el Norte entero desde hacia mas de mil años, cuando los últimos reyezuelos, los Bolton hincaron la rodilla tras una tempestuosa y sangrienta guerra.
Ahora Robb, como señor de Invernalia y Guardian del Norte de facto, debía mantener a sus vasallos en calma, y comunicados con Invernalia.
No había sido una tarea fácil, pero Robb había cumplido con sus deberes, aun si su mente estuviera ocupada por la preocupación que sentía por la familia que había marchado al Sur, le hacia falta la presencia de Jon su hermano bastardo, quien era capaz de mantener en la línea a los señores norteños más renuentes con su mera presencia por una razón que a Robb se le escapaba. Quería que sus hermanas estuvieran presentes, que su madre regresara, y que su padre recuperara la responsabilidad que le había hecho asumir.
Durante el tiempo que había actuado como el Stark en Invernalia, había tenido que recibir al enano hijo de Twin Lannister en sus salones, y eso, no había salido nada bien. No había cumplido apropiadamente con su deber, había demostrado que no quería al Lannister en sus salones, y mucho menos pasando la noche bajo su techo, eso estuvo muy mal, su padre estaría decepcionado, todo señor debe recibir a los visitantes nobles con la mínima cortesía y en eso Robb fallo, tan grande fue su fallo que el enano prefirió quedarse en una posada en las Inviernas que dormir en Invernalia.
Robb recordó todo lo que sucedió en ese largo periodo desde que su padre marchara al sur. Su señora madre se encontró cara a cara con un asesino que pretendía matar a Bran su hermano pequeño, y luego, su señora madre había viajado al Sur detrás de su padre con la intención de averiguar quien dio la orden de asesinar a su hijo, su única pista, una daga de acero valyrio.
El Gnomo regreso de su visita al Muro y Robb lo había desairado. Haciendo que el enano no quisiera recibir la hospitalidad de Invernalia.
Una carta llego al Norte diciendo que Jon su hermano bastardo había ganado el Torneo en honor al nombramiento de su señor padre como Mano del Rey.
Y no solo eso, el rey lo había legitimado por petición de su padre.
A Robb le gusto escuchar la noticia, y sintió que por fin trataban a su hermano con algo de justicia luego de casi enviarlo a congelarse al muro desperdiciando su vida.
Además, luego se informo a Invernalia que Jon seria nombrado señor de Foso Cailin y que los lacustres del cuello quedaban bajo su influencia directa, Robb lo considero apropiado, Foso Cailin siempre estuvo ligado con el gobierno de las marismas del cuello.
Mas tarde se enteró de que en su regreso al Norte, en la posada de la encrucijada que conecta los Tres territorios de los Ríos, las Tierras de la Corona y el Valle, Lady Stark había tomado prisionero a Tyrion Lannister y lo llevo al Nido de Águilas en el Valle tras haber proclamado que el diminuto hombre fue quien envió a un asesino a asesinar a Bran.
Robb creía fervientemente que su madre hizo lo correcto al capturar al enano, pero cuando llego ese cuervo… comenzó a cuestionarse si no se habían planteado las cosas adecuadamente.
Su padre Lord Eddard fue atacado por el Matarreyes, el hermano mayor de Tyrion en las calles de Desembarco del Rey. Varios buenos hombres del Norte murieron por eso, y Robb comenzó a pensar que tal vez se habían precipitado.
Los hombres de los Lannister arrasaban en las Tierras de los Ríos, amenazando la paz del reino.
Luego llego la noticia de que Tyrion fue liberado tras un juicio de combate. Todo había sido en vano.
Pero aun peor, otro cuervo llego a Invernalia, y dioses… cuan cierto resulto ese viejo dicho. Alas negras, palabras negras.
El Rey estaba muerto, y aun cuando su cadáver estaba fresco, supuestamente su padre, Lord Eddard había conspirado para usurpar el Trono, y ahora estaba retenido y acusado por traición.
Por otra fuente, específicamente por Lord Howland Reed, Robb supo que la Reina Cersei hizo que mataran a todos los hombres de Invernalia que habían seguido a su padre al sur, que tenían a su hermana Sansa como prisionera, y Dioses…
Que Jon había irrumpido en la Fortaleza Roja, y en una furia asesina acabo con varias docenas de capas rojas Lannister, junto a un Guardia Real, Meryn Trant que trato de capturar a Arya, el hombre no quedo con un cadáver entero, Jon lo hizo picadillo. Luego se abrió paso por los muelles, robo un barco y saco a su hermana de la ciudad.
Según el informe de Lord Reed las bajas Lannister y de Guardias de Desembarco del Rey ascendieron a casi doscientas.
Ahora su hermano estaba atrapado en Valle Oscuro, con los ejércitos de la corona fuera de la ciudad. Jon de algún modo se había hecho con el control del asentamiento tras tomar la fortaleza de los señores en un asalto limpio y sin derramamiento de sangre. Ahora los señores de Valle Oscuro estaban siendo retenidos como rehenes y la guerra entre el Huargo y los Leones había comenzado.
Solo había quinientos hombres dirigidos por el Guardia Personal de Jon que se dirigían a romper el asedio de Valle Oscuro y recuperar a su señor, y su hermana menor.
Robb sentado en el trono del invierno, miro a los señores presentes en sus salones, todos habían respondido a su llamado. Umber, Bolton, Karstark, Flint, los clanes de las montañas, los Mormont, Cerwyn, Dustin, todos ellos estaban allí.
Robb ahora tenia que convencerlos de seguirlo pese a su corta edad, aun no cumplía 16 años, por lo que no era considerado un hombre, pero debía bastar. Mientras perdían el tiempo aquí, sus hermanos estaban enfrentando un asedio, aislados en un mar de enemigos.
Había logrado reunir casi doce mil hombres, pero de poco servían si no marchaban, y ahora debía solucionarlo.
Creía haberse transformado en un auténtico señor, aunque ni siquiera había llegado su decimosexto día del nombre. Hasta los vasallos de su padre se daban cuenta. Muchos intentaron ponerlo a prueba, cada uno a su manera. Tanto Roose Bolton como Robett Glover le exigieron el honor del mando en el combate; el primero de manera brusca; el segundo con una sonrisa y una broma.
La recia y canosa Maege Mormont, que vestía cota de mallas como cualquier hombre, le dijo directamente que tenía edad para ser su nieto, y que no le iba a dar órdenes... pero que ella tenía una nieta que podría casarse con él. Lord Cerwyn acudió directamente con su hija, una doncella gruesa y fea de unos treinta años, que se sentaba a la izquierda de su padre y jamás levantaba la vista del plato. El jovial Lord Hornwood no tenía hijas, pero llegaba con regalos: un día era un caballo; otro, una pierna de venado; al siguiente, un cuerno de caza con adornos de plata, y no pedía nada a cambio... nada excepto cierta aldea que le había sido arrebatada a su abuelo, y derechos de caza al norte de cierto río, y permiso para represar el Cuchillo Blanco, si al señor le parecía bien.
Robb respondía a todos con cortesía fría, de la misma forma que habría hecho su padre, y de alguna manera se las arregló para que se plegaran a su voluntad. Y cuando Lord Umber, al que sus hombres llamaban el Gran Jon, lo amenazó con llevarse a sus huestes si durante la marcha lo situaban detrás de los Hornwood y los Cerwyn, Robb le dijo que podía hacerlo cuando gustara.
—Y cuando acabemos con los Lannister —siguió al tiempo que rascaba a Viento Gris, su lobo Huargo, detrás de la oreja—, volveremos al norte, los sacaremos a rastras de su castillo y los colgaremos por romper su juramento.
El Gran Jon maldijo a gritos, tiró una jarra de cerveza al fuego y aulló que Robb estaba tan verde que seguramente meaba hierba. Hallis Mollen fue a contenerlo, pero él lo derribo, saltó sobre una mesa, y desenvainó su enorme espadón. En los bancos sus hijos, sus hermanos y sus espadas juramentadas se pusieron en pie, con la mano sobre la empuñadura de la espada.
Robb se limitó a decir una palabra en voz baja; y en un abrir y cerrar de ojos se oyó un gruñido, y Lord Umber se encontró tumbado de espaldas, con la espada girando en el suelo a un metro de él y la mano chorreando sangre, porque Viento Gris le había arrancado dos dedos de un mordisco.
—Mi señor padre me enseñó que desenfundar el arma contra el señor de uno significaba la muerte —dijo Robb—. Pero creo que sólo queríais ayudarme a cortar la carne.
El Gran Jon se puso en pie lamiéndose los muñones ensangrentados... y entonces, para su sorpresa, el hombretón se echó a reír.
—Pues su carne —rugió— es jodidamente dura.
Después de aquello, el Gran Jon se convirtió en la mano derecha de Robb, en su defensor más acérrimo: proclamaba a gritos que el muchacho era un verdadero Stark, y que más valía que doblaran la rodilla ante él si no querían que se la arrancaran de un bocado.
...
...
Días mas tarde, Robb junto a sus vasallos y poco mas de doce mil hombres partieron hacia el sur por el Camino Real, con rumbo a Aguasdulces en las Tierras de los Ríos, esperaban llegar antes de que Valle Oscuro cayera ante los realistas. Pero la prioridad de los señores del Norte no era apoyar a Jon ni recuperar a Arya, era lograr la liberación de su padre, Eddard Stark, Robb no dijo nada, pero el sabia que su señor padre, prisionero en Desembarco del Rey no estaría mejor que muerto cuando se enteraran de que el Norte al completo marchaba preparado para una guerra.
La marcha tomo cerca de un mes, y en el cuello, el único que los recibió fue un niño menor que Robb, se llamaba Jojen Reed, quien custodiaba Foso Cailin. Robb tuvo una reunión con los señores del norte en las estancias del renovado castillo de su medio-hermano.
No se parecía en nada al Foso Cailin que había visitado con su padre años atrás, donde antes hubieran torres destartaladas y muros derrumbados se alzaba ahora una muralla de veinte metros, por el lado Norte aun a medio construir y la mayor parte del Castillo en el interior de la fortificación era de madera, mucho seguía sin terminar, pero por lo que Robb pudo ver sería un espléndido castillo, si Foso Cailin ya era casi inexpugnable desde el sur antes, ahora era imposible que cualquiera pasara por el castillo sin ser invitado. Tanto por el Norte Como por el sur, las murallas exteriores cubrían todo el ancho del camino real y se extendían unos veinte metros al interior de las marismas.
A la reunión que celebraron también asistió Jojen Reed. Robb se preguntaba porque no era Lord Howland ni ninguno de los otros señores de los pantanos y las marismas. Pero cuando el pequeño niño lacustre hablo, todos los señores del norte se conmocionaron.
—Lord Jojen —comenzó Robb — esperábamos algo mas que una simple guarnición simbólica en Foso Cailin, además de que me parece que debería haber sido su padre, Lord Howland quien nos recibiera aquí.
El niño lo miro como si estuviera viendo a un idiota, o al menos así le pareció a Robb, eso lo molesto.
—Me temo, mi señor. —dijo el niño— que no queda nadie mas en el cuello que pueda recibirlo. Todos los hombres de los pantanos y las marismas partieron ya hace mucho con mi señor padre y el resto de los vasallos de la Casa Stark del Cuello.
Cuando menciono a la Casa Stark del Cuello, Robb lo comprendido, su señor directo era Jon, no él. El solo ostentaba el puesto de su padre debido a las circunstancias actuales. Pero Jon en cambio era legalmente el señor supremo de los pantanos y las marismas. El señor supremo de los lacustres estaba en una situación desesperada, por lo que lógicamente, respondieron al llamado a las armas de los Reed para rescatar al señor al que rendirán vasallaje directo. Jon era vasallo de Invernalia, pero los lacustres eran vasallos de Jon, así de simple.
—En ese caso, ¿cuántos hombres partieron para apoyar a mi hermano? — pregunto Robb.
—Cuatro mil doscientos cuarenta y siete, mi señor.
Rob estaba impresionado, los lacustres habían levantado un ejercito de un tercio del tamaño del que el mismo había convocado.
—¿Crees realmente que pueden romper el asedio de Valle Oscuro?
—¿Romper el Asedio? — Jojen le sonrió, y Robb supo que estaba pasando algo mas de lo que esperaba —Mi señor, creo que no esta enterado, pero Lord Jon ha logrado que los señores del mar angosto se unan a su ejército, el puerto de la ciudad ya no está bloqueado, podría marcharse en cualquier momento, además, Valle Oscuro dejo de estar bajo asedio hace tres semanas, el ejército personal de Lord Jon atravesó a los asediantes y se unieron a la defensa de las murallas de Valle Oscuro.
Para Robb eso fue un verdadero shock. Y luego, tras reunir su resolución pregunto.
—¿Entonces, a donde se dirige el ejército de Jon?
El lacustre le sonrió y respondió algo que a Robb le pareció increíble.
—A Harrenhal, el castillo esta mal defendido, ahora mismo ya debe estar bajo asalto, una vez que Harrenhal haya caído, el control de las rutas entre los Ríos, Occidente y las Tierras de la Corona estarán bajo control del Norte, perfecto para cazar tantos leones como quiera, Lord Robb.
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