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Chapter 3: Capítulo 3

Me acosté, daba vueltas y vueltas en la cama pero no conciliaba el sueño, me era imposible. Miré el reloj y ya faltaban para las cuatro, no recuerdo exactamente la hora, pero siempre he sido de la idea de que si se cree en Dios también hay que creer en algo más, espíritus, demonios, esas cosas que van en contra de lo bueno. Según las películas que he visto, se supone que los espíritus hacen su primera aparición a las 23:11pm y luego desaparecen hasta las 03:33 de la madrugada, donde aparecen de forma más activa. También he leído en algún sitio web que si despiertas a esta hora es porque los espíritus pusieron su atención en ti, pero, por otra parte, si despiertas con sed es porque te quieren ver completamente, algo ilógico y en lo que va nadie lo creería, nadie aparte de mí.

Volví a ver la hora y faltaba poco para las cuatro de la madrugada, cuando me empecé a sentir un sueño donde apenas podía mantener los ojos abiertos, recuerdo que estaba en el computador viendo una película que ya estaba apunto de termina, cerré el computador y lo deje en el piso junto a los audífonos y el celular, me acomodé en la cama, cerré mis ojos y me dormí. Al día siguiente desperté muy tarde, ni siquiera me acordaba de lo que había pasado la noche anterior, cosa que recordé al cabo de unas horas.

_ ¿Ordenaste tus cosas? -escuché la voz de mamá preguntando.

_No, acabo de despertar... -dije, hice memoria y son muchas cajas las que debo desempaca. -Lo haré en un momento.

Primero quería ordenar las cosas que ya estaban en la habitación, bajé a la cocina. tomé el mata insectos, en caso de... Me bebí un vaso de agua, tomé un par de cajas y bolsas de basura, me desharía de todo lo que no sirviese en las bolsas de basura y lo que considerara importante en las cajas, viendo después su destino, por supuesto las guardaría en mi habitación, si no, mamá consideraría que son pura basura y las tiraría.

Ya en mi pieza, comencé con las muñecas que había tirado la noche anterior, dejé todas estas en dos bolsas de basura, las puse fuera de la habitación, sin antes haberle puesto un papel que decía ¨muñecas¨pegado fuera de esta, claro que le eché insecticida antes. Ya era tarde, la antigua dueña de la casa si que coleccionaba cosas raras, no solo por sus muñecas, es más, cualquiera pudo creer que en mi habitación vivió más de una niña. Saqué de la pieza como cinco bolsas de basura, cada una con etiquetas de lo que había dentro, pero lo que más me llamó la atención fue la gran cantidad de libros que habían en un mueble, no eran libros comunes, si no que relacionados con lo paranormal, vampiros, demonios, licántropos, etc.

Me parecía extraño, incluso había encontrado unos diarios pero no les di importancia, ya era tarde, estaba cansada, asique levanté las frazadas de la cama y me arropé con estas, al poco rato me quedé dormida, cuando me empecé a inquietar, pues, sentía como que alguien me observaba, como si estuviera a punto de sentir a alguien tomándome. Abrí mis ojos, me levanté hasta quedar sentada, miré hacía todos lados y no había nada ni nadie, no sé porque pero me dio por mirar la hora y resulta que mis sospechas eran ciertas. El reloj de mi celular marca las 3:40am, es decir, cuando salen las entes, demonios y esas cosas paranormales.

Solo esperaba que no me diera sed, asique traté de dormir nuevamente, creo que había logrado quedarme dormida, pero al rato volví a despertar y para empeorar la situación, tenía sed. Vi la hora y eran exactamente las 3:50am, decidí esperar a las cuatro pero el tiempo se me hacía eterno, cuando por fin marcaron las cuatro me dispuse a ir a tomar agua al baño, sí, al baño. Ni loca bajaría a la cocina, ese lugar a esta hora está más desolada que mi vida.

Bajé de la cama, entré al baño pero al momento que entré no dude dos veces en encender la luz, ya dentro enjuagué el vaso donde dejo mi cepillo de dientes, lo llené con agua y lo bebí. Luego me lavé la cara y juro que cuando alcé la mirada vi al chico Rosternat, pero me di la vuelta y no había nadie, volví a ver al espejo y estaba ahí mirándome con sus ojos grises, esa mirada profunda que sentía traspasaba mi piel. Sentí un escalofrío desde la punta de los pies hasta el borde de mi cabeza, me giré un poco para saber si el chico, del cual no sabía ni el nombre, estaba ahí, detrás de mí. Pero no, no había nadie.

Por un segundo creí que estaba soñando pero pronto me di cuenta que era la mismísima realidad, ese chico no estaba presente en la habitación pero sí se apreciaba en el espejo, ¿Acaso era una ilusión? No lo sabía pero quería entenderlo, me acerqué más al espejo y vi sus ojos, eran los mismos, con esas tonalidades grises de siempre, la misma mirada profunda que atraviesa cada célula de tu cuerpo, ¿Cómo puedo decir estas cosas? Ni tan solo hemos conversado como lo hace la gente normal y solo lo he visto una vez.

De pronto lo sentí en mi espalda, rozando mi piel y eso que estaba con una polera larga, pero era tan real que volví a girar mi cuello para comprobar si esta vez estaba ahí, pero no fue así. De repente me invadió un sueño que ni yo puedo describir, traté de irme a la cama pero algo me mantenía sujeta, algo me tenía agarrada de la cintura, me di la vuelta para ver el espejo y me soltaron. Me fui rápidamente a la cama, lo que había pasado era demasiado raro, nunca sentí algo similar en toda mi vida. Tengo preguntas y necesito respuestas, pensé.

Ya acostada y con el sueño que apenas me dejaba levantar las pestañas me dispuse a dormir y creía que lo hacía, hasta que escuché voces...

_Déjalo, solo te hará sufrir. -susurraba aquella voz. -Déjalo y olvídate de él o sufrirás las consecuencias.

Empecé a sentir como me aplastaban a través de las frazadas y el cubre cama.

_Déjame, no sé quién eres ni de quien me hablas... -apenas podía hablar. -Por favor déjame...

_No te saldrás con la tuya, no te quedarás con él, es mío, ¿Entiendes? Mío. -pude apreciar que era una mujer ya que alzó su voz en las últimas palabras.

_No entiendo, ¿De qué me hablas? Por favor déjame... -estaba asustada, pasaron unos segundos y de la nada había quedado libre de todo agarre.

No entendía nada de lo que pasaba, primero lo del espejo, luego lo del agarre y ahora la voz que me reclamaba, pero no entiendo porque, de quién me estaría hablando, necesito averiguar qué es lo que está pasando y rápido. Traté de dormir y para mi bien lo logré, casi amaneciendo, pero lo hice.

Cuando desperté ya era muy tarde, lo sé porque mi mamá subió la comida del almuerzo a mu habitación... Me recriminó que no había ordenado la pieza, pero el día anterior no vio todas las bolsas que saqué para afuera. Recopilando lo de anoche, me dispuse a averiguar lo que había pasado, empecé con los libros que había encontrado, primero vi las portadas y resulta que los libros pertenecían a dos personas, parece que eran hermanas, pues lo único que cambiaba eran los nombres.

Quería empezar por ahí pero encontré un libro que me llamó más la atención y comencé a leer ese, pero antes acomodé los muebles de mi pieza, me quedaba tan linda y ordenada la habitación cuando terminé, solo me faltaba la ropa que ordenar y terminaría de desempacar, pero sinceramente ya me encontraba muy cansada y no quería hacer nada, ni siquiera comer y eso ya era un milagro según mamá.


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