Chapter 10: 10
Dos semanas después
Todo continuaba con normalidad. Las apuestas en el hipódromo iban bien, cada viernes dejaba un paquete con dinero y el número del caballo al que apostar. Hasta ahora, no había recibido ninguna queja. Calculo que me quedan unos 3 o 4 meses sin enfrentar problemas, después vendrán las complicaciones, pero eso será para el futuro.
Durante este tiempo, el ruso no causó problemas en los negocios, y no hubo carreras en estas semanas debido a que alguien alertó sobre la carrera esa noche, y la policía patrullaba mucho la zona. Solo tocaba esperar; la vida seguía normal. Finalmente, salía de vacaciones, más tiempo libre. Aunque trabajaría en el taller por un tiempo, no hay problema por mí.
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Viernes, 3:00 pm.
Después de salir al mediodía de la escuela, no hubo mucho que hacer más que quedarme en casa y ver la televisión. Justo ahora me dirigía a recoger el dinero que gané de Hank. No sé si realmente piensa que solo soy el mensajero, pero seguiré con el acto, creo.
—¿Qué pasa, Hank? Me mandaron a recoger el dinero —dije apenas lo vi afuera de su casa.
—Ah, eres tú. Quédate ahi, ahorita te lo doy —dijo Hank mientras entraba a su casa.
—Aquí tienes todo el dinero. Espero que esto se termine pronto —dijo mientras me entregaba una bolsa negra y la guardaba en mi mochila.
—Pues eso sí que no lo sé, a mí solo me manda a recoger esto y ya —dije antes de irme.
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Había llegado a casa; mis padres aún trabajaban, y Dewey y Malcolm estaban en la calle jugando justo cuando llegué.
—Malcolm, ven al cuarto —le grité apenas llegué a casa.
—¿Qué pasa, Reese? ¿Ya tienes el dinero? —preguntó Malcolm.
—Sí, lo tengo. Descuida, ahorita te doy tu parte —le dije.
Desde que empezaron las apuestas, hemos estado ganando dinero a lo bruto. A mí me gusta invertirlo un poco en bienes raíces, criptomonedas, etc., pero Malcolm, la verdad, ni idea en qué se lo gasta o si lo está ahorrando.
—Aquí tienes tus 50 mil dólares, y aquí están los míos. Los 20 mil que quedan serán para el pozo de futuras apuestas —dije mientras ponía su dinero en la mesa.
—Sí, está bien. Te doy el número del próximo caballo la otra semana —dijo Malcolm contando su dinero.
—Oye, Malcolm, ¿en qué estás gastando todo el dinero? —le pregunté a mi hermano.
—No lo quiero gastar, Reese. Sabes, lo estoy guardando para mi universidad —dijo Malcolm.
—Eso es bueno. Solo un consejo: toma un trabajo de verano para que puedas justificar algo de dinero. De donde lo sacas, ¿entiendes? —le dije.
—Sí, tienes razón. Veré qué hago —dijo Malcolm.
Eres inteligente. Solo da clases y listo, será fácil para ti —dije, ofreciéndole una idea.
No es mala idea, tal vez lo haga —dijo Malcolm, pensándolo.
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Después de eso, solo pasamos el tiempo en la calle hasta que llegaron mis padres. Al parecer, a papa lo habían ascendido, y decidió que saliéramos a comer pizza para celebrar. En el camino a la pizzería, Hal preguntó:
—Y bien, Reese, ¿mañana entras al taller? ¿Quieres que te lleve en la mañana, o te irás solo?
—No te preocupes, no está tan lejos de casa. Además, entraré temprano, no hay necesidad de que me lleves —le dije a Hal.
—Bien, ¿y cuánto te pagarán? —preguntó Hal.
—No sé, aún no hablamos de eso —le contesté sin problemas.
—Bien, y tú, Malcolm, ¿qué harás en estas vacaciones? —le preguntó Lois.
—Seré tutor —dijo Malcolm.
—Bien los dos tiene trabajos, así no se pasarán todas sus vacaciones sentados viendo televisión —dijo Lois.
Bien Llegamos a comer pizza hasta reventar, decía Hal mientras reía.
Entramos al lugar, era grande y no había mucha gente. La comida lucía deliciosa, además de haber un espacio con algunos juegos y otras cosas.
Pedimos pizzas, breadsticks y otras delicias.
(Pregunta la pizza con piña o sin piña)
— quiero ir a jugar — dijo dewey Despues de terminar de comer
—Vamos, yo te acompaño —le dije mientras me ponía de pie.
Cambié 200 dólares en fichas y le di la mitad a Dewey. Jugamos en las máquinas; no era tan aburrido. Estaba en una máquina de garra y logré ganar un conejo blanco.
—Nada mal —dije en voz alta.
—Para tu novia, Wilkerson —dijo una voz femenina detrás de mí.
—Mmm, claro, toma para ti —dije mientras le entregaba el peluche.
—Ja, ja, ja. Gracioso —dijo Jade mientras tomaba el peluche.
—Vez, tomaste el peluche, eres mi novia —dije mientras me reía.
—Vuelve a decir eso y te mato, Reese —dijo Jade, tratando de sonar enojada.
—Y ¿qué haces aquí? —le pregunté mientras caminábamos por los juegos.
—Mi hermanita cumple años y quiso venir aquí para celebrar, y tú —me preguntó al final.
—Pues, papá recibió un ascenso en el trabajo y también vinimos a celebrar —le dije.
Después de ponernos al corriente y platicar un poco, decidimos jugar unas rondas de Street Fighter. Era buena, la verdad.
—¿Qué te parece una apuesta? —le dije sin despegar los ojos de la pantalla.
—¿Qué tipo de apuesta? —preguntó ella.
—Si yo gano, te conviertes en mi novia. ¿Qué dices? —le dije mientras ganaba esta batalla.
—Ganaste esta partida, no te emociones. Pero si yo gano, tú te vuelves mi esclavo por un día —dijo Jade con una sonrisa misteriosa.
Mierda, ahora me encontraba en un dilema. Tenía curiosidad de saber qué me haría hacer. ¿La dejo ganar o no? Pensé.
—Bien, de acuerdo, acepto. No hay vuelta atrás, ¿eh? —le dije mientras estiraba mi mano hacia la suya.
—Ya tengo esclavo —decía Jade dando brincos de alegría.
—No cantes victoria tan pronto —le dije mientras elegía mi personaje.
Por cosas del destino, dos de las primeras peleas quedamos empatados. Los dos dábamos los últimos golpes al mismo tiempo esta era la ultima pelea y ella estaba a nada de perder lanze la ultima combinación de golpes y logre ganar.
Jajajaja, te gané —grité de alegría mientras la miraba.
—No es justo, estaba a punto de ganar, hiciste trampa —dijo Jade.
—Yo no hago trampa, mi amor —dije con una sonrisa mientras la miraba a los ojos.
—Bien, ganaste justo —dijo ella con una sonrisa.
No mencioné nada de la apuesta, solo le seguí la corriente. Jugamos un rato más, pero tuvo que irse.
—Me tengo que ir, ya me llaman mis papás —dijo Jade mientras me miraba.
—¿A qué hora estás libre mañana? —le pregunté a Jade.
—A partir de las 8 pm. A esa hora salgo de la tienda —dijo Jade.
—¿Te parece si paso por ti y vamos al parque un rato? —le pregunté.
—Me parece buena idea —dijo mientras se acercaba y me daba un beso de despedida.
—Adiós —fue todo lo que dijo antes de irse.
—Reese, dice papá que ya nos vamos —gritó Malcolm.
—Reese, ¿qué te pasa? Vamos —dijo Malcolm mientras me jalaba del brazo.
—Sí, ya voy —fue todo lo que dije.
El resto de la noche fue tranquilo llegamos a casa me di un baño y a dormir noda fuera de lo comun
Mientras tanto, con Jade...
Se suponía que yo debía ganar, no él. Yo debía ganar, y ahora soy su novia, pero ¿qué estaba pensando al aceptar la apuesta? Además, ¿por qué lo besé? Eso solo cerró el trato. ¡Ah, por qué, qué estúpida soy! Pero feo no es.
—¿Qué tanto piensas, hija? —preguntó el papá de Jade.
—Nada, papá, solo unas cosas, no te preocupes —contestó Jade.
—Por cierto, hija, ¿quién era ese muchacho con el que estabas, eh? —volvió a preguntar el papá.
—Solo es un amigo que me encontré, es todo —dijo Jade.
—Pero te dio un peluche y cuando te despediste, lo besaste —dijo la hermanita de Jade.
—No es cierto, es solo un amigo —dijo Jade tartamudeando y poniéndose roja de la pena.
—Ya era tiempo de que tuvieras novio, ya quiero nietos —dijo la mamá de Jade.
—¡MAMÁÁÁÁ! —gritó Jade, poniéndose aún más roja.
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Bien espero les guste la historia no tiene un rumbo fijo solo escribo lo primero que viene ala mente lo edito y lo publico que pasen buenas noches Bye.
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