El Miedo de No Ser Él
Esta no es una historia de felicidad sencilla. Es, en cambio, la crónica de un corazón que aprendió a amar de manera intensa en los silencios, y que hoy, después de tres décadas, se atreve a desenterrar esos ecos para darles voz.
Mi vida, como la de muchos, comenzó con el lienzo simple y robusto de la infancia: pocos recursos, pero una riqueza incalculable en el abrazo de mi familia. Fui un niño feliz, cuyo mundo giraba alrededor de una madre que, con su fortaleza, valía por dos padres. El afecto no faltó; sin embargo, en el mapa de mi desarrollo sentimental, se abrió un abismo que solo yo podía llenar. Lo que no sabía entonces es que mi vida estaría marcada por una vorágine de amor tan intensa que, por años, solo pude expresarla y gestionarla en la intimidad de mi propio ser.
A lo largo de los años que esta serie de tomos abarca —desde 1990 hasta la actualidad— he sido un coleccionista de recuerdos. Recuerdos forjados en el fuego cruzado del amor más dulce y el dolor más punzante. Estos relatos son el resultado de un vaciado de memoria, una necesidad imperiosa de describir el curso de los afectos que definieron mi existencia y mi identidad.
Cada tomo de esta serie se adentrará en períodos clave de mi vida. Son historias de amor que me moldearon, narradas con la honestidad de la herida abierta. Para proteger a quienes formaron parte de ellas, he recurrido a la ficción: los nombres son ficticios, las localizaciones han sido recreadas para ser universalmente entendibles; pero el sentimiento, la confusión, la alegría efímera y el dolor persistente son irrevocablemente míos. Aún habitan en mí, y es esa verdad emocional la que he plasmado en estas páginas.
El viaje comienza en 1990. Con apenas unos años de edad, ya sentía que mi atracción no seguía las mismas reglas que la de mis compañeros. Recuerdo los juegos improvisados, esos mundos ficticios que creábamos, donde yo asumía el papel frágil de la "madre" y mi primer objeto de afecto, el chico que me gustaba, tomaba el rol del "padre", el que dictaba el mando.
Ahí, en ese juego inocente, en esa primera y sutil manifestación de deseo y jerarquía, surge la chispa de mi primer gran amor. Es el punto de partida de una cadena de historias que me llevarían a buscar, una y otra vez, mi lugar en el afecto de otro.
El primer tomo de esta saga, que inicia con la historia resumida en sus 20 capítulos inaugurales, es el umbral. Es la puerta de entrada a la vida que he vivido y que, de alguna manera, sigo viviendo en el recuerdo.
Adéntrense en estas páginas. Quizás, en mi búsqueda de amor y aceptación, encuentren también un eco de la suya.