Renacimiento: La Nueva Novia Quiere el Divorcio
Anna pensó que su vida terminaba el momento en que vio a su esposo, Daniel Clafford, en los brazos de su hermana.
Ya había perdido a su hijo no nacido, algo que Daniel nunca notó, y ahora, con su último rayo de esperanza destrozado, decidió marcharse en silencio.
Pero el destino fue cruel. Antes de que pudiera alejarse, fue empujada desde el balcón de la Propiedad Clafford.
Solo que... no murió.
Cuando abrió los ojos nuevamente, estaba de vuelta en el día de su boda, su hermana había huido y Anna se vio obligada a tomar su lugar como la novia sustituta.
Esta vez, Anna juró que las cosas serían diferentes. Sin amor. Sin expectativas. Sin más devoción tonta hacia un esposo que solo le trajo desamor e indiferencia fría.
Sin embargo, algo está mal.
El Daniel de esta vida no es el mismo hombre que ella recuerda. Se niega a ignorarla, se niega a dejarla ir y, lo más sorprendente: se niega a divorciarse de ella.
"Te lo digo, Anna. Deja de mencionar el divorcio en nuestras conversaciones", advirtió Daniel, con voz tensa.
Su corazón dolía, pero al ver su expresión inflexible, su determinación se desmoronó. Con manos temblorosas, tomó su rostro y susurró:
"Por favor... dame una oportunidad. Prometo amarte correctamente esta vez".
Pero Anna solo rió amargamente. Para ella, Daniel Clafford seguía siendo el mismo hombre: malvado, calculador, peligroso.
Se casó con ella con un motivo. ¿Y ahora se atrevía a suplicarle que se quedara?
Sigue soñando, Daniel Clafford.
Porque esta vez... Anna estaba decidida a hacerle probar su propia medicina.